Cuestiones disputadas sobre la naturaleza de la fe
y la capacidad humana para conocer la verdad
Por Juan Carlos Monedero (h)
Si se somete todo a la razón, nuestra religión
no tendrá nada de misterio ni de sobrenatural.
Si se choca contra los principios de la razón,
nuestra religión sería absurda y ridícula.
Pascal
–Poseo la verdad como la puede conocer el hombre;
es decir, en continua inquisición, investigación y progreso.
–Progresar me parece muy bien. Pero ¿cómo sabes que progresas?
Castellani
Introducción
Pretendemos con este artículo trazar unas sencillas coordenadas para ubicarnos en dos temas muy importantes: la naturaleza de la fe y la capacidad humana para conocer la verdad. Ambas son cuestiones perennes y relacionadas. La primera es objeto –no siempre de forma explícita– de permanentes discusiones: el espacio concedido a la fe dentro de la sociedad está directamente relacionado con el concepto que se tenga de ella. Observando las razones de quienes desean prohibir la exhibición de símbolos religiosos esto es patente.
Respecto al alcance del conocimiento humano, mencionaremos que ya Sócrates, Platón y Aristóteles como los sofistas Protágoras y Gorgias encarnaron las diferentes posturas que, en lo sustancial, perviven hasta la actualidad; estamos hablando, pues, del pensamiento realista o clásico –por un lado– y del escepticismo, relativismo, agnosticismo –en sus múltiples variantes– por el otro. Sobre ambos debates –que separaron y separan las aguas– ofreceremos una respuesta desde la doctrina católica.
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Texto completo en:
http://defender-la-fe.blogspot.com/2011/09/pensando-contracorriente.html