DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

REVISTA VIRTUAL

 ORDEN NATURAL N° 13


http://www.orden-natural.blogspot.com

FENOMENOLOGÍA DEL PROGRESISMO

 


P. Julio Meinvielle

 

El R. P. Dr. Julio Meinvielle (1905-1973) denuncia aquí el alud progresista de los años 60, que hizo que muchos bautizados –laicos y clérigos por igual– se involucraran en “lo temporal” olvidándose de “lo eterno”. Ofrecemos a los lectores del Blog del Centro Pieper este texto, convencidos de su vigencia y esperanzados también en que muchos católicos encontrarán luz suficiente para discernir algunas graves cuestiones de nuestro tiempo.

Centro Pieper, 27 DE AGOSTO DE 2021

 

Esto no es una conferencia, es una conversación informal. Vamos a hablar del progresismo; en primer lugar, hemos de advertir que los que usan de un modo sistemático la palabra progresismo son los comunistas, porque para ellos, la historia se desarrolla en un proceso dialéctico que va de lo peor a lo mejor, así por ejemplo: para ellos la sociedad feudal va caminando en un proceso dialéctico hacia la sociedad burguesa o liberal y la burguesa hacia la socialista, y ésta hacia la comunista; pero progresismo, se puede entender también de un modo general como un camino de la sociedad hacia condiciones y estados mejores de desarrollo.

 

Nosotros vamos a hablar del progresismo, como fenómeno que se advierte hoy dentro de la Iglesia y que sobre todo se ha puesto de moda con motivo del Concilio Ecuménico Vaticano II. La prensa mundial ha dividido a los Padres conciliares en dos grandes corrientes: una, la de los innovadores y amigos de reformas, a los cuales ha llamado progresistas, y la otra, de Padres más bien preocupados de mantener las legítimas tradiciones, a quienes se ha calificado de conservadores, reaccionarios e integristas.

 

Al hablar aquí de progresismo, nos vamos a referir a un movimiento que se observa hoy en la Iglesia y que sostiene doctrinas y actitudes que deben ser consideradas como errores desviacionistas; advirtiendo que no todos los que se dicen progresistas deben ser calificados con este sentido censurable; los hay quienes no conociendo el contenido del término progresismo, tal como se está propagando hoy, se llaman progresistas pero buscan tan sólo un progreso legítimo y necesario dentro de la Iglesia.

 

Vamos a advertir también, que aunque el teilhardismo sea una versión del progresismo, pueden existir y existen de hecho, otras versiones de progresismo censurable.

 

Todo esto nos hace ver que el progresismo, que se difunde hoy, es un error ambiguo que puede admitir muchas versiones, tendencias, desviaciones, más o menos graves, pero siempre de carácter ambiguo. Este carácter ambiguo lo señala Paulo VI, en su mensaje a los católicos de Milán, dirigido el 15 de agosto de 1963. Allí dice: “Nosotros percibimos que las riquezas de las tradiciones religiosas se hallan amenazadas de disminución y de ruina, amenazadas no sólo del exterior sino también del interior; en la conciencia del pueblo se modifica y se disuelve la sana mentalidad religiosa y la tradicional fidelidad a la Iglesia, que son el fundamento y la fuente de esta riqueza. Nuestro temor es proporcional al valor del patrimonio espiritual que tenemos la responsabilidad de administrar. La fe de San Ambrosio, la herencia de San Carlos, el esfuerzo apostólico de los últimos Arzobispos, aparecen comprometidos, no tanto por la usura natural del tiempo, cuanto por algún cambio radical e irresistible que sustituye a la concepción de la vida de nuestro pueblo, otra concepción que no se puede definir, sino con el término ambiguo de progresista; ella no es ya ni cristiana ni católica”.

 

El Fenómeno Progresista

Para caracterizar el fenómeno progresista dentro de la Iglesia, vamos a utilizar los artículos que la revista Le Monde et la Vie publica en su número de diciembre de 1962, y que lleva el título: “¿Adónde va la Iglesia de Francia?”. Allí leemos en la página 63: “Sobre el plano doctrinal, el Papa Pío XII, había, el 13 de julio de 1949, castigado con excomunión a los comunistas y a sus cómplices. Tres meses más tarde, Mounier, comentando esta condenación, emitía la hipótesis de que era un error histórico macizo, lo que permitía el 15 de agosto de 1958 decir a un digno Padre Capellán a sus estudiantes, en presencia del Obispo de Nancy: «Vuestros maestros no son ya ni el Papa ni los Obispos, sino Emmanuel Mounier y Péguy». En esta palabra, por lo demás Péguy no era citado sino bajo su forma socialista y proletaria”.

     

“Estas tendencias progresistas son expresadas más claramente todavía en una revista católica Témoignage chrétien. El 11 de marzo de 1955, monsieur George Suffert escribía que hay ahora en el corazón de los católicos dos Iglesias: una Iglesia visible, casi del todo podrida, sumergida en el capitalismo, persiguiendo una política europea discutible y conducida por obispos de otra época, y una Iglesia ideal, compuesta de algunos cristianos abiertos, que son el porvenir del cristianismo porque luchan codo a codo con el proletariado, y desean en el fondo del corazón una Iglesia visible más santa, más liberada de compromisos y del dinero. Los sacerdotes de la nueva ola eclesiástica, no hacen caso, se dice, de la sotana, del rosario, de Lourdes, de Montmartre y de la liturgia, se dispensan del ministerio oscuro y fecundo, catecismo y confesión, sacramentos a los moribundos y no se interesan sino por una cierta acción política comenzada con los «prêtres ouvriers». Esta acción política es la que ha arrancado a un diputado socialista, S. F. I. O. de la Creuse, esta confesión que expresa todo el programa del clero progresista: «Yo tenía un feudo socialista completamente tranquilo, los Padres de la Souterraine (Sacerdotes de la Misión de France) me lo han echado a perder, favoreciendo allí la implantación del comunismo»”.

 

En el mismo número de la revista francesa que comentamos, hay una entrevista con el Padre Boyer. El Padre Boyer es un sacerdote que primero fue Cura obrero, después se hizo comunista y más tarde volvió a la Iglesia, pero no a una posición progresista, sino por el contrario, a una totalmente opuesta. Dirige ahora Action-Fatima y lucha fuertemente contra los teilhardistas. Pues bien, el Padre Boyer, en dicha entrevista dice: “Por lo demás, los medios progresistas de la Iglesia dan poca importancia a la misa individual y diaria, estiman que la comunidad es la que debe rezar y participar colectivamente a la misa. Ya Teilhard decía «la misa sobre el mundo»; una misa bien extraña, sin altar, sin hostia, sin vino, en la cual el oficiante ofrecía a Dios el mundo entero todo reunido. Ciertos grupos, como el del Prado, de Lyon, han ido más lejos: no enseñan ya el infierno ni Satán, ni aun el pecado a los niños del Catecismo. Todo esto constituye un cisma moral, que se haría sin duda efectivo, si el Santo Oficio anulase todas estas reformas”.

 

Se podría explicar cómo se difunde esta intoxicación del progresismo. El Padre Boyer advierte que al menos en Francia, “la intoxicación comienza con el Instituto Católico de París; es continuada por los Jesuitas, los Seminarios, es filtrada, dosificada, administrada a lo largo de la jerarquía por los caminos de las licencias y de los doctorados. Los Seminarios envían sus mejores alumnos a los Institutos católicos y ahí comienza. En seguida se dice a los neófitos: nosotros no os vamos a decir lo que se dice al pueblo vulgar sino que os vamos a interiorizar en los grandes secretos. Después, algún día, vendrá un Concilio y legalizará todo esto. Mientras tanto, el iniciado se ha convertido en Cura de Parroquia, Director de Seminario, Obispo, qué sé yo. En esta obra, en todo caso, jesuitas y dominicos forman un bloque con Teilhard. Todo se opera, lo repito, con una ínfima discreción que no puedo describir en una simple entrevista. Añado que estos jóvenes creen hacer lo mejor, lo mismo que la mayoría de sus profesores, pero la pureza de intención no justifica el error”.

 

Algunos Errores y Desviaciones del Progresismo Cristiano

Es muy difícil caracterizar con precisión los errores y desviaciones en que incurre el progresismo cristiano en casi todos los aspectos de la doctrina y de la vida religiosa. Algunos mantienen algún error o desviación y otros, otras. La enumeración que vamos a realizar, ni es exhaustiva ni es formulada por todos los que se dicen progresistas.

 

En primer lugar, hay en los progresistas, sobre todo seminaristas y sacerdotes, un desprecio bien marcado de la filosofía y de la teología de Santo Tomas; sabido es que para la Iglesia, Santo Tomas de Aquino es el primer Doctor que ha logrado una síntesis hasta ahora insuperable de las enseñanzas cristianas y las ha expuesto en un cuerpo de doctrina que forman toda una arquitectura. Pues bien, los clérigos progresistas desprecian la filosofía y teología tomista, arguyendo que toda ella está en dependencia de una ciencia arcaica y superada ya definitivamente. Luego, así como esa ciencia ha caducado, también caduca la metafísica y la teología de Santo Tomas. No es difícil advertir el error de estos clérigos progresistas. La metafísica y la teología son independientes de la ciencia experimental que poseía Santo Tomas; lo importante en aquella metafísica y en aquella teología, es la formulación de los primeros principios de la realidad y del ser. Rechazar a Santo Tomas, es rechazar la filosofía del ser, y caer por lo mismo en una filosofía de la idea, de la vida, del devenir, de la existencia. Por ese camino se hace imposible alcanzar el ser y por lo mismo, poner en contacto racional al hombre con Dios, su Creador. Por ese camino el hombre cierra el camino de su inteligencia hacia Dios y se hace incapaz de levantar una teología que respete los fundamentos naturales y racionales, sobre los cuales se ha de apoyar luego la Revelación y la teología.

 

En los progresistas de que estamos hablando, hay una tendencia a revisar todos los tratados de la teología escolástica y tomista, con el pretexto de que se debe tomar contacto con las fuentes, a saber, con la Biblia y la enseñanza de los Padres. Esta tendencia puede ser buena si no se niega el progreso legítimo que se ha operado con las grandes disquisiciones y tratados de los doctores posteriores, pero los progresistas desprecian estos estudios y tratados; quieren volver a una teología puramente bíblica y patrística. Esta tendencia es tanto más peligrosa y se convierte en fuente de innumerables errores, si tenemos en cuenta que hoy la Biblia está sometida a un bombardeo criticista demoledor por parte del nuevo racionalismo. Hay exegetas, como por ejemplo Rodolfo Bultmann, que están empeñados en desmitizar, como ellos dicen, el Kerygma cristiano. En esta tarea reducen a muy poco la palabra divina de la Escritura, so pretexto de que todo es mito, incluso la Resurrección del Señor. Sabido es que algunos biblistas católicos rechazan, por ejemplo, la infancia del Evangelio de San Lucas, y dicen que el Magnificat no es un cántico pronunciado por la Virgen. Se abre así, por este camino, las puertas a la destrucción total del Antiguo y del Nuevo Testamento de las Escrituras Sagradas.

 

Al rechazar la teología de Santo Tomas, recomendada insistentemente por el Magisterio de la Iglesia, se han de inventar nuevas teologías, apoyadas por falsas filosofías, como por ejemplo en el historicismo, evolucionismo y en el existencialismo. Sabido es como Pío XII en la “Humani Generis”, ha condenado todas estas tendencias peligrosas de la nueva teología. Pero el progresismo no hace caso de las advertencias de los Papas. Otra desviación grave del progresismo, es el rechazo y la disminución que hace de la autoridad del Papa y de la Curia romana, rechazando el magisterio ordinario de la Iglesia; en este punto los progresistas formulan las afirmaciones más pintorescas. Para ellos, cuando muere un Papa, pierden valor todas las verdades por él enseñadas. Este error es tanto más grave cuanto es conocido que las enseñanzas de los Papas giran alrededor de la Revelación y del orden filosófico natural que guardan un valor permanente; por ello es que los Papas en sus documentos invocan doctrinas del Magisterio anterior de sus predecesores.

 

La campaña de desprecio del Magisterio de la Iglesia va acompañada asimismo de una campaña contra la persona de grandes Pontífices, como por ejemplo de Pio XII. No se le perdona a este Papa que haya promulgado en 1950 la “Humani Generis” contra las desviaciones de la nueva teología; tampoco se le perdona que haya condenado el movimiento de los “prêtres ouvriers” y haya puesto término a los desmanes de algunos teólogos dominicos, y haya canonizado a San Pio X.

 

Algunos progresistas, sobre todo en Francia, presentan una imagen de la Iglesia como si su centro, que está en Roma, tendría por función frenar, mientras que la periferia seria dinámica y empujada por el Espíritu. La mano romana que frena, se dice, es retrograda y esterilizante, mientras que el motor de la periferia da muestras de inteligencia de las situaciones y de audacia apostólica.

 

Los progresistas, llevados por un falso ecumenismo, se atreven a rebajar los privilegios de la Virgen y así se oponen, por ejemplo, a que se le reconozca a María o se le dé el título de Medianera Universal de todas las Gracias.

 

Los progresistas, renovando los errores del pelagianismo, están también llevados a negar u oscurecer la noción de pecado y de infierno. Fundándose en tesis del psicoanálisis y de la psicología profunda, se ven movidos a negar la malicia y la responsabilidad del pecado, sobre todo los pecados sexuales.

 

En la vida espiritual, hay en los progresistas un empeño en suprimir el esfuerzo de los actos y de las prácticas individuales en beneficio de una piedad exclusivamente comunitaria. En estos errores, suelen incurrir los progresistas de un liturgismo comunitario exagerado.

 

Habría que señalar también los errores y desviaciones de un personalismo peligroso que lleva a formular la tesis de la libertad religiosa como la de un derecho a profesión publica de cualquier error y que elabora toda una moral individualista o de la situación.

 

El Error Fundamental del Progresismo

Pero no está en estos errores lo más característico del progresismo moderno. El error fundamental consiste en negar la necesidad de un orden social cristiano o lo que el magisterio eclesiástico llama, desde los días de León XIII hasta el Pontífice reinante [NdCentroPieper: Pablo VI], la civilización cristiana o la ciudad católica; los progresistas niegan que haya tal civilización cristiana o tal orden social público-cristiano. En París se ha llegado a afirmar en audiciones públicas de radio, que tal concepto no existe en el Magisterio de la Iglesia; cuando se hace evidente que hay por lo menos cerca de 50 documentos que hacen referencia explícita a la “civilización cristiana”. También califican los progresistas de nacional-catolicismo el intento de llevar a la práctica el programa de la ciudad católica.

 

Al rechazar los progresistas la civilización cristiana, rechazan los derechos de la Realeza de Cristo sobre el orden temporal de la vida pública; es decir, sobre las familias, los grupos sociales, los sindicatos, las empresas, las naciones y el mundo internacional. Derecho de la Realeza de Cristo, a que el orden temporal se conforme a las enseñanzas y a la legislación de la enseñanza cristiana. El progresismo rechaza el orden social público cristiano y lo tacha de catolicismo “constantiniano”, “gregoriano”, “sociológico”, a fin de presentarlo con un aspecto odioso. No faltan sacerdotes, como el dominico Liégé, que afirman que trabajar para el orden social cristiano, para la civilización cristiana, es hacer obra más negativa y nefasta que el mismo comunismo.

 

Al rechazar la necesidad de trabajar para la implantación de un orden social cristiano, los progresistas vense obligados a aceptar la ciudad laicista, liberal, socialista o comunista, de la civilización moderna. Aquí radica el verdadero error y desviación del progresismo cristiano, en buscar la alianza de la Iglesia con el mundo moderno. Al calificar de mundo moderno, no hacemos calificación de tiempo, sino una calificación de la naturaleza de la sociedad moderna, y sobre todo del espíritu de dicha sociedad. La sociedad moderna, que comienza en el Renacimiento y se continúa con el naturalismo, el liberalismo, el socialismo y el comunismo de la vida pública, es una sociedad que tiende a rechazar a Dios y a hacer del hombre un dios que con su esfuerzo creador va a lograr su destino y su felicidad. Por ello, como veremos más adelante, el humanismo que comienza en el Renacimiento, termina con el comunismo, en que el hombre se constituye en el creador exclusivo de su propio destino, que no sólo no necesita de Dios sino a quien Dios le estorba y le molesta, por cuanto la creencia en Dios le mueve a no poner en sí mismo el esfuerzo de su obra creadora. Por ello para Marx la religión es una alineación que disminuye al hombre.

 

Esta alianza de la Iglesia con el mundo moderno que promueve el cristianismo progresivo, le lleva a dar categoría de ciencias supremas, a la psicología y a la sociología; a la psicología que analiza y dirige los condicionamientos internos del hombre; y a la sociología que dirige y conduce los condicionamientos externos. El hombre así alejado del orden social cristiano, trabaja en el orden laicista de la psicología bajo la influencia de Freud; y en la sociología bajo la influencia de Marx.

 

El cristianismo progresista, sobre todo hoy, tiende a unir comunismo y cristianismo. Para ello incurre en graves errores y desviaciones. En primer lugar, en hacer del comunismo y del marxismo un verdadero “humanismo” con valores positivos que se han de salvar. Es claro que para hacer afirmación tan peregrina, deben desarticular al marxismo y comunismo y con ello negar su carácter de totalidad, que se afirma sobre todo en su contextura dialéctica. El marxismo es un materialismo dialéctico que hace del hombre un puro “trabajador”, cuyo valor se ha de medir por su eficacia productiva en la edificación de la sociedad comunista. El hombre marxista es un ser degradado a quien se le ha quitado su dignidad “divina”, su dignidad “humana” y aún su dignidad “animal”, para convertirlo en un simple engranaje de la maquinaria comunista. Es absurdo llamar humanista a aquello que constituye la degradación del hombre.

 

El cristianismo progresista es llevado asimismo a valorar el comunismo por su rechazo fundamental del capitalismo. Al entrar en la dialéctica capitalismo-comunismo, burgués-proletario y al rechazar como enemigo primero al capitalismo, el cristiano progresista vese obligado a aceptar el comunismo. Pero esta dialéctica es falsa, propia de una sociedad que levanta al primer plano los valores económicos. Pero por encima de los valores económicos están los políticos, culturales y religiosos. Un teólogo de la envergadura del dominico Congar ha llegado a decir que hay que “reemplazar las estructuras económicas fundadas sobre el beneficio como motor de la actividad económica”. Pero suprimir el beneficio es suprimir el capital privado e implantar el colectivismo.

 

Además, el cristiano progresista se hace una idea errónea del “Sentido de la Historia” como si éste hubiese de encaminarse inexorablemente hacia el comunismo, con el cual habría que pactar desde ya. Pero aunque el comunismo, como mañana el Anticristo, hayan de imponerse por un momento en la Historia, no por eso se les debe aceptar. Sino al contrario, habrá que combatirlo para que sólo impere el Reino del Señor. Así como obraron perversamente los católicos que como Lamennais en el siglo pasado abrazaron el liberalismo, así también obran perversamente los católicos progresistas que hoy mezclan catolicismo con comunismo.

 

Debajo de este error progresista que quiere aliar cristianismo y comunismo, existe el otro error más general, que consiste en aliar al mundo moderno -en el sentido antes explicado de laicista y ateo- con la Iglesia. Error condenado en la proposición 80 del “Syllabus”, que dice: “El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el «progreso», el liberalismo y la civilización moderna”.

 

Si la civilización moderna envuelve la autonomía absoluta del hombre frente a Dios, es harto claro que la Iglesia no puede reconciliarse con ella. Y no se crea que esto podría ser verdad del pasado que ha perdido todo vigor. Al contrario. Es una enseñanza constante desde Pío IX hasta Juan XXIII. En efecto, este último Papa, en un documento tan importante como la “Mater et Magistra”, llega a afirmar que la “Iglesia se encuentra hoy colocada delante de esta pesada tarea: hacer a la civilización moderna conforme a un orden  verdaderamente humano y a los principios del Evangelio”. Lo cual significa que en opinión de Juan XXIII, la civilización moderna ni es conforme a un orden humano ni a los principios del Evangelio. Ya esto mismo lo había advertido Pío XII, cuando señalaba que “era todo un mundo el que era necesario rehacer desde sus fundamentos: de salvaje, hacerlo humano; de humano, hacerlo divino, según el corazón de Dios”. Ya el mismo Pío XII, hablando a los capellanes de la Juventud Católica, el 8 de septiembre de 1953, los exhortaba a sentirse “movilizados para la lucha contra un mundo tan inhumano porque tan anticristiano”.

 

Esta toma de posición frente a la civilización moderna, nos va a exigir una formulación de los principios básicos de una Teología de la Historia para juzgar a la civilización moderna. ¿La civilización moderna que se desarrolla desde el Renacimiento hasta aquí en un proceso continuo de mayor materialismo -desde el naturalismo al comunismo- importa un progreso del hombre en cuanto hombre, o más bien un regreso y degradación? He aquí el problema de nuestra próxima conversación.

 

Alguien preguntará: ¿qué desarrollo tiene el progresismo cristiano entre nosotros? Debemos decir que se está desarrollando muy rápidamente no sólo en el Gran Buenos Aires sino también en el interior. Contribuyen a su desarrollo sacerdotes jóvenes, seminaristas y algunos laicos de organizaciones católicas. Ya el año pasado se denunció el grupo “progresista” y casi abiertamente comunista “Época”. Habría que añadir ahora grupos de jóvenes universitarios católicos con publicaciones como “Tandil 1963” o “Cambio” de Economía y Humanismo. Hay sacerdotes muy activos en esta tarea, a quienes dirigentes de seccionales del Partido Comunista dan como afiliados al partido, y quienes ejercen una acción muy decisiva sobre seminaristas y laicos. Todo hace pensar que se está haciendo una trenza entre sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos de grupos representativos en los ambientes católicos para imponer el progresismo cristiano entre nosotros.

 

Esto escribíamos en 1964: “Hoy el progresismo ha avanzado mucho más como lo demuestra la conferencia en que analizamos el libro «La Persona, el mundo, Dios» de Arturo Paoli”.

 

 

Fuente: P. Julio Meinvielle, El Progresismo Cristiano,

Cruz y Fierro Editores, Buenos Aires 1983, págs. 11-23.

 Publicado originalmente en: P. Julio Meinvielle, Un Progresismo Vergonzante,

Cruz y Fierro Editores, Buenos Aires 1967.

ALUMNAS, ALUMNOS, ALUMNES

 

 


NOTIVIDA, Año XX, Nº 1258, 26 de agosto de 2021

 

El Frente de Todos impulsa un proyecto que habilitaría el uso del “lenguaje inclusivo” en los establecimientos educativos. Una herramienta para el adoctrinamiento en género que entre otras cosas soslaya que el 52% de los egresados no comprende lo que lee.

 

Manipulando la “libertad de expresión”, el proyecto (expte 3426/2021) garantiza el empleo del “lenguaje inclusivo de género” en las escuelas.

 

El “lenguaje inclusivo de género” -tanto oral como escrito- podría ser utilizado en “los establecimientos del Sistema Educativo Nacional, en todos sus niveles y modalidades, sean de gestión pública o privada”.

 

También se podría recurrir al “lenguaje inclusivo de género” “en las exposiciones, discursos, alocuciones, resoluciones, decretos, leyes, fallos, presentaciones judiciales” del Estado nacional tanto en la Administración pública como en los entes públicos no estatales, así como en los Poderes Legislativo y Judicial de la Nación.

 

El proyecto es de la autoría de la diputada Mónica Macha y fue cofirmado por sus compañeros del Frente de Todos: Gabriela Estévez, Jimena López, Ayelén Spósito, Alicia Aparicio, Verónica Caliva, Carolina Yutrovic, Mara Brawer, Pablo Carro y Susana Landriscini. Sólo lo tiene que estudiar la Comisión de Legislación General que preside Cecilia Moreau, también oficialista.

 

Según la autora, la propuesta “se inscribe en una serie de medidas orientadas a reparar la discriminación y la violencia verbal” y pone “en cuestión los discursos sexistas, patriarcales, homolesbotransfóbicos y aquellos que discriminan a quienes no se identifican con el binarismo de género”. Afirma que “en ningún caso un abordaje científico, en cualquiera de sus perspectivas o niveles de análisis, puede adoptar un punto de vista prescriptivo, restrictivo o prohibitivo en lo que atañe al empleo de formas lingüísticas” y considera que “las ideas que aluden a una supuesta ‘deformación de la lengua’ son ajenas a cualquier base científica”.

 

Destaca en los fundamentos el “entramado legal que coloca a la Argentina a la vanguardia regional y mundial en materia de ampliación de derechos para los colectivos de mujeres, LGBTIQ+ y no binaries”. Entre esas normas cita a las leyes de “Matrimonio igualitario”, “Identidad de género”, “Cupo laboral trans” y Aborto (que alcanza a “todas las personas con capacidad de gestar”). También menciona algunos decretos del PE, por ejemplo, el que recientemente autorizó a incluir la opción X en el sexo que figura en el Pasaporte y en el DNI.

 

Remata afirmando que “en esta dirección, la circulación social de las variadas y diversas formas lingüísticas coexistentes contribuye no solo a la promoción de la pluralidad y la libertad de expresión como valores generales, en este caso para el empleo de las formas lingüísticas que cada sujeto considere más apropiadas, sino también a garantizar el ejercicio de un conjunto de derechos que ya han sido instituidos en la Argentina”.

 

La iniciativa del Frente de Todos es la respuesta a un proyecto (expte. 2721/2021) impulsado por diputados del PRO que busca prohibir el “lenguaje inclusivo” en los establecimientos educativos, en la redacción de documentos oficiales y en toda forma de comunicación que utilicen las autoridades nacionales.

 

El autor del último es el diputado Jorge Enríquez y fue acompañado por sus compañeros de bloque: Alfredo Schiavoni, Francisco Sánchez, Pablo Torello, Julio Sahad, Hector Stefani, Maria Carla Piccolomini, Alberto Asseff y Juan Aicega.

LA MENTIRA

 

 DEL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO


por Luis Orea Campos

Informador Público, 26-8-21

 

LA DESHUMANIZACIÓN DEL DERECHO

Un reciente fallo de la Corte Suprema argentina que, a pedido del padre, dispuso el retorno a Francia de una niña de tres años con retraso madurativo –lo que dadas las circunstancias en la práctica significa separarla de su madre– plantea serios interrogantes sobre el ajuste de este tipo de decisiones al plexo de derechos que poseen las personas por el solo hecho de pertenecer a la especie humana, conocidos como derechos humanos.

 

¿Respeta la sentencia los derechos humanos de la madre y de la hija a permanecer juntas? Porque más allá de los tratados, en una dimensión infinitamente superior a cualquier cláusula, se encuentra el vínculo materno filial del niño con su madre que, aunque ciertas corrientes de pensamiento buscan devaluar, tiene sus raíces en lo más profundo del orden natural.

 

Así, María de la Luz Casas Martínez, en la revista Xihmai sostiene que “…la postura más humana sería la que favoreciera la calidad y cantidad de sus individuos y ello se refiere a la promoción del vínculo materno-filial, sin el cual, cuantitativamente, no habría especie y, cualitativamente, no habría calidad de la misma”.

 

No fue ésta la precisamente la óptica del Alto Tribunal, que prefirió anteponer crudamente la fría letra de la ley a las consideraciones humanas que reclama el vínculo materno-filial en una situación en la que se encuentra en juego la vida de una niña indefensa que no puede manifestar sus preferencias.

 

Parafraseando a Ortega y Gasset, es posible afirmar que en ciertas circunstancias como las que aquí se comentan, exonerar la esencia de lo humano del núcleo lógico que sustenta una decisión judicial es ignorar lo real, es desrealizar el fin de la norma, es propiamente deshumanizar el derecho que, vaya paradoja, es una creación humana.

 

Más aún cuando se invoca el meneado principio agonal del “interés superior del niño” que supuestamente debe guiar prioritariamente las decisiones de los jueces en asuntos de familia.

 

En nombre de ese interés superior, del que en teoría es propietario el niño, se cometen verdaderas atrocidades que al decir del maestro Ernest Roguin constituyen “un ejemplo típico de la inflexibilidad bárbara con que los hombres de ley se complacen en asombrar al público."

 

Desde el punto de vista humano, ¿qué interés del niño puede ser superior a permanecer con su madre? Sin embargo, para muchos magistrados y doctrinarios el interés superior del niño, en los casos en que la mujer huye con sus hijos de los malos tratos del marido, consiste en ser devuelto a su país de origen aunque ello ponga a la madre ante la disyuntiva de ser separada de sus hijos o volver con ellos a luchar por la custodia en un territorio hostil, sin amigos ni familiares, donde es prácticamente una paria y seguro blanco de humillaciones y amenazas.

 

“Nadie le mandó a la chica a casarse y tener familia en Francia”, argumenta un ex juez para justificar que se deja a la mujer y sus derechos humanos en la más dura intemperie jurídica so color del cumplimiento de compromisos internacionales.

 

Ese principio del interés superior que mencionan leyes y tratados internacionales y que supuestamente apunta a la protección de la niñez de los desvaríos de sus padres a primera vista parece una creación loable, pero a poco que se hurgue en los antecedentes se descubre que en realidad esconde un trasfondo de machismo porque por lo general cada vez que es aplicado resulta en favor de la pretensión del varón.

 

Por otra parte, numerosos jueces y juristas sostienen que los magistrados deben juzgar los asuntos que involucren mujeres con perspectiva de género, es decir, atendiendo a la asimetría de poder que pone a la mujer en la posición más débil, pero al parecer esa “perspectiva” puede perderse en un punto de fuga según como venga la mano, sobre todo cuando hay abogadas que presionan a los jueces con amenazas de denuncias en organismos internacionales.

 

En resumen, en este caso, tanto el interés superior del niño como la perspectiva de género han quedado reducidos a meras consignas elegantes que no evitaron que los derechos humanos de una niña y de su madre fueran sacrificados sin misericordia ni piedad alguna en el altar de criterios que implican ni más ni menos que la deshumanización del derecho y por lo tanto la reducción de los seres humanos a objetos subalternos de un entramado de intereses y normas que parece haber cobrado vida propia para colocarse por encima de los valores esenciales de nuestra especie.

ERA PREVISIBLE

 

 

ADVIRTIEN QUE LOS “NO BINARIOS” ESTÁN “FUERA DE LA LEGISLACIÓN VIGENTE”

NOTIVIDA, Año XX, Nº 1257, 18 de agosto de 2021

 

El diputado Rubén Eslaiman, vicepresidente del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados bonaerense, presentó un proyecto para modificar la Ley 5109, Electoral y la Ley 14.086, que rige a las PASO en territorio bonaerense.

 

Conforme a la propuesta en las listas se seguiría manteniendo la paridad: 50% de los candidatos registrados con sexo femenino y 50% con sexo masculino, con el mecanismo de alternancia y secuencialidad entre ambos sexos. En tanto las personas que estén registradas como “no binarias” no se contabilizarían ni de un lado ni del otro. La iniciativa no prevé un cupo “no binario”.

 

Afirma Eslaiman en los fundamentos que “es necesario continuar adaptando los instrumentos legislativos y políticos que hacen también a la participación electoral de las personas con sexo “no binario” (.) caso contrario quedarían fuera de la legislación vigente”.

 

Es mucha la legislación vigente que alude al sexo femenino y masculino, o, a varones y mujeres -tanto en las provincias como en la Nación- que resulta incongruente con el Decreto del Ejecutivo que permitió consignar sexo F, M o X en los documentos de identidad.

 

En materia electoral, por ejemplo, el Congreso sancionó hace 20 años la Ley de cupo femenino con la que Argentina se transformó en el primer país del mundo en exigir que al menos el 30% de las listas para cargos legislativos nacionales se conformen con candidatas mujeres. En 2017 se reformó el Código Electoral para que varones y mujeres se alternen en las listas y se dispuso, además, que, en el caso de que un legislador nacional deba ser reemplazado por “muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente”, lo suceda alguien de su mismo sexo según el orden establecido. Hay cupo femenino hasta en los eventos musicales, pero las leyes de cupo no son las únicas afectadas, un caso emblemático es el de la ley que fija el sistema de jubilaciones.

 

El Decreto de Fernández estableció un plazo de 120 días para que todos los organismos que integran la Administración Pública Nacional hagan las “adecuaciones normativas, tecnológicas y de sistemas que resulten necesarias para su efectiva implementación”, pero las leyes dictadas por el Congreso no deberían reformarse fuera de ese ámbito.

DE LA HISTORIA

 


a las matemáticas de género, los niños en la mira en España

Luca Volonte

Brújula cotidiana, 17-08-2021

 

Tras la aprobación de la Lomloe el 29 de diciembre, mejor conocida como la Ley Celaá, el gobierno socialista español está lidiando con su aplicación práctica, es decir, con la reforma de los planes de estudios escolares de todo el país. En días pasados, el 9 y 10 de agosto, se descubrió que el gobierno quiere promover en estos decretos lo peor de la neo doctrina educativa occidental, que diluye las nociones académicas básicas y las reemplaza por ideologías peligrosas, además de fantasiosas. Son un ejemplo algunos anexos de los decretos para la educación en la guardería y la primaria española (de cero a 12 años) que incluyen el “descubrimiento personal de la sexualidad” y los “juegos de exploración estimulantes”; las matemáticas desde una perspectiva de género (que ya está contaminando la mente de cientos de miles de niños en los EE. UU.) y otras amenidades no menos peligrosas en la gramática, la lectura de textos escolares, etc.

 

En el caso de la escuela primaria (6-12 años), el gobierno da a las matemáticas una “perspectiva de género”, pero los profesores advierten que hay menos contenido en el nuevo plan de estudios: faltan los números romanos, la regla del tres y el dictado. El gobierno ha abrazado el proyecto de transformar a los estudiantes en pequeños investigadores, pero sin proporcionarles las herramientas de conocimiento o una brújula para investigar la realidad. De hecho, el socialismo pedagógico en salsa ibérica quiere imponer gruesas anteojeras ideológicas a los niños españoles, para que se acostumbren a ver sólo un atisbo de la realidad. En los últimos días, el Ministerio de Educación envió algunos de los borradores de estos decretos a las comunidades regionales, a los que tuvo acceso el diario ABC. Los ministerios regionales de educación deberán evaluarlos y completarlos: en las regiones sin lengua cooficial, los reales decretos suponen el 60% del currículo, mientras que en las que tienen lengua cooficial, el 50%.

 

Las nuevas matemáticas que el gobierno está preparando para la escuela primaria también tendrán un “sentido socioemocional” para ayudar a los alumnos a “manejar” sus sentimientos. El texto, al que también tuvo acceso El Mundo, dice que “resolver problemas matemáticos debería ser una tarea gratificante”. “La adquisición de habilidades emocionales en el aprendizaje de las matemáticas promueve el bienestar de los estudiantes y su interés por la disciplina y motivación por las matemáticas desde una perspectiva de género”. El gobierno, además de programar generaciones de ignorantes certificados sin conocimientos básicos en matemáticas, gramática, lectura e historia, quiere enseñar a los niños de la escuela primaria qué es “bueno” y qué es “malo” en el plan de estudios de la escuela sobre “Valores cívicos y éticos”. A los estudiantes se les enseñará a reconocer los riesgos de “manipulación y desinformación”, todo obviamente entendido en el sentido de lo políticamente correcto: al hacerlo, un espíritu crítico joven que quiere ir más allá de los límites del conocimiento del régimen y quiere investigar o aprender otro tipo de información histórica, filosófica, matemática y literaria, podría correr el riesgo de ser acusado de “discriminación” hacia sus compañeros.

 

El Partido Popular de Pablo Casado dijo que los nuevos planes de estudio escolares están imbuidos de una “perversión extraordinaria”, un claro intento del gobierno de “apropiarse de la educación para introducir la ideología en el aula”, que viola el artículo 27 de la Constitución, “privando a los padres de la responsabilidad de la educación de sus hijos” e impidiendo a que estos últimos de “recibir una formación religiosa y moral” según las “convicciones” de sus padres. Los propios Populares, en nombre de la coalición de gobierno autonómico que los ven implicados, ya han decidido desarrollar el currículum autonómico para evitar el adoctrinamiento ideológico que quiere imponer Madrid. El líder de Vox, Santiago Abascal, no se quedó atrás, enviando un mensaje claro al gobierno: “¡Apartad vuestras manos de nuestros hijos!... ni adoctrinamiento en amnesia histórica, ni talleres de sexualidad para preadolescentes, ni ataques a la familia, ni enseñanza en el odio a España”.

 

La Ley Celaá con sus reglamentos, la ley de “memoria histórica” ​​(que reinterpreta la historia del país desde una perspectiva feminista, anticristiana y comunista), la ley sobre la eutanasia, la propuesta de ley pro trans, la de Liberalizar aún más el aborto y las múltiples decisiones de las administraciones municipales de derribar crucifijos públicos, son parte del único proyecto socialista (de Zapatero a Sánchez): para erradicar por completo las raíces y tradiciones cristianas del país. Esta fue la lúcida denuncia de los obispos españoles el pasado 29 de julio. A nada sirvieron las promesas de la nueva ministra de Educación Pilar Alegría sobre la colaboración con los colegios concertados del país, como dijeron al unísono los exponentes de las escuelas católicas y los padres: faltan hechos concretos sobre la financiación, la autonomía de las escuelas, la garantía de la libertad de elección y el tema de la enseñanza de la religión católica.

 

El adoctrinamiento y la banalidad educativa son dos flagelos en la educación socialista de los escolares: juntos destruyen la libertad de espíritu, mortifican el deseo de verdad y anulan la voluntad de sacrificio. Esta catástrofe (des) educativa es la verdadera pandemia de este inicio de siglo.

I ESCUELA

 


Latinoamericana de Líderes Populares inicia este 11 de septiembre

Vatican News, 10-8-21

La Academia Latinoamericana de Líderes Católicos con el apoyo de instituciones educativas latinoamericanas interesadas en la formación de una nueva generación de laicos católicos en América Latina convocan a la I Escuela Latinoamericana de Líderes Populares, que se desarrollará del 11 de septiembre al 27 de noviembre.

 

“Ciudadanos en el corazón de un pueblo”, es el lema de la I Escuela Latinoamericana de Líderes Populares convocada por la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos con el apoyo de instituciones educativas latinoamericanas interesadas en la formación de una nueva generación de laicos católicos en América Latina que asuman su responsabilidad política y social en la coyuntura actual y siguiendo el camino educativo señalado por el Santo Padre en la Encíclica ‘Fratelli Tutti’, entre ellas destacan: Cáritas de América Latina y la Red eclesial latinoamericana y caribeña de migración, refugio y trata CLAMOR; junto a las universidades Finis Terrae de Chile, Católica Lumen Gentium de México, Católica del Táchira y Católica Cecilio Acosta de Venezuela. Las clases se realizarán los días sábados, del 11 de septiembre al 27 de noviembre, a través de la plataforma Zoom.

 

Los objetivos de la Escuela

El Seminario tiene por objetivo general, formar una nueva generación de líderes católicos auténticamente populares, competentes para la construcción de puentes y la transformación del rostro del continente, desde los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente desde el magisterio del Papa Francisco. Además, de reflexionar y profundizar sobre la espiritualidad del liderazgo; hacer un ejercicio de discernimiento de la realidad de América Latina desde la mirada del discípulo misionero; presentar la naturaleza y principios de la Doctrina Social de la Iglesia, así como las claves de un liderazgo cristiano en la vida política; proporcionar las herramientas básicas para un liderazgo popular en el contexto global; elaborar acciones y propuestas concretas para un liderazgo popular que abra caminos hacia la regeneración del tejido social en tiempos de crisis; y suscitar experiencias de comunión y redes de colaboración entre líderes de toda América Latina.

 

El programa se estructura en cinco módulos

A partir de la metodología Ver-Juzgar-Actuar, que abordan contenidos fundamentales diferenciados se desarrollaran cinco módulos integrales:

El primer módulo, ‘ESPIRITUALIDAD Y CLAVES DE UN LIDERAZGO CRISTIANO EN POLÍTICA’, presenta la naturaleza y los elementos esenciales de un liderazgo católico en la vida política a partir del testimonio de Jesucristo y de cristianos que han asumido un liderazgo en la vida de sus pueblos.

El segundo módulo, ‘DISCERNIMIENTO CRISTIANO DE AMÉRICA LATINA’, hará un recorrido comunitario sobre la situación en América Latina en sus distintos elementos políticos, económicos, sociales, religiosos, eclesiales.

El tercer módulo, ‘DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA: PRINCIPIOS, CRITERIOS DE JUICIO Y DIRECTRICES DE ACCIÓN’, presentará los principios y temas fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia para América Latina.

El cuarto módulo, ‘HERRAMIENTAS PARA UN LIDERAZGO POPULAR EN UN CONTEXTO GLOBAL’ entregará a los participantes, los principales instrumentos para un liderazgo efectivo en la sociedad contemporánea que es plural y diversa.

El quinto módulo, ‘ACCIONES Y PROPUESTAS PARA UN LIDERAZGO POPULAR EN AMÉRICA LATINA’, consiste en la elaboración a través de equipos de trabajo plurales, de propuestas concretas de impacto en sus respectivos medios, para superar los desafíos actuales.

 

Una Escuela para jóvenes comprometidos

La Escuela Latinoamericana de Líderes Populares está dirigido para líderes sociales y comunitarios de América Latina, preferentemente jóvenes, que tengan preocupación en temáticas sociales, políticas y económicas; mayores de 18 años de edad y cuya postulación sea aprobada por el comité organizador en base a su trayectoria de liderazgo y antecedentes de formación. La Escuela será certificada por la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos y las universidades Católica Lumen Gentium de México, Finis Terrae de Chile, Católica del Táchira y Católica Cecilio Acosta de Venezuela. La certificación se realizará de forma digital con tecnología blockchain a través de la compañía Xertify, la cual incluye metadatos.

 

Los Contenidos y el Cuerpo Docente

La conferencia inaugural será dictada por el Cardenal Álvaro Ramazzini Imeri con el tema ¿Qué le pasa a América Latina?; y la conferencia de clausura será dictada por el Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel con el tema Identidad y Vocación de América Latina. El cuerpo docente de la Escuela Latinoamericana de Líderes Populares está integrado por académicos y referentes del trabajo popular en América Latina y Europa, expertos del más alto nivel en cada una de los 30 contenidos de la Escuela.