DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

La Iglesia siempre se ocupó de los pobres



La misericordia y la beneficencia son amigas de Dios


San Gregorio de Nisa (s. IV)

Ve un hombre a su prójimo que no tiene pan ni medios para procurarse el alimento indispensable y en vez de apresurarse a ofrecerle ayuda para rescatarlo de la miseria, lo observa como quien observa una planta verde que se está marchitando lastimosamente por  falta de agua.

Y sin embargo, ese hombre abunda en riquezas y podría ayudar a muchos con sus bienes. Lo mismo que el caudal de una sola fuente puede regar una vasta extensión de terreno, así la abundancia de un solo hogar puede librar de la miseria a un gran número de pobres, si no lo impiden la tacañería y la avaricia del hombre, como acontece con una roca que cae en el arroyo y desvía la corriente.
No vivamos únicamente según la carne: vivamos según Dios. La misericordia y la beneficencia son las amigas de Dios. Si se establecen en el corazón del hombre, lo divinizan y lo modelan a semejanza del soberano Bien, para que sea imagen de la esencia primera y simplísima que supera todo conocimiento.

Sed, pues, moderados en el uso de los bienes de esta vida. No os pertenece todo; al menos una parte de estos bienes debe quedar para los pobres, que son amados especialmente por Dios. Pues todo viene de Dios, que es Padre común de todos, y todos nosotros somos hermanos de raza. Lo ideal sería que los hermanos disfrutasen de una parte igual de la herencia. Pero si algunos se apropian la mayor parte de la herencia, que al menos los demás tengan también una parte. Y si alguno pretende poseer la herencia toda entera con exclusión de sus numerosos hermanos, éste es un tirano despiadado, un hombre sin corazón, un ser insasiable.

Usad, pues, de los bienes de la tierra, pero no abuséis de ellos.

Encuesta en Brasil sobre el Papa



Permite anticipar que pronto terminará la "luna de miel" con el nuevo Pontífice

  Brasileños quieren una Iglesia menos conservadora

Agencia AP

Una amplia mayoría en Brasil, el país con más católicos en el mundo, ve con satisfacción la elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como nuevo papa, pero muchos esperan ver una iglesia más liberal, según una encuesta divulgada ayer.
La consulta de la empresa Datafolha, publicada por el diario Folha de Sao Paulo , señaló que 74 por ciento de los consultados se manifestó positivamente sobre la elección del papa Francisco como jefe de la Iglesia Católica, con nueve por ciento que la calificó como regular y dos por ciento que dio un criterio negativo.
Francisco tiene previsto realizar una visita a Brasil en julio, cuando participará en la Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, y visitará la ciudad de Aparecida, en el estado de San Pablo, donde se encuentra la Virgen de Aparecida, patrona de Brasil y principal centro de peregrinación de católicos en el país.
Pero mientras los brasileños ven con buenos ojos la llegada de un papa argentino, también esperan que Francisco modifique posturas tradicionalmente conservadoras de la Iglesia en temas sociales, como el uso de anticonceptivos y el divorcio.

La encuesta realizada el 20 y 21 de marzo entre 2.653 personas, en su mayoría católicas, reveló que 83 por ciento de los consultados considera que Francisco debe orientar a la Iglesia a favorecer el uso de preservativos y 77 por ciento cree que debe retirar su oposición al uso de píldoras anticonceptivas. Al mismo tiempo, 58 por ciento consideró que el jefe de la Iglesia debe aceptar el divorcio, igual número consideró que las mujeres deben ser autorizadas a oficiar misa y 56 por ciento opinó que debe eliminarse el celibato de los sacerdotes. 

El censo de 2010 reveló que cerca de 65 por ciento de los brasileños se declaran católicos.

La Voz del Interior, 25-3-13

Deuda externa: holdouts y propuesta argentina




Por Héctor GIULIANO (23.3.2013).


Dentro de muy pocos días – con plazo hasta el 29.3 – el gobierno argentino tiene que efectuar una propuesta de pago a los acreedores que no entraron en el Megacanje 2005-2010 (holdouts) ante la Corte de Apelaciones de Nueva York.

A este tema ya nos hemos referido en varios trabajos anteriores  por lo que el objeto de esta nueva nota no es repetir lo explicado sino tratar de mostrar lo que realmente está en juego detrás de esta propuesta argentina (cuyos términos todavía no se conocen pero sobre los que el gobierno Kirchner ha dado algunos indicios concretos).

Por otra parte, dada la proximidad de las noticias o informaciones que se tendrán al respecto, no cabe formular pronósticos ahora sino simplemente evaluar el cuadro de situación o marco dentro del que se presentará la propuesta de referencia.


ANTECEDENTES INMEDIATOS.

La Argentina ha perdido en primera y segunda instancia – fallos del juez Griesa y Cámara de Apelaciones – un juicio en su contra iniciado por varios fondos de inversión – tipificados como “fondos buitre” (entre ellos, el Elliot Management, de Paul Singer, el mismo del pedido de embargo contra la fragata Libertad) – y también algunos pocos bonistas individuales.

Como se recordará, el juez Griesa dictó el año pasado una sentencia que obliga a nuestro país a pagarle al contado a estos holdouts el 100 % del Valor Nominal (VN) reclamado (unos 1.300 MD  entre capital e intereses) más costas y otros gastos (lo que da un total de algo más de 1.450 MD).

El fallo fue apelado por la Argentina pero ratificado en su contra por la Cámara que, sin embargo, le dio la alternativa de presentar una propuesta de pago a los acreedores, con fecha de vencimiento 29.3.

En la práctica, esta exigencia del tribunal mitiga o relativiza el fallo en cuestión ya que le abre a nuestro país otra instancia de arreglo posible pese a las decisiones judiciales en su contra.

En principio, al gobierno Kirchner se le exige que cumpla con la cláusula “pari passu” - de tratamiento igualitario o equitativo – aunque no hay acuerdo precisamente sobre la interpretación de cómo se aplica dicha cláusula en este caso: mientras los holdouts (apoyados en principio por el juez y la cámara) reclaman el citado 100 % del VN más costas, nuestro país ofrece reabrir el Megacanje 2005 en las mismas condiciones – como ya se hizo en el 2010 – para permitirles a los acreedores la reestructuración de sus bonos pero cambiando los términos de las obligaciones originales (quita, tasas, plazos, etc.).

En realidad – y dentro de su lógica de defensa - el gobierno podía haber dejado ya abierta esta posibilidad suspendiendo nuevamente la Ley cerrojo 26.017 y hasta abriendo una cuenta indisponible en el banco agente de pago – que es el Bank of New York – a condición que los acreedores que aceptasen cobrar los intereses y cupones del PBI (VLPBI) tendrían que declinar sus reclamos aceptando los términos del canje; pero no lo hizo. Ahora, en cambio, pareciera que una opción de este tipo va a ser el eje de su propuesta.

De todas maneras, se trata de una presentación formal de la propuesta de pago a la Cámara que, a su vez, se tomará su tiempo para decidir; por lo que las novedades del caso no necesariamente serían rápidas.

La presidenta Cristina Kirchner ha destacado que se trata de un verdadero “caso testigo” y esto es cierto ya que lo que ocurra en este juicio no sólo influirá directamente en todas las otras causas abiertas en los tribunales de Nueva York sino también – y mucho más serio – en la aplicación de la Cláusula del Acreedor más favorecido (incorporada por la actual administración en el Megacanje del 2005), según la cual si nuestro país concede a otros acreedores condiciones más favorables que a los bonistas que ya entraron en el canje tiene la obligación de hacerles extensivo esos mismos beneficios a todos los que ya lo hicieron.

Esto arrojaría una suma no precisada – sobre la que se han tirado varias cifras  - pero, prácticamente en todos los casos, el país no tendría las divisas necesarias como para afrontarlas al contado, por lo que amenazaría caer en un default técnico.


LA REALIDAD DE LOS HECHOS.

Los reclamos judiciales en el exterior y, particularmente, el avance de estos juicios en Nueva York después de varios años de cierta “tolerancia jurídica” ponen en evidencia algunas importantes debilidades o falencias en la estrategia seguida por el gobierno Kirchner a través del estudio norteamericano Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que representa a nuestro país, que tendría conflicto de intereses por su relación con algunos de los acreedores y que fue co-responsable tanto de los términos del endeudamiento externo argentino como específicamente de su formulación desde la época del Plan Brady 1992-1993 hasta nuestros días.

Pero el problema inmediato de los juicios de los holdouts se genera no sólo por cuestiones de arrastre sino también, y muy especialmente, por los términos del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005, es decir, no sólo por culpas heredadas sino por culpas propias de la actual administración.

La primera de ellas fue y es la voluntad y complicidad del gobierno Kirchner por no investigar el problema de la ilegitimidad de la Deuda Pública Argentina.

Concedido ello – la no investigación (paralela a la paralización de las causas judiciales locales en curso que se siguen por las irregularidades y delitos vinculados a la Deuda) – toda estrategia legal estaba condenada de antemano al reconocer la legitimidad irrestricta de los acreedores, que en su mayoría habían pasado a ser fondos internacionales especulativos de inversión financiera: los “fondos buitre” de los que habla el gobierno (los que ya entraron en los canjes 2005-2010, que son mayoría, y los que están pleiteando contra la actual administración).

A esta declinación o allanamiento esencial siguió el problema de haber pactado un arreglo desfavorable para los intereses nacionales - el Megacanje de 2005 - que no podía ser cumplido en condiciones normales y que fracasó por incapacidad de repago argentina, lo que mantiene a nuestro país dentro de la trampa de Deuda Perpetua que conlleva una refinanciación permanente de los vencimientos de capital, la toma sistemática de nuevas deudas, el aumento de los totales de endeudamiento, el incremento de la deuda intra-Estado a costa de la descapitalización del Banco Central (BCRA), la desfinanciación del sistema Previsional, el “desvío” de fondos de las Agencias del Estado (empezando por los del Banco Nación), la aceptación de cupones ligados al PBI cuyos pagos de base acumulativa crecen en forma exponencial, el pacto de capitalizaciones de intereses que aumentaban lógicamente el principal, el pacto de indexaciones de la deuda en pesos ajustadas por una inflación creciente (que trató de licuarse parcialmente a través de los cambios en el Índice de Precios Minoristas del INDEC), etc.

Pero a estas dos falencias centrales se le sumó, como agravante, la inequidad y el negociado facilitado a los acreedores en el plano práctico de la operación de canje.

       
LA VERDAD DEL MEGACANJE KIRCHNER-LAVAGNA.

La realidad de los hechos explicativos del acápite anterior puede sintetizarse en un cálculo simple y directo de los números del canje en valor absoluto, que desmienten la existencia de una verdadera “quita” sobre la deuda en default.

a)        La quita promedio sobre los bonos elegibles no fue del 66 % sino del 44 %, de modo que por cada bono viejo de VN 100 se emitían bonos nuevos por valor de 56.

b)        Pero esta reducción por quita era más que compensada por la entrega de los cupones PBI, por valor de 48 sobre cada 100.

c)         Esto significa que los acreedores que entraron en el canje recibieron títulos de crédito contra el país de mayor importe total que el valor nominal canjeado: 104 por cada 100 (producto de 56 + 48).

d)        En este cálculo no está incluido el adicional del importe por intereses corridos del período 2003-2005, que fueron reconocidos con fecha retroactiva al cierre del Megacanje y que se entiende fueron pagados en efectivo.

Esta diferencia de más de 4 $ por cada 100 se amplifica sustancialmente en el caso de los fondos especulativos que no aportaron dicho capital inicial sino que compraron los títulos a nivel “bonos basura” (hasta el 20 y 15 % de su VN), a los tenedores originales.

Un bono comprado así, desembolsando sólo 20 US$, llegaba a ser canjeado por nuevos títulos por 104: 84 US$ de margen de ganancia, siempre medido en valor absoluto.

Estas ventajas fueron más relevantes todavía para los bonistas que entraron en el canje con la reapertura del 2010 porque éstos, además, percibieron los retroactivos correspondientes, incluyendo los VLPBI sin haber estado sujetos a la incertidumbre previa de su fecha de pago como “deuda contingente”. 


PERSPECTIVAS Y EXPECTATIVAS.

Como hemos dicho al principio de esta nota, no es el propósito de la misma vaticinar lo que vaya a presentar la administración Kirchner como propuesta a los holdouts cumpliendo el requerimiento de la Corte de Apelaciones de Nueva York, aunque es el mismo gobierno que viene anticipando su postura en el sentido de plantear una nueva reapertura del Megacanje 2005.

El interrogante lógico es que no se sabe lo que realmente buscan, en definitiva, los “fondos buitre” (FB), pero si aceptaran – como hemos visto – igual saldrían con un margen extraordinario de ganancia y con fortísimos retroactivos.

Desde un frio punto de vista lógico a los FB les convendría aceptar y, además, ello pudiera ser presionado, como forma de regulación o freno a su comportamiento, por parte de los gobiernos de los países centrales – hoy vapuleados por la crisis financiera global derivada del problema de las deudas soberanas – para forzar la universalización de las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), que siguen las reglas concursales estandarizadas según las cuales la mayoría de los acreedores impone el criterio a las minorías, evitando así las actitudes de los tenedores díscolos y obligando entonces a una reglamentación general de criterios para los casos de default.

Por eso el gobierno argentino goza, en principio, de la alianza fáctica y/o apoyo de la administración Obama, de la Reserva Federal de Nueva York, de los bonistas que ya entraron en los canjes 2005-2010, del Bank of New York como agente de pago y (quizás lo más importante) de los principales bancos de inversión de Wall Street, interesados en mantener esa plaza como lugar de colocación preferencial y grandes negocios financieros de Deuda Soberana de todo el mundo.

Por otra parte – como hemos explicado – los FB no saldrían perdiendo plata con su entrada ahora al canje y se supone les sería financieramente más rentable hacerlo así antes que continuar con sus acciones legales.

La aceptación de la propuesta argentina de reapertura del Megacanje  - que, como también dijimos, no sería inmediata y tampoco exenta de regateos especulativos con altibajos finales - puede devenir así el escenario de una “teatralización” con importantes efectos financieros y políticos: la presidenta se presentaría como “vencedora” de los FB, éstos se fingirían “derrotados” y el establishment financiero avanzaría en el ordenamiento de las crisis de Deuda con reestructuraciones gradualmente más normalizadas.

La Argentina se acercaría así al cumplimiento de la Hoja de Ruta planteada desde el inicio de la gestión Boudou en el Ministerio de Economía: 1. Resolución del problema de los Holdouts (más de 11.000 MD, independientemente de las demandas ante el CIADI), 2. Arreglo de la Deuda Externa con el Club de París (unos 9.000 MD), y 3. Vuelta de nuestro país al Mercado Internacional de Capitales... precisamente para tomar más Deuda Externa.

Las alternativas, con sus múltiples combinaciones posibles , están abiertas. Ahora hay que esperar las noticias y los hechos.



El Jefe de la Iglesia Católica es Su Santidad el Papa




 P. Jorge Loring
Fuente: Para Salvarte

39.- El Jefe de la Iglesia Católica es Su Santidad el Papa, representante de Cristo en la Tierra, que lo ha puesto al frente de su Iglesia para que la guíe y cuide de su unidad.


1. El Papa es el Sumo Pontífice de Roma, sucesor de San Pedro156, a quien todos estamos obligados a obedecer, «no sólo en las materias que pertenecen a la fe y a las costumbres, sino también en las de régimen y disciplina de la Iglesia».

La Iglesia afirma que el Papa es el sucesor de San Pedro.

El mismo Pablo VI dijo ante millares de personas en Bombay: «¿Quién es este peregrino? El siervo y mensajero de Jesucristo, puesto por la Divina Providencia a la cabeza de su Iglesia como sucesor de San Pedro, Príncipe de los Apóstoles».

Es Maestro Infalible, porque cuando habla como Jefe de la Iglesia Universal ejerciendo el supremo grado de su autoridad y define como obligatorias verdades de fe y moral, no se puede equivocar.

«Infalibilidad es la preservación del error, fruto de la asistencia divina. (...) Su fundamento es la asistencia de Dios. En Dios se encuentra toda la verdad. y Dios no miente . Él ha querido dar a su Iglesia este don de permanecer en la verdad».

Si el Papa pudiera equivocarse al enseñar lo que es obligatorio creer o hacer para salvarse, nos desorientaría en el camino de la salvación; y Dios, que nos manda obedecer al Papa, sería el culpable de nuestra condenación.

Esto es absurdo. Luego se comprende que el Papa tiene que ser infalible cuando señala el camino de la salvación.

Esta asistencia espiritual la prometió Jesucristo cuando dijo: «Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos»165. «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

«Si alguna vez la Iglesia dogmáticamente enseñara alguna herejía, (...) entonces dejaría de ser la Iglesia de Jesús y las puertas del infierno habrían prevalecido contra ella. Entonces no hay forma en que la Iglesia enseñe dogmas erróneos. Si lo hace, las puertas del infierno habrán prevalecido contra ella».

La infalibilidad del Papa es dogma de fe.

Dice el Concilio Vaticano I: «Definimos ser dogma divinamente revelado que el Romano Pontífice cuando habla ´ex cathedra´ esto es, cuando cumpliendo su cargo de Pastor y Maestro de todos los cristianos, define con su suprema autoridad apostólica, que una doctrina sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia Universal... goza de aquella infalibilidad que el Redentor Divino quiso que estuviera en su Iglesia».

La infalibilidad del Papa ha sido definida como dogma de fe en 1870. Desde entonces han habido diez Papas (Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II [Benedicto XVI]). En todo este tiempo sólo ha sido definido como dogma la Asunción, en 1950 por Pío XII. Y esta verdad estaba en la fe de la Iglesia desde el siglo VII.
........
Para salvarse es necesario creer y aceptar toda la doctrina de Jesucristo. La auténtica doctrina de Jesucristo, no otra: «Id por todo el mundo - dijo Jesús a sus Apóstoles- y predicad el Evangelio a toda criatura, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. El que creyere y se bautizare, se salvará; el que no creyere, se condenará». Esto supone garantía de que los que transmiten las enseñanzas de Jesucristo no se van a equivocar.

Si la Iglesia no fuera infalible, Dios obligaría a los hombres a aceptar el error bajo pena de condenación eterna. Esto es absurdo. Si Él nos obliga a creer lo que la Iglesia nos enseña es porque se compromete a que siempre enseñará la verdad: «Yo estaré con vosotros hasta el fin de los siglos».

Ahora bien, ¿qué garantías podemos tener nosotros a la distancia de veinte siglos y a través de tantas teorías y opiniones humanas, de que la doctrina que nos enseña hoy la Iglesia es la auténtica doctrina de Jesucristo?

«¿Cómo se conservará este tesoro sin guardianes autorizados? ¿Cómo guardar incontaminada esta norma de vida, destinada a todos los pueblos y a todos los tiempos? (...) Su destino a la humanidad entera hacen indispensable la fundación de un magisterio y jerarquía en la Iglesia».

Jesucristo, fundador de la Iglesia, si quiso hacer efectivamente una Iglesia que llevase su mensaje a todos los tiempos y a todos los hombres, no tuvo más remedio que dotarla de un control adecuado, que impidiera absolutamente el que su doctrina fuera deformada a través de los siglos. Este control es una especial asistencia del Espíritu Santo con la que impide absolutamente el error en su Iglesia, en lo que se refiere a la determinación de la auténtica doctrina revelada.

Le dice Jesucristo a Pedro: «Yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, confirma a tus hermanos».

El Papa es infalible cuando determina o declara ex cathedra la auténtica doctrina revelada. Pero fuera de esto -por ejemplo, si predice el tiempo- el Papa se puede equivocar como otro hombre cualquiera.

Es decir, que el Papa, en su vida ordinaria, aunque sea un hombre prudentísimo y de toda confianza, no es infalible. La infalibilidad está reservada a ciertas enseñanzas hechas con una solemnidad especial, de modo definitivo, que teológicamente se llama ex cathedra, en la que expresa su voluntad de obligar a toda la Iglesia a creer la verdad por él definida.
«Esto no significa que el Papa pueda sacarse los dogmas del bolsillo; sólo puede definir aquello que se encuentra en la Sagrada Escritura o en la Tradición».
Con todo, al Papa hay que obedecerle siempre; aun en las cosas que no es infalible: lo mismo que los hijos tienen que obedecer a sus padres, aunque no sean infalibles. El Magisterio de la Iglesia hay que aceptarlo incluso en lo no infalible, con religiosa sumisión; más que por los argumentos en que se apoya, por la autoridad que Cristo dio a su Iglesia para señalar el camino que nos lleva al Reino de los Cielos.

«Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, de tal manera que se reconozca con reverencia su Magisterio Supremo, aunque no hable ex cathedra; y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse, ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que se repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas».

«Un teólogo podría discrepar y seguir investigando; pero no desacreditar públicamente a la Iglesia, sino manteniendo un silencio obsequioso».

2. Infalibilidad no significa impecabilidad.
El Papa -como todo hombre- puede tener sus faltas. Es más, en la Historia ha habido algunos Papas indignos, que no han sido ejemplares; aunque pocos. Habrán sido pecadores, pero siempre rectos en sus enseñanzas, pues siempre han sido infalibles.

Con todo, gracias a Dios, tenemos en la Iglesia Católica un largo historial de Papas Santos. Se veneran en los altares setenta y siete Papas santos.  Y treinta y uno murieron mártires.

«No hay tanta grandeza humana y tanta santidad en ninguna otra dinastía del mundo. ¿Qué valor le podemos dar a los que se fijan tan sólo en los tres o cuatro Papas que no hicieron honor a su puesto?

»Ludovico Pastor era un pastor protestante que leyó los archivos del Vaticano para escribir la Historia de los Papas. Él escribió todo: lo bueno y lo malo. Pero lo bueno apareció tan manifiesto a sus ojos que terminó convirtiéndose al catolicismo. La verdad borró sus prejuicios».




El Magisterio de la Iglesia y el Sumo Pontífice






Ante la elección de un nuevo Papa, los laicos podemos haber tenido  dudas o preferencias entre los cardenales en condiciones de ser elegidos, y hasta sentir preocupación sobre  la forma en que continuará la vida de la Iglesia. De allí la importancia de recordar que ella tiene 2.000 años y no puede desaparecer ni abandonar su misión.

Con respecto a los Papas, ellos son seres humanos con las mismas debilidades de cualquier hombre. La historia muestra que no todos los pontífices fueron irreprochables; pero incluso aquellos acusados de nepotismo y graves inconductas privadas como Alejandro VI (Rodrigo de Borgia), que accedió al trono de Pedro en 1492, no se apartaron de la fe en cuestiones esenciales.  En palabras de Pastor, hay que separar entre los actos personales de Alejandro VI y lo referido a la propia Iglesia Católica:

"No afecta el valor intrínseco de una joya, ni la moneda de oro pierde su valor cuando pasa por unas manos sucias. Del sacerdote, como funcionario de una Iglesia santa, se espera una vida inmaculada, tanto porque por oficio él debe ser un modelo de virtud al que los laicos deben ver como ejemplo, como porque con su vida virtuosa puede inspirar a otros a respetar la sociedad de la cual él es un adorno. Pero los tesoros de la Iglesia, su carácter divino, su santidad, la revelación divina, la gracia de Dios, la autoridad espiritual, como bien se sabe, no dependen del carácter moral de los funcionarios de la Iglesia. Aún el más elevado de los sacerdotes no puede disminuir  en nada el valor intrínseco de los tesoros espirituales que se le han confiado".
(Pastor, Ludwig von. Historia de los Papas desde fines de la Edad Media, 1924, vol. III, p. 475)



La indefectibilidad de la Iglesia

La afirmación de que la Iglesia es indefectible -que no puede faltar- expresa una triple certeza:
1) que no desaparecerá a lo largo de la historia;
2) que seguirá existiendo tal como Cristo la ha querido, sin sufrir cambios sustanciales que equivaldrían prácticamente a su destrucción;
3) que se mantendrá fiel a Cristo.

La indefectibilidad de la Iglesia descansa en la promesa del Señor de permanecer siempre con ella y de defenderla de los ataques del Mal. El Vaticano II ha expresado esto en un texto muy denso, que excluye interpretaciones simplistas:

“Caminando, pues, la Iglesia en medio de tentaciones y tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha sido prometida para que no desfallezca de la fidelidad perfecta por la debilidad de la carne, antes, al contrario, persevere como esposa digna de su Señor y, bajo la acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse hasta que por la cruz llegue a aquella luz que no conoce ocaso” (Lumen Gentium, 9).

Entonces, la confianza de la Iglesia en su fidelidad no es fruto de la soberbia humana, sino de la confianza en la gracia de Dios. Por otra parte, ningún miembro de la Iglesia, en particular, tiene garantía de perseverar en la fe. Incluso los grupos como tales, pueden apartarse de la fe, dando origen a sectas heréticas. La garantía se le da a la Iglesia en su totalidad, por lo que es imposible que toda la Iglesia pueda caer en un error que la ponga en contra del evangelio de Jesucristo. Dice el Concilio:

“La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Espíritu Santo, no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando desde los obispos hasta los últimos laicos presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres” (Lumen Gentium, l2).

Lo que se describe así es el llamado sensus fidei, o sentido común de la fe, que es uno de los filones de la tradición. El magisterio de Pío IX, al definir el dogma de la inmaculada concepción de María (1854), y el de Pío XII, al definir el dogma de la asunción corporal al cielo de la Virgen (1950), se apoyaron en el sensus fidei. En efecto, ambos papas pidieron a los obispos que informaran sobre la vivencia al respecto, del clero y de los fieles, antes de proclamar el dogma.


Características del Magisterio de la Iglesia

Podemos clasificar las formas del magisterio, con el siguiente cuadro:

AUTENTICO:
-De los obispos en su Diócesis respectiva
-De las Conferencias Episcopales
-Del Papa, en su Magisterio Ordinario

INFALIBLE:
-De todos los Obispos, con el Papa, en consenso unánime
-De los Concilios Ecuménicos, cuando definen
-Del Papa, cuando habla “ex Cathedra” (desde la cátedra), con la intención de definir una verdad.

El Código de Derecho Canónico (Cánon 749,1 ) establece:
“En virtud de su oficio, el Sumo Pontífice goza de infalibilidad en el magisterio, cuando, como supremo pastor y doctor de todos los fieles, a quien compete confirmar en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina que debe sostenerse en materia de fe y costumbres.”

El Concilio Vaticano I fijó las condiciones que se requieren para que el magisterio del papa sea infalible:
l. El Papa enseña como pastor y doctor universal; no como doctor privado ni como Obispo de Roma.
2. El Papa define, es decir, pronuncia un juicio definitivo e irrevocable en el futuro, ni por el mismo papa, ni por otro, ni por un Concilio.
3. El Papa ejerce su suprema autoridad apostólica, lo cual implica que obre con entera libertad y no por coacción.
4. El Papa define una doctrina sobre fe y costumbres; no está limitada a la Revelación.
5. Debe ser sostenida por la Iglesia universal: obliga a toda la Iglesia, no a una parte, y a un asentimiento absoluto e irrevocable.

Cuando se dan estas cinco condiciones, el papa habla ex cátedra, y su enseñanza es infalible. (Lumen Gentium, 25)

Fuentes:

Collantes, Julio. “El Magisterio de la Iglesia”; Madrid, Cuadernos BAC, 1978.
Ardusso, Franco. “Magisterio Eclesial”; Madrid, San Pablo, 1998.






El niño en el vientre materno es una persona


La Corte Suprema de Alabama reconoce derechos de los nascituros

Washington (Estados Unidos) (AICA):7-3-13

La Corte Suprema de Alabama asestó un duro golpe al fraude constitucional de Roe contra Wade, al reconocer que el niño en el vientre materno es una persona”, aseveró en un comunicado el analista legal de la organización Personhood USA, Gualberto García Jones.

Por otra parte, diversas organizaciones provida de los Estados Unidos, aseguraron que la reciente decisión de la corte suprema de Alabama de reconocer al niño en el vientre materno como una persona que merece protección legal, podría tener un impacto significativo para lograr el fin del aborto en los Estados Unidos.

El pasado 11 de enero la corte suprema de Alabama sentenció que los niños en el vientre materno están protegidos por la ley de peligros químicos del Estado de Alabama.

El caso dictaminado por el tribunal se refiere a dos mujeres que pusieron en riesgo la vida de sus niños mediante el uso de drogas ilegales durante el embarazo. Una de las mujeres admitió que fumó metanfetaminas tres días antes de que su hijo naciera prematuramente. El niño murió 19 minutos después del parto de “intoxicación aguda por metanfetaminas”.

Según la legislación de Alabama, es un crimen poner en peligro la vida de un niño, al exponerlo a una sustancia químicamente peligrosa. El abogado de la mujer argumentó que la ley de peligros químicos no se aplica a los nascituros (niños por nacer).

La corte discrepó con el planteamiento del abogado, indicando que “el único caso en el que a los niños no nacidos se les niega protección legal es el aborto, y esa negación se debe únicamente a los dictámenes de la sent encia Roe contra Wade”, con referencia al caso por el que la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó el aborto, en 1973.

Tras citar toda una serie de leyes que protegen de alguna manera a los no nacidos en 40 estados y en el distrito de Columbia, la Corte Suprema de Alamaba hace hincapié en que su sentencia es coherente “con el amplio reconocimiento legal de que los niños no nacidos son personas con derechos que deben ser protegidos por la ley”. Como ejemplo puso las leyes que “permiten reclamar daños y perjuicios por la muerte culpable de un niño no nacido si las lesiones causadas a ese niño cuando ya es viable provocan su muerte antes del nacimiento”.

La sentencia citó un caso en el estado de Carolina del Sur, en el que una corte llegó a un fallo similar, determinando que “sería absurdo reconocer al feto viable como una persona para propósitos de las leyes de homicidio y estados de muerte injusta, pero no para los propósitos de proscribir el maltrato infantil”.

La corte de Alabama también expresó su acuerdo con la corte de apelación, que señaló que “no sólo las cortes de este Estado han interpretado el término ‘niño’ para incluir al feto viable en otros contextos, la definición del diccionario del término ‘niño’ explícitamente incluye a una persona no nacida o un feto”.

La Corte enfatizó que sostener la protección legal del niño en el vientre materno era consistente “con el amplio reconocimiento legal de que los niños por nacer son personas con derechos que deben ser protegidos por la ley”.

La instancia judicial también indicó que su decisión está en consonancia con la Declaración de Derechos de la constitución del estado, que proclama que “todos los hombres son igualmente libres e independientes; que son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

El fiscal general de Alabama, Luther Strange, aplaudió la decisión de la corte. “La Corte ratificó nuestro argumento que la política pública de nuestro estado es proteger la vida, tanto nacida como en el vientre materno”, dijo en un comunicado. “Es una gran victoria que la Corte Suprema de Alabama haya afirmado el valor de toda vida incluyendo la de aquellos niños en el vientre materno, cuyas vidas son las más vulnerables de todos”.

A pesar de que el fallo del 11 de enero no se aplica directamente para las regulaciones abortivas, los activistas pro-vida están satisfechos por la decisión, y aseguran que podría contribuir al crecimiento del reconocimiento de los niños en el vientre materno como personas humanas con derechos legales.

“En lesiones personales, criminales y testamentos y la ley de bienes, la tendencia ha sido reconocer al niño en el vientre como un ser humano con protecciones legales, no simplemente como un ser humano ‘en potencia’”, dijo Mathew Staver, presidente del Liberty Counsel, para quien “los casos de abortos de la Corte Suprema de los Estados Unidos son una aberración de la ley, y se mantienen aislados por sí solos, pero esa isla un día desaparecerá”.+ 

Economía y sociedad en el pensamiento de Benedicto XVI




Por Daniel V. González

Los nuevos tiempos
De las tres encíclicas que deja Benedicto XVI, la más importante desde el punto de vista social es Caritas in veritate (La caridad en la verdad), principalmente dedicada a plantear los grandes temas de la situación económica y social de este momento, con permanentes referencias a la Populorum Progressio, a la que en los hechos le formula algunas puntualizaciones y rectificaciones todas ellas producto de los cambios habidos durante las casi cinco décadas que transcurrieron entre una y otra Encíclica.
La distancia contextual es mencionada expresamente: “El mundo que Pablo VI tenía ante sí, aunque el proceso de socialización estuviera ya avanzado y pudo hablar de una cuestión social que se había hecho mundial, estaba aún mucho menos integrado que el actual”.

La globalización ha cambiado las circunstancias en que se desenvuelven algunos de los problemas planteados en otros tiempos, de modo tal que incluso ha modificado uno de los temas centrales de la Populorum progressio: “Hoy, el cuadro del desarrollo se despliega en múltiples ámbitos. Los actores y las causas, tanto del subdesarrollo como del desarrollo, son múltiples, las culpas y los méritos son muchos y diferentes. Esto debería llevar a liberarse de las ideologías, que con frecuencia simplifican de manera artificiosa la realidad, y a examinar con objetividad la dimensión humana de los problemas. Como ya señaló Juan Pablo II, la línea de demarcación entre países ricos y pobres ahora no es tan neta como en tiempos de la Populorum progressio”.

La existencia de un mundo global se identifica como el principal cambio ocurrido durante los años que se extienden entre ambas cartas pero, a la vez, se hace notar la permanencia de uno de los grandes problemas que afectaba el intercambio comercial en tiempos de Pablo VI: “… los altos aranceles aduaneros impuestos por los países económicamente desarrollados, que todavía impiden a los productos procedentes de los países pobres llegar a los mercados de los países ricos”.

El tema de la globalización se nos aparece a cada paso a lo largo de toda la encíclica. Al respecto, lo novedoso en comparación con la Populorum progressio consiste en el afianzamiento de una visión menos crítica del intercambio comercial y de los perjuicios sobre los que advertía Pablo VI que para los países pobres, como consecuencia del intercambio comercial de los años de su reinado. Ahora, se le reconoce al menos un papel dual, para nada establecido de antemano. Al respecto, afirma: “A pesar de algunos aspectos estructurales innegables, pero que no se deben absolutizar, ‘la globalización no es, a priori, ni buena ni mala. Será lo que la gente haga de ella’ (…) Oponerse ciegamente a la globalización sería una actitud errónea, preconcebida, que acabaría por ignorar un proceso que tiene también aspectos positivos, con el riesgo de perder una gran ocasión para aprovechar las múltiples oportunidades de desarrollo que ofrece”.

A continuación, afirma: “El proceso de globalización, adecuadamente entendido y gestionado, ofrece la posibilidad de una gran redistribución de la riqueza a escala planetaria como nunca se ha visto antes; pero si se la gestiona mal, puede incrementar la pobreza y la desigualdad, contagiando además con una crisis a todo el mundo”. Como puede verse, esta encíclica corrige la visión pesimista y un tanto fatalista de la anterior. Ello es producto del cambio en las circunstancias históricas.

La Encíclica de Benedicto XVI fue hecha conocer en medio de la crisis mundial de 2008/2009 y, como es natural, está impregnada por una cierta desconfianza hacia el funcionamiento del mercado. A este tema dedica algunos párrafos muy interesantes: “Si hay confianza recíproca y generalizada, el mercado es la institución económica que permite el encuentro entre las personas, como agentes económicos que utilizan el contrato como norma de sus relaciones y que intercambian bienes y servicios de consumo para satisfacer sus necesidades y deseos”. Tras concederle una función y legitimidad claves, añade un concepto que lleva una crítica implícita al marxismo: “… se ha de considerar equivocada la visión de quienes piensan que la economía de mercado tiene necesidad estructural de una cuota de pobreza y de subdesarrollo para funcionar mejor”. Así, al quitarle perversidad a la sola existencia del mercado, Benedicto le otorga una función concreta en la búsqueda de una sociedad más justa y con menos pobres, aunque obviamente en varios pasajes hace referencia a la necesidad de una economía humanizada donde reine la solidaridad.

La idea completa sobre el mercado queda sintetizada en este párrafo: “La sociedad no debe protegerse del mercado, pensando que su desarrollo comporta ipso facto la muerte de las relaciones auténticamente humanas. Es verdad que el mercado puede orientarse en sentido negativo, pero no por su propia naturaleza, sino por una cierta ideología que lo guía en ese sentido. No se debe olvidar que el mercado no existe en su estado puro, se adapta a las configuraciones culturales que lo concretan y condicionan”.

Estado y ayuda social
El rol del estado no está ausente en Caritas in veritate. Por un lado, se ajusta la visión de Rerum Novarum y, por el otro, formula una advertencia acerca de su presunta desaparición.
Respecto de la reformulación del rol de estado, dice: “…la Rerum novarum, escrita como consecuencia de la revolución industrial, (…) afirmó por primera vez la idea –seguramente avanzada para aquel tiempo- de que el orden civil, para sostenerse necesitaba la intervención redistributiva del Estado. Hoy esta visión de la Rerum novarum, además de puesta en crisis por los procesos de apertura de los mercados y de las sociedades, se muestra incompleta para satisfacer las exigencias de una economía plenamente humana”.

Más adelante, sin embargo, y muy probablemente como consecuencia del especial momento en que es dada la Encíclica, puede leerse: “La sabiduría y la prudencia aconsejan no proclamar apresuradamente la desaparición del Estado. Con relación a la solución de la crisis actual, su papel parece destinado a crecer, recuperando muchas competencias. Hay naciones donde la construcción o reconstrucción del Estado sigue siendo un elemento clave para su desarrollo”.

Muchos otros temas de la economía y el desarrollo, de gran actualidad, son abordados por el documento: ecología y medio ambiente, rol del empresariado, aspectos demográficos del crecimiento, acceso a la educación, rol de los consumidores, etc. Pero un tema recurrente de los pronunciamientos papales de todos los tiempos es el de la ayuda social y la solidaridad universal, a la que considera “un deber”. Pero la encíclica reflexiona acerca de los deberes que deben estar vinculados con el ejercicio de algunos derechos. Advierte, por ejemplo que “La exacerbación de los derechos conduce al olvido de los deberes”. Desarrolla con precisión una idea tomada de textos anteriores acerca de la verdadera función de la ayuda internacional hacia los países más pobres: “… la comunidad internacional (debe asumir) como un deber ayudarles a ser ‘artífices de su propio destino’, es decir, a que asuman a su vez deberes. Compartir los deberes recíprocos moviliza mucho más que la mera reivindicación de derechos”.

Más adelante, la Encíclica vuelve sobre el tema de la ayuda internacional en un párrafo muy claro y significativo pues implícitamente supone un rediseño de los mecanismos por los que se concretan en muchos países estos programas sociales. Dice: “A veces, el destinatario de las ayudas resulta útil para quien lo ayuda y, así, los pobres sirven para mantener costosos organismos burocráticos, que destinan a la propia conservación un porcentaje demasiado elevado de esos recursos que deberían ser destinados al desarrollo”. Más claro, agua.

Estos son algunos aspectos de la extensa, múltiple y sólida encíclica social de Benedicto XVI. Todos los problemas sustanciales de la economía actual han encontrado un lugar en ella, a la vez que un enfoque reflexivo. Deberíamos tomar nota del esfuerzo intelectual que supone la revisión, el repaso, el seguimiento y el estudio profundo que denotan estos documentos papales. Sobre todo en un momento como el que vivimos, donde reina la pereza en el pensar y los nuevos problemas a menudo son analizados con teorías y esquemas antiguos, sin que se haga el menos esfuerzo por revisarlos y actualizarlos.

Alfil, 7-3-13