Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata (Argentina), en su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (10-09-11):
“En la Cámara de Diputados de la Nación existen varios proyectos referidos a las técnicas de fecundación humana artificial y uno de ellos ya tiene despacho de mayoría de las Comisiones involucradas en el tema”.
“Otras veces hemos comentado aquí la problemática que plantean estas técnicas que, hoy día, vienen a reemplazar, como una posibilidad real y efectiva, a la unión conyugal como medio o como ámbito para la comunicación de la vida humana”.
“Sin duda nosotros comprendemos el deseo de tantas parejas de tener un hijo cuando están afectados por alguna dificultad que no hace posible un embarazo y un nacimiento pero habría que recordar que el hijo no es un producto del deseo, no es un objeto de deseo”.
“El hijo es ante todo un don y tiene que ver con el don recíproco de los esposos que se entregan recíprocamente para dar lugar al nacimiento de un tercero que es, entonces sí, el objeto de su amor”.
“Estas técnicas artificiales vienen a reemplazar el ámbito natural donde debe surgir una persona humana”.
“Respecto de estos proyectos legislativos hay varias cosas que se pueden apuntar y que son para preocuparse seriamente”.
“La legalización de la dación, como se dice, o donación de gametos y la posible selección de los mismos. Hoy día todo el mundo sabe que existen y se puede buscar por Internet bancos de semen, por ejemplo, que clasifican el producto de acuerdo a las posibilidades genéticas que van a concretarse a partir de allí”.
“De ese modo se autoriza la selección según la voluntad de los que requieren el uso de estas técnicas. Se podría, entonces, condicionar las características físicas o intelectuales del niño por nacer. Se podría elegir un niño rubio de ojos celestes o un morocho de ojos negros, un niño más inteligente o con mayor inclinación genética a desarrollar sus capacidades físicas, etc.”
“Estas cosas plantean un problema muy serio que podríamos denominar de discriminación genética. Pensemos en las consecuencias sociales y legales de todo esto. Me parece que estos proyectos no se incluye una aclaración sobre estos conceptos fundamentales”.
“Está también la posibilidad de seleccionar embriones. Todo el mundo sabe que en el uso de estas técnicas hay embriones que “se pierden”. Y pongo ese “se pierden” entre comillas pero ustedes imaginen lo que eso significa”.
“Por empezar no se incorporan todos los embriones al cuerpo de la mujer sino que se hace una selección previa. Eso ocurre en todas partes del mundo. Se seleccionan aquellos embriones que se consideran viables, es decir aquellos que tienen mejores posibilidades de nacimiento. Esto quiere decir que puede darse un diagnóstico previo a la incorporación del embrión en el cuerpo de la madre, sea de la madre que lo va a llevar en su seno 9 meses o sea en los vientres de alquiler como también existen ahora”.
“Esta donación de gametos o la donación de embriones es muchas veces anónima. También se puede comprar un embrión, esto hará que se desarrolle un mercado de embriones y se lo pueda comprar, con lo cual queda en enigma la filiación del niño”.
“Fíjense como se produce una especie de cambio subrepticio del concepto de filiación que ya no va a tener nada que ver con lo biológico cuando, hoy en día, sabemos que es muy importante saber la identidad biológica y que mucha gente la reclama con razón. es decir saber quien es su padre y su madre biológicos. En este anonimato del mercado de la fecundación asistida todo eso no va a ser posible de clarificar”.
“Además estos proyectos aceptan la crioconservación es decir el congelamiento de embriones. Y solamente el congelamiento de los embriones que se consideren viables. Aquí se plantean varias cuestiones: ¿Cómo se establecerá cuando un embrión es viable? ¿La Ley lo establecerá? ¿Y que quiere decir que un embrión no es viable? ¿Quiere decir que hemos dado vida a una persona humana y luego la descartamos? ¿Y la descartamos a esa persona porqué? ¿La descartamos porqué, quizás, porque de acuerdo al análisis genético, o a la procedencia del semen o del óvulo sabemos que va a tener alguna discapacidad?”.
“Se impide, además, a los médicos, enfermeros, al personal sanitario y a las instituciones la defensa de valores inmutables como el derecho a la vida, ya que el proyecto presentado no incorpora la posibilidad de la objeción de conciencia”.
“Todo esto suena terrible. Nos hace recordar, en todo caso, experiencias históricas del Siglo XX que son catastróficas”.
“Por otra parte pareciera que aquí se abre un camino de eliminación sistemática de embriones porque están congelados y si no se los reclama en diez años deben ser descartados. Es decir congelamos niños por nacer, congelamos personas humanas, porque allí donde se ha producido la unión del espermatozoide con el óvulo interviene Dios Creador para infundir un alma inmortal y allí se da la constitución de una persona”.
“Creo que todo esto hay que pensarlo seriamente, cuando nosotros impulsados por el amable y afectuoso propósito de ayudar a aquellas personas que desean un hijo o queremos facilitarles el camino para ello, no puede hacerse a costa de un orden en el cual se juega la dignidad de la persona humana. No se puede tratar los embriones como si fueran cosas, meros objetos biológicos. Creo que los legisladores debieran tener en cuenta estas verdades fundamentales porque cuando se manipulan las fuentes de la vida estamos abiertos a la posibilidad de engendrar cualquier catástrofe”.