DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Mons. Casaretto:



Usar el poder para ayudar a los pobres


“En la vida si no se tiene poder no se puede cambiar nada y el poder como tal es bueno, el tema radica en cómo lo usamos. Usarlo para la autoexaltación o manejar a los demás no lleva a la construcción del bien común. Desde el poder se sirve a la gente como instrumento de transformación de la realidad, especialmente de nuestros hermanos más pobres. Desde el poder tenemos que exaltar la dignidad de las personas”, aseguró el obispo de San Isidro y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

El prelado dio estas orientaciones al hablar el sábado 17 de septiembre en Luján en el XI Encuentro Nacional para Dirigentes Políticos y Sindicales “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad 2010- 2016” - Argentina: Construyendo un proyecto de país; de permanente búsqueda del Bien Común.

La jornada, a la que asistieron unos 70 dirigentes jóvenes, se enmarcó en el trabajo iniciado en 2005 mediante el "Foro Debate Estrategia País".

Fueron convocados jóvenes laicos involucrados en la vida social, política, sindical y miembros de movimientos eclesiales y jóvenes de espacios políticos que vienen acompañando este programa de formación y reflexión a lo largo de los encuentros que se realizaron desde 2007, en Mar del Plata, Concepción del Tucumán, Rosario, Resistencia, Rawson, Gualeguaychú, Los Cocos, Bariloche, Mendoza, Salta y Tigre.

La bienvenida a los asistentes estuvo a cargo de miembros del Equipo de Nuevos Dirigentes, María Isabel Wertheimer, Javier Forlenza y Sergio Gauna.

Monseñor Casaretto tuvo a su cargo la iluminación teológica sobre “la participación política para transformación social”.

“Me gustaría hablar de la vocación de ustedes. La Iglesia se preocupa por la gente y la sociedad toda, y tiene una serie de ideas acumuladas —2000 años de existencia en diálogo con distintas culturas— con las que elaboramos nuestro pensamiento social. Y acá notamos dos dimensiones: la Iglesia y ustedes, y la Iglesia y la sociedad. Dice Jesús que allí donde está tu tesoro está tu corazón. Creo que éste podría ser el eje central de esta conversación. ¿En qué están poniendo ustedes su corazón?”, preguntó monseñor Casaretto a los jóvenes asistentes.

Y continuó: “En la vida se nos presentan 3 dimensiones: Dios, las otras personas y las cosas. Dimensiones que abarcan toda nuestra vida. Si me siento hijo ante Dios, hermano ante las otras personas y señor ante las cosas, estoy viviendo bien. Una cosa es hacer política pensando que el otro es mi contrincante y otra bien distinta si pienso que es mi enemigo. Estas dimensiones me presentan un comportamiento que surge de la vocación genérica por la fraternidad. Ante la calumnia, se pueden encontrar caminos que nos alejen de la mentira. El hombre, la mujer que están en política, en la vida sindical, debe ver las cosas como instrumentos y no como fines”.

Monseñor Casaretto profundizó sobre la cuestión de la vocación: “Si ustedes están reunidos acá es porque tienen una vocación además de una ocupación. La vocación es algo más amplio, casi una misión. Nos ‘pica el bichito’ de que otros pueden vivir mejor a través de nuestro esfuerzo personal. Ahí aparece la vocación. Esta diferencia es importante porque se descubre el bien común y ya ustedes no pueden ser felices si no pueden serlo todos los argentinos. Por esto, ustedes tienen que dar gracias a Dios. Valoren el hecho de haber sido tocados por Dios para fortalecer los partidos políticos, los estamentos sindicales”.

“Quienes se preocupan por el bien común necesariamente se conectan e interactúan con el poder, el dinero y el placer. Quisiera desarrollar estas tres relaciones —afirmó—. En la vida si no se tiene poder no se puede cambiar nada y el poder como tal es bueno, el tema radica en cómo lo usamos. Usarlo para la autoexaltación o manejar a los demás no lleva a la construcción del bien común. Desde el poder se sirve a la gente como instrumento de transformación de la realidad, especialmente de nuestros hermanos más pobres. Desde el poder tenemos que exaltar la dignidad de las personas.”

Luego, monseñor Casaretto se explayó sobre la relación con el dinero: “Aunque tiene mala prensa porque es sinónimo de corrupción, representa un bien, es un símbolo de las cosas. Y si no hay presupuesto no se puede favorecer a los pobres. El tema es, ¿lo vamos a usar para enriquecernos, para corromper? Claro que la relación con el dinero es difícil, ¿entonces cómo hacemos? La política debe dar un medio de sustento para que los políticos no entren en negociados para poder vivir, llevar las cuentas claras y no tiene que ser elemento de corrupción. Los argentinos quieren ver personas dignas y transparentes. Ustedes tienen que convencerse de esto”.

“Dios puso en el corazón del hombre un deseo de felicidad”, empezó al ahondar en la relación del hombre con el placer. “Ustedes tienen que encontrar en la vocación política y sindical un gusto, un sentimiento de felicidad y a la vez compatibilizar la vida familiar con la vida política.”

“El tesoro está en la vocación que hemos recibido de manera que el servicio desde la política y el sindicalismo esté equilibrado con la vocación por la familia. Y ahora la Iglesia aterriza estos conceptos en la realidad concreta. Lo hicimos en el Documento del Bicentenario y en mayo de este año en Rosario durante el Congreso de Doctrina Social de la Iglesia. En el Documento los ejes conceptuales son la opción preferencial por los pobres, el valor de la vida en todas sus dimensiones, gestar acuerdos a través del diálogo y tener en cuenta el desarrollo integral de las personas.”

Por último, monseñor Casaretto puntualizó los conceptos básicos que aparecieron durante el Congreso de Rosario: “necesidad de fortalecimiento familiar, jóvenes ‘ni-ni’ (ni estudian ni trabajan), luchar contra el narcotráfico, promover el derecho universal al primer empleo y la reforma educativa”.

Trabajos en grupos y reflexiones
Los trabajos en grupos ayudaron a poner en común situaciones difíciles del compromiso cristiano en ámbitos que más de una vez aparecen hostiles y sorprenden dando una oportunidad de estar unos con otros para darse ánimo, respetarse en el disenso, crecer en la comunión de ideales que quieren plasmarse en el compromiso cotidiano de la construcción de una sociedad más justa e inclusiva para todos.

El segundo espacio de reflexión tuvo como eje temático "La política como medio para construir un proyecto común y el espacio de los jóvenes", y estuvo a cargo de Mariano Pinedo (Subsecretario de Integración Nacional del Gobierno Nacional), Ricardo Gil Lavedra (Diputado Nacional por la Unión Cívica Radical) y Alfreso Ferraresi (Secretario General del gremio de Empleados de Farmacia), coordinados por Leonardo Blanc, miembro del Equipo Nacional de Nuevos Dirigentes.

En tanto, la reflexión final sobre "Aporte de la Pastoral Social para acompañar los espacios de participación política y social", estuvo a cargo de Hernán Escudero, coordinador del Programa Nuevos Dirigentes y monseñor Jorge Luis Lagazio, asesor eclesiástico de ese espacio.

El encuentro culminó con una misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján, presidida por monseñor Casaretto y concelebrada por monseñor Lagazio.+

AICA, 19-9-11