DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

GENERAR FELICIDAD DESDE LA GENEROSIDAD


La Nación, editorial, 30-8-15

A partir de la consulta a expertos locales sobre tres indicadores, el Centro para la Prosperidad Global del Instituto Hudson con sede en Washington (www.hudson.org./cgp) difundió recientemente su primer Índice de Libertad Filantrópica que mide y compara la realidad de 64 países. El objetivo es tomar conciencia del aporte del sector privado a la prosperidad y el desarrollo, pues, además de los factores socioculturales, es el entorno legal y regulatorio el que marca el nivel de contribuciones en tiempo o dinero que se registran en una sociedad.

Con Holanda encabezando el ranking, Estados Unidos ocupa el segundo lugar y Alemania, el tercero, mientras que Arabia Saudita figura en el último puesto. La Argentina ocupa la 34» posición. El informe destaca su enorme potencial y el nivel de burocratización y politización hoy vigentes, mencionando asimismo los controles restrictivos al capital y al mercado de cambios, así como las demoras en el pago de las deducciones impositivas correspondientes a donaciones en dinero que se detectaron en nuestro país.

Desde 2005, el Índice Mundial de Generosidad refleja anualmente la realidad filantrópica de 135 países. La medición que conduce Gallup permite segmentar a un universo de más de 2300 millones de personas que realizan por lo menos una acción altruista al mes, según sus características, como ayudar a personas desconocidas, contribuir económicamente con alguna causa o trabajar en acciones de voluntariado. Los resultados de 2014 permiten inferir que los desastres naturales incentivan la generosidad y que no son necesariamente sólo las naciones más desarrolladas las más solidarias. Aunque tampoco lo son las más pobres. Por ejemplo, Estados Unidos encabeza el ranking de ayuda a extraños, mientras que Myanmar es primero en cantidad de dinero. Sólo cinco países de los 20 que encabezan el ranking corresponden a las economías más desarrolladas del mundo.

Entre las recomendaciones del estudio de Gallup a los gobiernos, se destaca la importancia de promover a las instituciones sin fines de lucro con regímenes justos, abiertos y transparentes, y de facilitar los procedimientos que alienten las donaciones a fin de incrementar la solidaridad.

Una mirada renovada del descarnado mundo económico plantea cada día nuevos desafíos. No hay duda de que el aporte del ámbito del trabajo es importante a la hora de contribuir al mejoramiento de la sociedad. Hay quienes abrigan la esperanza de que su tarea cotidiana sirva para construir una sociedad mejor, pues las personas necesitan del dinero, pero también requieren estar motivadas y contentas, sintiendo que dan así también sentido a su vida. En los últimos tiempos, han surgido movimientos como el "altruismo efectivo", las inversiones con impacto social, la banca ética o las llamadas "empresas B" (del inglés, Benefit Corporation) que combinan el negocio rentable con aportes sociales o ambientales que garantizan dignidad humana en la sociedad y mejoran el humor de los empleados.

Podemos registrar en nuestro organismo los beneficios de practicar actos altruistas, incluso cuando simplemente los observamos en otros. Un estudio en Harvard expuso a los alumnos a un video en el que se veía a la Madre Teresa trabajando junto con huérfanos en Calcuta y a otros a un video distinto. Quienes vieron el de la Madre Teresa presentaron luego mayores índices de inmunoglobulina A, un anticuerpo de nuestro sistema inmunológico.

Desde la psicología y las neurociencias se destaca que muchas veces la generosidad se asocia a la sensación de bienestar que experimentamos los seres humanos al dar, más que con el deseo de ayudar. Varias investigaciones confirman que quienes donan dinero, tiempo o esfuerzos son generalmente más felices que quienes no lo hacen. Esto es así porque se ha demostrado que los centros nerviosos de recompensa que se activan en nuestro cerebro son casualmente los mismos que se ponen en funcionamiento cuando disfrutamos de una rica comida.

Preocupados por llegar a fin de mes, podemos perder esta visión. Es muy importante que tomemos conciencia de que el uso que hacemos de nuestros recursos no sólo puede contribuir a cambiar al mundo, sino que también puede enriquecernos espiritualmente a cada uno.


Los gobiernos deben promover y facilitar desde las normativas el altruismo, colectivo o individual, organizado o espontáneo, en tanto no sólo favorece el desarrollo económico, sino que también construye mejores sociedades, pues hace de sus habitantes mejores personas. La Fundación Manos Abiertas sintetizó muy acertadamente en un eslogan este concepto: "FeliSÍDar, ayudar hace feliz". Generosidad y felicidad van siempre de la mano..

SEIS DE CADA DIEZ NIÑOS VIVEN EN LA MARGINALIDAD



Alfil, 28-8-15

Seis de cada diez niños y adolescentes viven en situación social precaria a raíz del déficit en el cumplimiento de sus derechos a la vivienda, la salud, la educación o la información, advirtió el último estudio sobre infancia la Universidad Católica Argentina (UCA).

El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina presentó el informe “Situación de la Infancia en el quinto año del período del Bicentenario. Mayor protección social, privaciones y desigualdad”. El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia indicó que en 2014 un 40% de la infancia y adolescencia urbana pertenece a hogares por debajo de la línea de pobreza económica, y el 9,5% por debajo de la línea de indigencia.

Según el nuevo mapa de la pobreza infantil, también se observan problemas alimentarios y déficits en el acceso la educación y a la salud. “El 26,2% tiene sus necesidades básicas insatisfechas (NBI)”, indicó la licenciada Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia. La investigadora atribuyó el empeoramiento de los indicadores a la etapa de estancamiento en la economía, marcada por la recesión y la inflación. También alertó sobre la retracción en la creación de empleo y la alta proporción del trabajo no registrado, que se mantiene en el 35 por ciento.

La medición de la Iglesia supera ampliamente el 28,7% de pobreza registrado el mes pasado para la población adulta, y representa a 4,9 millones de chicos que conviven con la escasez. Viven en hogares cuyos ingresos no superaban los $ 1780 en 2014, y la proporción trepa al 48,8% en el conurbano bonaerense. También creció desde 2011 la cantidad de chicos bajo la línea de indigencia, cuya tasa hoy es del 9,5% (1,1 millones), un punto más que en 2011. Se trata de menores cuyas familias percibían el año pasado ingresos inferiores a $ 851.

Algo más de la mitad de la infancia y adolescencia en la Argentina urbana tiene como única opción la atención de la salud en el sistema público (alrededor de 5,8 millones). En este marco, se estima que 26% de la niñez y adolescencia no realizó durante 2014 un control de su salud y 47,5% no controló su salud bucal.
El 57,4% de la infancia se encuentra privada del ejercicio de derechos en al menos una de siguientes dimensiones de derechos: vivienda, saneamiento, alimentación, estimulación temprana, información, educación y salud y 18,3% en aspectos severos de las mismas (2 millones de chicos/as).

En los últimos cinco años alrededor del 80% de la infancia y adolescencia en la Argentina urbana forma parte del sistema de seguridad social. Ello fue posible por la ampliación del sistema con la implementación de la Asignación Universal por Hijo en el último trimestre de 2009. Tras señalar que “la Asignación Universal por Hijo (AUH) es necesaria, pero insuficiente”, Tuñón estimó que aún hay un 22% de chicos que no cobra la asignación, porque probablemente estén indocumentados o vivan en situaciones de extrema marginalidad. De acuerdo con el estudio de la UCA, 2,2 millones de chicos -el 21,7%- no está protegido por ningún plan de salud mientras que durante los últimos cuatro años, se mantuvo estable la proporción de chicos que recibe la AUH, que hoy beneficia al 30,9% de los chicos.

Otro de los puntos observados por el informe es la educación. Allí, solo nueve de cada diez chicos no asiste a jornada completa. Y a pesar de los planes oficiales para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías, el 41% de los chicos de entre 6 y 12 años no aprende computación. Además, el 37% de los menores incluidos en ese rango aseguró no tener enseñanza de algún tipo de idioma extranjero y el 19% no cuenta con clases de educación física, plástica o música en sus colegios.
El trabajo destaca la mayor inclusión educativa, pero advierte que “es un desafío terminar la escuela secundaria” y “mejorar la calidad de las ofertas educativas, procurando alcanzar mayor equidad en las estructuras de oportunidades”.


El informe precisó que la población más afectada es la que reúne a los menores de 4 años (30,2%), mientras que el índice disminuye a medida que se avanza en el trayecto escolar. Esperablemente, la incidencia es mayor en las villas y asentamientos, donde trepa al 61,8 por ciento.

INADI CON EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DIFUNDEN IDEOLOGÍA DE GÉNERO



“Somos iguales y diferentes”. Nueva producción del Ministerio de Educación y el INADI sobre educación sexual y discriminación.

María Inés Frank - Centro de Bioética, Persona y Familia

Antecedente. El lunes 7 de mayo pasado se presentaron dos nuevas Guías en el Ministerio de Educación, esta vez elaboradas por el INADI y avaladas por el mencionado Ministerio y además por el de Justicia y Derechos Humanos. Se trata de “Somos iguales y diferentes”, material que se presenta desarrollado por un lado en forma de una “Guía para niñas y niños de prevención de prácticas discriminatorias” (segunda edición) y, por el otro, de una “Guía didáctica para docentes”. 

En el primer caso (la Guía para niñas y niños), se trata de un folleto de 32 páginas, impreso en costoso papel laminado de excelente calidad, que intenta desarrollar el concepto de “discriminación” de una manera supuestamente accesible para los más chicos. Con mucho más dibujo que texto, el mensaje gira en torno a concientizar a los niños de la riqueza que encierra cualquier tipo de diferencia, y de que ninguna diferencia justifica un trato desigual hacia nadie. El texto tiene un párrafo que aborda específicamente el concepto de familia, a la luz de la ley 26.618: “También nuestras familias son todas diferentes. Muchas formas de ser familia. No hay un tipo de familia, sino muchos tipos de familias. Las hay con sólo una mamá o un papá, con una mamá y un papá, con dos mamás o dos papás, con abuelas y abuelos, con hermanos, sin hermanos, con mascotas, sin mascotas. Lo que hace a una familia, es el amor y el cuidado que nos damos entre todas y todos los que formamos parte de ella”.

Más grave aún es la Guía didáctica para Docentes, en la cual se explicitan los contenidos implícitos en el material para niños. Ideología de género, errores jurídicos y ofensas contra la libertad de creencia. Además de la retórica imbuida de la ideología de género, las autoras (Romina Kosovsky y Andrea Majul) incurren en graves errores jurídicos y apreciaciones que ofenden a gran parte de los argentinos.


ERRORES JURÍDICOS

Por ejemplo, en la página 36 se afirma que, entre los Instrumentos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional referidos a la temática de la discriminación, se encuentra la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención De Belém Do Pará”. El error es tan craso, que incluso uno se llega a preguntar si no ha sido “deslizado” con conocimiento de causa. En efecto, la Convención De Belém Do Pará, no es de ninguna manera un documento con jerarquía constitucional.  Es cierto que existen proyectos de ley en el Congreso Nacional para declararla como tal, e incluso se ha votado en la Cámara de Diputados en el año 2011. Pero aún no ha sido tratado por el Senado y, por lo tanto, el Congreso no se ha pronunciado al respecto. Además, es sabido que por tratarse de un pretendido añadido al texto constitucional, la iniciativa debe contar con dos tercios de los votos en el recinto. Realmente llama la atención la pretensión de que los argentinos no nos demos cuenta de esa falsedad, y de que el mismo Estado argentino imprima costosísimos materiales con ese error tan grosero. Lamentable: media sanción en diputados para que “Belém do Pará” tenga jerarquía constitucional. Por otra parte, se observan en el documento del INADI varias menciones peyorativas, insultantes y que atribuyen una intención de dominación a grandes e importantes grupos de argentinos.

En la página 10, por ejemplo, se afirma lo siguiente: “Un estereotipo es una imagen inflexible construida de manera ilógica, en base a prejuicios, aptitudes, creencias y opiniones preconcebidas, impuestas por el medio social y cultural que se aplican de forma general a todas las personas pertenecientes a una categoría, sea ésta su nacionalidad, etnia, edad, sexo, preferencia sexual, procedencia geográfica, etc. Analizando en oposición a qué se construyen los estereotipos, podemos preguntarnos a quiénes discriminamos, y la respuesta que más inmediatamente nos surge es: -al “diferente”. ¿Diferente a quién o qué? Al modelo o paradigma de “lo normal”, es decir al varón, blanco, instruido, joven, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible. La construcción de un “paradigma” al que deben asimilarse todos los “otros” implica que aquellos que no tienen esos atributos son los diferentes, los inferiores. Este modelo hegemónico impone jerarquías basadas en la dominación y la desigualdad, es decir trata de naturalizar una supuesta “normalidad” sólo para legitimar su supremacía, argumentando el bien social, cuando por el contrario, la discriminación empobrece al conjunto de la sociedad al privarse de la riqueza que da la pluralidad de identidades”. 

Claramente los párrafos transcriptos atribuyen a las personas con esas características (varones, blancos, instruidos, jóvenes, pudientes, heterosexuales y cristianos) la intención de imponer desigualdades “sólo para legitimar su supremacía”. Estas afirmaciones les endilgan algo así como la fabricación de un plan maquiavélico para discriminar y dominar al resto ya que -como afirma más adelante en la página 24- “la discriminación no es una problemática de minorías y mayorías sino de desigualdad de poder”. Esta atribución es insultante, calumniosa e injuriosa, y llama poderosamente la atención que parta de un organismo estatal que, supuestamente, está edificado sobre la representación del pueblo. 

En consecuencia con lo anterior, el texto estatal niega rotundamente (página 14) la posibilidad de que alguien que sea varón, blanco, instruido, joven, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible pueda ser bajo ningún concepto objeto de discriminación. “La discriminación nunca se ejerce sobre los sectores poderosos de una sociedad. Estos han logrado siempre, a través de múltiples mecanismos económicos, sociales y culturales imponer sus intereses y su propia visión del mundo como la hegemónica y traducirlos como si fueran el interés general de una sociedad”. Extraño concepto, bastante discriminador, por cierto.

DESCALIFICACIÓN DE LA FAMILIA TRADICIONAL
Al hablar de las familias, nuevamente el INADI atribuye a una determinada categoría de personas una intención discriminadora: “Pensar en familias hoy, es pensar en muy distintas conformaciones, es por eso que atendiendo a la importancia del lenguaje, es inexacto hablar de la ‘familia’ en singular cuando se está nombrando a una institución de carácter tan fundacional y diverso a la vez. La utilización del singular en realidad posiciona a un modelo por encima del resto, reforzando un estereotipo, estableciendo una estructura jerárquica donde no se hace presente la diversidad, complejidad y riqueza de la sociedad misma” (página 25).
Mucho podría decirse al respecto, ya que el concepto de familia no refiere sólo al amor, la atención y la protección, como se afirma en la página 25. Si bien el amor, la atención y la protección son importantísimos en una familia, es necesario referirse también a criterios objetivos para definirla. Si así no fuera, sería imposible distinguir una familia de un grupo de amigos, con lo cual perdería sentido absolutamente la existencia de diferencias de vocabulario y de lenguaje para referirse a ambas realidades.

DESCARTE Y NEGACIÓN DE LA NATURALEZA HUMANA
El texto asume también como científica y verdadera a la ideología que sostiene que “El ser humano es un animal cultural diverso por lo cual intentar “naturalizar” las diferencias como causa-efecto de la desigualdad es simplemente un artificio que busca justificar la discriminación” (página 15). Otra vez, atribuye malignas intenciones a quienes sostenemos la existencia de una naturaleza humana objetiva, sin mantener ningún tipo de tolerancia para otra manera de ver a la persona que no sea la ideología arriba mencionada. Así, quienes sostenemos la existencia de una naturaleza humana, estaríamos tratando de “naturalizar” lo propio, imponiendo“una percepción biologicista a fenómenos que son de características exclusivamente culturales" De esta manera, algo que es simplemente una costumbre o una creencia, es tomada como una posición única e invariable, intentando asociarlo como inherente a la naturaleza” (página 15). Propone el folleto, a fin de romper con esta “naturalización”, “la reflexión sobre el carácter social e histórico de lo que a simple vista es presentado como único y permanente”. 

Así, se adoctrinará a los niños para rechazar la idea de una naturaleza humana común, que es la que nos hace iguales en dignidad. Este adoctrinamiento se logrará combatiendo “el curriculum oculto -ese conjunto de ideas, sentidos y percepciones que se transmiten de manera implícita-”, el cual “permanece a menudo inalterable, reproduciendo un sistema de estereotipos que naturaliza una mirada discriminatoria del mundo”, ya que “la escuela tiene un rol fundamental en la internalización de normas, valores y creencias” (pág. 9). 

Así, las creencias de los padres y las familias de los niños, no son tenidas en cuenta en el proceso educativo. Vale decir que ni una sola vez hace referencia el folleto a las convicciones de los padres, sino que se limita a bajar una doctrina considerada irrefutable, dogmática y absoluta. El texto propone, en consecuencia, brindar en la educación “la misma legitimidad a todos los grupos que confluyen en el ámbito escolar” (página 24). Esta afirmación es, por lo menos, contradictoria con las afirmaciones gravemente peyorativas y discriminatorias con que se refieren las autoras a quienes tienen una idea distinta de la sociedad, y pretenden educar a sus hijos en ella. Cabe aclarar que, no por ser distinta de la propia, una idea debe ser discriminadora y maquiavélica.

Conclusión:

Este grave y burdo texto fue presentado en uno de los organismos más importantes del Estado, como es el Ministerio de Educación. Será distribuido en los establecimientos educativos del país y entregado a los niños, a los padres y los docentes con una fuerte recomendación de ser utilizado. No se debe olvidar que es sólo un texto propuesto; de ninguna manera tiene fuerza de ley ni es obligatorio distribuirlo o utilizarlo. Lo contrario atentaría contra la libertad de los ciudadanos y, sobre todo de los padres, y sería claramente inconstitucional. Sería deseable que el Estado invirtiera los recursos públicos en proyectos que beneficien a los argentinos, sin agredirlos ni mal informarlos.

LA CARTA DE LA TIERRA CONTIENE ELEMENTOS RADICALMENTE INCOMPATIBLES CON LA FE CATÓLICA



Gabriel Ariza
Infovaticana.com, 2 julio, 2015


El Obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, alerta de que ciertas referencias de Laudato Sii puedan ser utilizadas para defender una supuesta “canonización” de “La Carta de la Tierra” por el Papa.

En la Encíclica del papa Francisco “Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común” (LS) el Santo Padre cita un texto de un documento llamado “La Carta de la Tierra” (CdT) y habla sobre el llamado “desarrollo sostenible”. Ahora el Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla, ha publicado una Carta Pastoral titulada: “No hay ecología sin una adecuada antropología” (LS, 79).

Mons. Reig explica en su Carta Pastoral que algunos elementos de la llamada “Carta de la Tierra”, entre ellos el texto citado por el Papa, pueden ser aceptados por los católicos; sin embargo, advierte también que el hecho de que el Papa cite unas pocas frases no quiere decir, en absoluto, que esté “canonizando” dicho documento; más aún, Mons. Reig afirma: “La Carta de la Tierra contiene en la literalidad de su redacción elementos radicalmente incompatibles con la Fe Católica”, como por ejemplo la definición panteísta, tipo New Age, que dicho documento hace de la paz: «la paz es la integridad creada por relaciones correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del cual somos parte» (CdT, 16-f). 
Además, como explica Mons. Reig, La Carta de la Tierra asume y promueve explícitamente la ideología de género (CdT, 11 y 12) y la llamada salud reproductiva (CdT, n. 7-e).

Precisamente el papa Francisco advierte en su Encíclica: “No es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual»” (LS, 155); y sobre el aborto: “tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto” (LS, 120).

Sobre el concepto de “desarrollo sostenible” Mons. Reig explica que éste se plasmó oficialmente en un documento, allá en los años ochenta del siglo XX, en el seno de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo; se le definió como aquel crecimiento económico que satisface las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer a sus necesidades propias. Esta es la razón por la que la encíclica del papa Francisco hace suyo dicho concepto tal y como viene haciendo el Magisterio de la Iglesia desde hace años, pues, en su literalidad bien entendida, la definición no plantea ningún problema. 
Sin embargo, pronto se comprobó que muchas instituciones escondían detrás de las nobles palabras “desarrollo sostenible” aspectos radicalmente inmorales como la anticoncepción, la esterilización o el aborto. Saber esto, según explica Mons. Reig, es importante, pues, hoy por hoy, – en prácticamente todos los casos – los organismos internacionales, gubernamentales y muchas ONG atribuyen un contenido al concepto “desarrollo sostenible” que no coincide con el de la Iglesia Católica. Esta es la razón por la que la Santa Sede por boca de su Delegado en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo en la que se trató el tema del “desarrollo sostenible”, aclaró:

“Nada de lo que la Santa Sede ha hecho para llegar a este consenso ha de entenderse o interpretarse como una aprobación de conceptos que no puede apoyar por razones morales. En especial, no ha de entenderse que la Santa Sede acepta el aborto o que ha cambiado, de algún modo, su posición moral sobre el aborto, los anticonceptivos y la esterilización, o sobre el uso de preservativos en los programas de prevención contra el VIH o el SIDA”.


Últimamente, la Santa Sede, en los organismos internacionales, prefiere utilizar la expresión “desarrollo humano sostenible” para resaltar de un modo más incisivo su propuesta específica sobre la materia. El papa Francisco matiza todavía más la expresión en la encíclica hablando de “desarrollo humano, sostenible e integral” (LS, 18).

LA COLECTA DE CÁRITAS CRECIÓ UN 39,6 % AL RECAUDAR MÁS DE 52 MILLONES DE PESOS


Aica,  26 Ago 2015

Cáritas Argentina destacó hoy, Día de la Solidaridad, que su colecta de este año recaudó 52.139.540 pesos, una cifra que represente un incremento del 39,6% en relación con la campaña 2014 y confirma una vez más “la sensibilidad de nuestra sociedad que sabe responder generosamente cuando se la convoca a colaborar con los que menos tienen”.

La iniciativa solidaria se realizó en todos los templos del país los días 13 y 14 de junio y llevó por lema las palabras del papa Francisco: “Todo lo que se comparte, se multiplica”.

En 2014 la colecta de Cáritas recaudó 37.343.721 pesos, un año antes habían sido 30.147.423 y en 2012 consiguió juntar 22.479.936 pesos.

“Esta rendición de cuentas es muy valorada por la sociedad como un gesto importante de transparencia y seriedad que refuerza la imagen institucional de Cáritas. Para nosotros, como organización caritativa de la Iglesia, informar los resultados en tiempo y forma es un compromiso concreto con quienes se sumaron generosamente a nuestra invitación solidaria”, afirmaron el obispo de San Isidro y presidente de Cáritas Argentina, monseñor Oscar Ojea, y el director de la organización, Horacio Cristiani.

Cáritas Argentina agradeció a todos los que brindaron su colaboración en esta iniciativa solidaria y también el “esfuerzo silencioso de los más de 32.000 voluntarios que diariamente acompañan a las comunidades más pobres de nuestro país y que, con ocasión de la colecta, se movilizaron visiblemente para que el mensaje de esperanza y solidaridad pudiera llegar a cada rincón de nuestra patria”.

La organización recordó que con el dinero recaudado sostiene y desarrolla durante todo el año iniciativas relacionadas con micro-emprendimientos productivos y de autoconsumo, capacitación laboral, planes de inclusión educativa, formación en ciudadanía, centros comunitarios de atención integral, jardines maternales, entre otras.

Asimismo, indicó que con los frutos de la campaña también acompaña las tareas de prevención y atención de emergencias climáticas y el trabajo con personas en situación de calle, junto a otras acciones de tipo asistencial, conforme a necesidades y lugares específicos.


En el Día de la Solidaridad, Cáritas Argentina renovó su compromiso con “todos aquellos que viven situaciones de exclusión desde las periferias de la sociedad, e invita a todos sin distinciones, a seguir contribuyendo juntos en la construcción del bien común, comprometidos con los ideales de una sociedad más justa e inclusiva”.

TALLER PROTEGIDO MONSEÑOR RASPANTI


Cáritas Merlo-Moreno, 16-7-15


El Taller Protegido Monseñor Raspanti es un proyecto de Cáritas que nació en 1969 con el fin de ofrecer un espacio de contención para las personas con discapacidad. Pero la iniciativa se fue desarrollando hasta convertirse en un Taller Protegido, esto es, un lugar cuyo objetivo es el desarrollo laboral, sobre todo, de personas con alguna discapacidad. En 1989 el taller queda inscripto como tal en el listado oficial de la Provincia de Buenos Aires y quienes hasta ese momento eran asistentes pasaron a ser operarios, que perciben mensualmente una compensación económica por las tareas productivas que realizan.

Norma Lugo, su Directora, explica que “el Taller se halla bajo la supervisión del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia y del Ministerio de Trabajo de la Nación. Los operarios reciben por mes, de parte de estos ministerios, una retribución a su trabajo. La institución percibe un monto de beca, para el sostenimiento edilicio, pago de servicios, desayuno, almuerzo, merienda y para otorgar incentivos a los 8 voluntarios que acompañan la tarea. Ese es el único aporte que recibe la institución”.

“Los 55 jóvenes-adultos con discapacidad (visual, motriz o mental) que integran el taller participan en diferentes sectores de producción: fabricación de bolsas de residuos de polietileno biodegradable (consorcio, residuos, etc), estampado textil serigráfico, (en remeras, buzos, bolsas de friselina, etc.), pintura artesanal en madera (portarretratos, adornos, carpetas, etc), tejido en telar, crochet y costura (confección de bolsas de friselina, delantales etc). Además realizan el embalado de conexiones sanitarias para una fábrica”, describe Lugo.

“Hace aproximadamente dos años se abrió un salón de ventas en el mismo edificio, donde se exhiben los productos y se comercializan con la factura correspondiente. Todo lo que resulta de las ventas se destina a la compra de materia prima y a la distribución de “premios” entre los operarios. Este plus para muchas familias hace la diferencia y por eso que intentamos siempre ampliar la cartera de clientes”, relata Norma.

El taller está ubicado al lado Cáritas Merlo-Moreno, en 9 de julio 287, en Merlo y, además de las actividades de producción, los operarios también participan en clases de educación física y computación, comparten un espacio de oración-reflexión y participan de la Liga de Fútbol Inclusiva.
“El objetivo institucional es potenciar y favorecer la inclusión laboral de las personas con discapacidad, afirma su Directora, destacando que ellas “tienen muchísimo para aportarle a la comunidad”.


“Nuestro lema institucional es “Creemos en los sueños y trabajamos para conseguirlos”, y en este rincón de Merlo cada día es vivido como una oportunidad, para crecer, crear, soñar y trabajar”, concluye Norma.

DARWIN HA MUERTO


Por Julio Conte-Grand
 | Para LA NACION, 25-8-15


Charles Darwin se encuentra enterrado en la Abadía de Westminster, en Londres. Sin embargo, por los aportes que realizó a la ciencia, podría decirse que hasta hoy no ha muerto. Su principal elaboración intelectual, la teoría de la evolución de las especies, se ha mantenido viva desde su presentación -no del todo original- en 1859 en la obra El origen de las especies y ha generado desde entonces, como es sabido, fuertes polémicas, debates, apoyos y cuestionamientos.

En su descripción más popular, una versión algo burda de la tesis, se sostiene que "el hombre desciende del mono". Una afirmación genealógica que en realidad intenta manifestar que las especies vivas mutan durante el tiempo y que, conforme esa teoría, por ejemplo, se evoluciona progresivamente desde una especie de primate (inferior) a otra (superior).

Ha surgido, un siglo y medio después, una línea de pensamiento, por el momento germinal, que representa una sentencia de muerte para la teoría de Darwin, ejecutada por una vía y autores impensados.

Desde esta nueva corriente se afirma que correspondería otorgar la categoría de persona -persona "no humana", se aclara- a los animales, con la finalidad de reconocerles, entre otros, los derechos ambulatorios y de libre circulación. En la ciudad de Buenos Aires el debate se originó a partir de la situación de una orangutana llamada Sandra. El reclamo excede el mero objetivo de tutela y el fundamento para otorgar los derechos exigidos luce ciertamente exuberante.

Como expresión de un valor propio del ser humano, tradicionalmente se entendió que era bueno evitar la crueldad con los animales. En el mismo sentido se veía en el darles protección: una manifestación, precisamente, de humanidad. Ése era el límite del resguardo. El sistema jurídico reconoce personalidad sólo a los seres humanos o a uniones de éstos, las denominadas personas jurídicas, como derivación de la naturaleza social del hombre. En definitiva, una consecuencia del principio según el cual todo el Derecho está constituido en razón del hombre, tal como se ha afirmado desde antiguo ("hominum causa omne jus constitutum est") y se encuentra establecido en nuestro país en el ordenamiento de derecho privado.

La idea de otorgar personalidad jurídica a los animales, amén de configurar una ruptura con la visión clásica y un abierto rechazo a pautas distintivas básicas de naturaleza metafísica y antropológica, representa la literal y fatal descalificación de la teoría darwiniana, ya que, parte importante de esa misma corriente de pensamiento, al tiempo que reclama el reconocimiento de la personalidad de los animales no humanos, se la niega a los embriones humanos.

Una suerte de darwinismo, pero en sentido contrario. Porque si el embrión humano no es persona y el orangután sí lo es, es evidente que éste debe entenderse como una etapa evolucionada de aquél. Se postula, en consecuencia, que el ser humano, en alguna de las etapas de su vida, constituye una instancia evolutiva inferior a la de los monos. ¿Entonces el mono desciende del hombre?

En tal estado de cosas urge rescatar el valor del orden natural, que se arraiga en el orden sobrenatural, como un principio elemental de la ciencia y de los saberes en general, que trasciende los tiempos.

En la Abadía de Westminster, ahí donde descansa Darwin, a unos metros de su tumba, yace sepultado también Isaac Newton, a quien debemos la apreciación de las características intrínsecas de la ley de la gravitación universal, como rotunda manifestación de la naturaleza. Al tomar conocimiento de estas nuevas ideas, Darwin y Newton, en un diálogo hipotético, aprovecharán los silencios de la impactante Abadía londinense para preguntarse mutuamente qué es lo que hicieron mal.


Procurador general de la CABA

GUÍA PARA LA ACCIÓN CÍVICA


En base a la Doctrina Social de la Iglesia


Mario Meneghini


Benedicto XVI reconoció que: “Un gran problema de la Iglesia actual es la falta de conocimiento de la fe, el analfabetismo religioso” (Aciprensa, 24-2-2012). Más preocupante aún, es la actitud de quienes conocen la doctrina pero la cuestionan. Hay según el Papa Francisco, un grupo de cristianos alternativoslos que tienen siempre sus propias ideas, “que no quieren que sean como las de la Iglesia, tienen una alternativa”. (Radio Vaticano, 5-6-14)

Este problema se verifica en el plano de la política contemporánea, ya de por sí compleja, pues muchos católicos no actúan siguiendo los principios y criterios fijados por la doctrina social de la Iglesia. Algunos, por desconocimiento, y otros por discrepar con el Magisterio, sosteniendo que los documentos pontificios no son obligatorios en algunos puntos, en que, según alegan, difieren de la tradición de la Iglesia.
Por lo señalado, consideramos conveniente difundir un resumen de la doctrina, seleccionando párrafos de 20 documentos y de 7 pontífices. [1] Agregamos un anexo como orientación práctica para las elecciones, siendo esta opinión personal del autor.

Sociedad
1. La persona humana necesita la vida social. Esta no constituye para ella algo sobreañadido sino una exigencia de su naturaleza. Por el intercambio con otros, la reciprocidad de servicios y el diálogo con sus hermanos, el hombre desarrolla sus capacidades.[2]
2. Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada una de ellas. Manifiesta la tendencia natural que impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar objetivos que exceden las capacidades individuales. [3]
3. En verdad, se debe afirmar que cada uno tiene deberes para con las comunidades de que forma parte y está obligado a respetar a las autoridades encargadas del bien común de las mismas. [4]

Autoridad
4. Toda comunidad humana necesita una autoridad que la rija. Esta tiene su fundamento en la naturaleza humana. Es necesaria para la unidad de la sociedad. Su misión consiste en asegurar en cuanto sea posible el bien común de la sociedad. Se llama "autoridad" la cualidad en virtud de la cual personas o instituciones dan leyes y órdenes a los hombres y esperan la correspondiente obediencia. [5]
5. La autoridad exigida por el orden moral emana de Dios: "Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas. De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación" (Rm 13,1-2; cf 1 P 2,13-17). [6]
6. La autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo considerado y si, para alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen medidas contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia. [7]
7. Por bien común, es preciso entender "el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección". El bien común afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad. [8]
8. Si toda comunidad humana posee un bien común que la configura en cuanto tal, la realización más completa de este bien común se verifica en la comunidad política. Corresponde al Estado defender y promover el bien común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las instituciones intermedias. [9]
9. El poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana. Y administrar humanamente justicia en el respeto al derecho de cada uno, especialmente de las familias y de los desheredados. Los derechos políticos inherentes a la ciudadanía pueden y deben ser concedidos según las exigencias del bien común. No pueden ser suspendidos por los poderes públicos sin motivo legítimo y proporcionado. El ejercicio de los derechos políticos está destinado al bien común de la nación y de la comunidad humana. [10]

Régimen político
10. Si la autoridad responde a un orden fijado por Dios, la determinación del régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos. La diversidad de los regímenes políticos es moralmente admisible con tal que promuevan el bien legítimo de la comunidad que los adopta. [11]
11. La Iglesia, defensora de sus derechos y respetuosa de los derechos ajenos, juzga que no es competencia suya la declaración de la mejor forma de gobierno ni el establecimiento de las instituciones rectoras de la vida política de los pueblos cristianos. [12]
12. Cada uno de estos regímenes posee su forma propia que lo diferencia de los demás: el imperio, la monarquía y la república o democracia. Situándonos en el terreno de los principios abstractos, podemos llegar tal vez a determinar cuál de estas formas de gobierno, en sí mismas consideradas, es la mejor. En este orden especulativo de ideas, los católicos, como cualquier otro ciudadano, disfrutan de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, precisamente porque ninguna de ellas se opone por sí misma a las exigencias de la sana razón o a los dogmas de la doctrina católica. [13]
13. Pero, al encarnarse en los hechos, los principios revisten un carácter de contingencia variable, determinado por el medio concreto en que se verifica su aplicación. Con otras palabras, si cada una de las formas políticas es buena en sí misma y aplicable al gobierno supremo de los pueblos, sin embargo, de hecho sucede que en casi todas las naciones el poder civil presenta una forma política particular. [14]
14. Juzgamos innecesario advertir que todos y cada uno de los ciudadanos tienen la obligación de aceptar los regímenes constituidos y que no pueden intentar nada para destruirlos o para cambiar su forma. [15]
15. Considerado a fondo en su propia naturaleza, el poder ha sido establecido y se impone para facilitar el bien común, razón suprema y origen de la humana sociedad. Lo diremos en otras palabras: en toda hipótesis, el poder político, considerado como tal, procede de Dios, y siempre y en todas partes procede exclusivamente de Dios. No hay autoridad sino por Dios (Rom. 13, 1). [16]
16. Por consiguiente, cuando de hecho quedan constituidos nuevos regímenes políticos, representantes de este poder inmutable, su aceptación no solamente es lícita, sino incluso obligatoria, con obligación impuesta por la necesidad del bien común, que les da vida y los mantiene. [17]

Democracia
17. La democracia, entendida en sentido amplio, admite distintas formas y puede tener su realización tanto en las monarquías como en las repúblicas. ¿Qué características deben distinguir a los hombres que viven en la democracia y bajo el régimen democrático? ¿Qué características deben distinguir a los hombres que en la democracia ejercen el poder público? Manifestar su propio parecer sobre los deberes y los sacrificios que le son impuestos; no estar obligado a obedecer sin haber sido escuchado: he ahí dos derechos del ciudadano que hallan en la democracia, como el mismo nombre lo indica, su expresión natural. [18]
18. El Estado democrático, sea monárquico o republicano, debe, como toda otra forma de gobierno, estar investido del poder de mandar con autoridad verdadera y eficaz. Una sana democracia, fundada sobre los inmutables principios de la ley natural y de las verdades reveladas, será resueltamente contraria a aquella corrupción que atribuye a la legislación del Estado un poder sin freno ni límites, y que hace también del régimen democrático, a pesar de las contrarias pero vanas apariencias, un puro y simple sistema de absolutismo. [19]
19. La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica. Por esto mismo, no puede favorecer la formación de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideológicos, usurpan el poder del Estado. Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana. Requiere que se den las condiciones necesarias para la promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales, así como de la “subjetividad” de la sociedad mediante la creación de estructuras de participación y de corresponsabilidad. [20]

Soberanía
20. La soberanía es una cualidad del poder político cuyo titular es un Estado independiente. El pueblo no es soberano, sino que lo es el Estado. [21] Por lo tanto, el principio de soberanía del pueblo citado en la Constitución Nacional (Arts. 33 y 37) responde a un criterio ideológico, y no tiene sustento científico. El Magisterio siempre lo ha rechazado:
21. Es importante advertir en este punto que los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos, en determinadas circunstancias, por la voluntad y juicio de la multitud, sin que la doctrina católica se oponga o contradiga esta elección. Con esta elección se designa el gobernante, pero no se confieren los derechos del poder. Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se establece la persona que lo ha de ejercer. [22]

22. De aquella herejía [Reforma] nacieron en el siglo pasado una filosofía falsa, el llamado derecho nuevo, la soberanía popular y una descontrolada licencia, que muchos consideran como la única libertad. [23]

23. [La Iglesia] Ha condenado una democracia que llega al grado de perversidad que consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo. [24]


Participación ciudadana
24. La participación es el compromiso voluntario y generoso de la persona en los intercambios sociales. Es necesario que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, en promover el bien común. Este deber es inherente a la dignidad de la persona humana. [25]
25. Los ciudadanos deben cuanto sea posible tomar parte activa en la vida pública. Las modalidades de esta participación pueden variar de un país a otro o de una cultura a otra. Es de alabar la conducta de las naciones en las que la mayor parte posible de los ciudadanos participa con verdadera libertad en la vida pública. [26]
26. La Iglesia venera entre sus santos a numerosos hombres y mujeres que han servido a Dios a través de su generoso compromiso en las actividades políticas y de gobierno. Entre ellos, Santo Tomás Moro, proclamado Patrón de los Gobernantes y Políticos. [27]
27. Se equivocan los cristianos que, pretextando que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta de que la propia fe es un motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas, según la vocación personal de cada uno. [28]
28. Para animar cristianamente el orden temporal los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política. Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, como también la difundida opinión de que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la cosa pública. [29]
29. La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. [30]
30. Puede muy bien suceder que en alguna parte, por causas muy graves y muy justas, no convenga en modo alguno intervenir en el gobierno de un Estado ni ocupar en él puestos políticos. Pero en general, como hemos dicho, no querer tomar parte alguna en la vida pública sería tan reprensible como no querer prestar ayuda alguna al bien común. De lo contrario, si se abstienen políticamente, los asuntos públicos caerán en manos de personas cuya manera de pensar puede ofrecer escasas esperanzas de salvación para el Estado. [31]
31. El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica. [32]
32. La resistencia a la opresión de quienes gobiernan no podrá recurrir legítimamente a las armas sino cuando se reúnan las condiciones siguientes: 1) en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales; 2) después de haber agotado todos los otros recursos; 3) sin provocar desórdenes peores; 4) que haya esperanza fundada de éxito; 5) si es imposible prever razonablemente soluciones mejores. [33]
33. La insurrección revolucionaria –salvo en caso de tiranía evidente y prolongada que atentase gravemente a los derechos fundamentales de la persona y dañase peligrosamente el bien común del país- engendra nuevas injusticias, introduce nuevos desequilibrios y provoca nuevas ruinas. No se puede combatir un  mal real al precio de un mal mayor. [34]
34. Queda, por tanto, bien claro que los católicos tienen motivos justos para intervenir en la vida política de los pueblos. No acuden ni deben acudir a la vida política para aprobar lo que actualmente puede haber de censurable en las instituciones políticas del Estado, sino para hacer que estas mismas instituciones se pongan, en lo posible, al servicio sincero y verdadero del bien público, procurando infundir en todas las venas del Estado, como savia y sangre vigorosas, la eficaz influencia de la religión católica. Así se procedía en los primeros siglos de la Iglesia. Las costumbres paganas distaban inmensamente de la moral evangélica. Sin embargo, en pleno paganismo, los cristianos, siempre incorruptos y consecuentes consigo mismos, se introducían animosamente dondequiera que podían. [35]

Rechazo de las ideologías
35. El cristiano que quiere vivir su fe en una acción política, concebida como servicio, tampoco puede adherirse sin contradicción a sistemas ideológicos que se oponen radicalmente o en los puntos sustanciales a su fe y a su concepción del hombre: ni a la ideología marxista, a su materialismo ateo (…) ni a la ideología liberal, que cree exaltar la libertad individual substrayéndola a toda limitación. [36]

Licitud moral del voto y obligación de ejercerlo
36. La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país. [37]
37. Recuerden, por tanto, todos los ciudadanos el derecho y al mismo tiempo el deber que tienen de votar con libertad para promover el bien común. [38]
38. A estos derechos corresponden otros tantos deberes; al derecho de voto el deber de votar, el deber de no dar vuestro sufragio sino a aquellos candidatos o a aquellas listas de candidatos que ofrecen, no promesas vagas y ambiguas, sino garantías seguras de que respetarán los derechos de Dios y de la Religión. Este deber es sagrado para vosotras; os obliga en conciencia; os obliga ante Dios, ya que con vuestra cédula electoral tenéis en la mano los superiores intereses de vuestra patria. [39]

Sistema electoral
39. Nuestra Constitución Nacional establece, en su Art. 37 que “el sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio”, características que existen en la casi totalidad de los Estados contemporáneos, como manera de designar a los gobernantes. Que el sufragio sea universal, significa que todo ciudadano posee este derecho, con independencia de su raza, sexo, creencias o condición social. Pero, “a través del sufragio el pueblo no gobierna ni ejerce una supuesta soberanía o un poder político de los cuales sería titular, sino que participa políticamente en el régimen, expresando su opinión política”. [40] Como la doctrina social de la Iglesia se nutre de las ciencias humanas e “incorpora sus aportaciones” [41] es necesario tener en cuenta el significado correcto y actual de los conceptos que utilizan el derecho y la ciencia política.
40. Suele mencionarse una frase crítica del beato Pío IX: Sufragio universal, mentira universal[42] expresada en una alocución, a mediados del siglo XIX, como fundamento para justificar la abstención electoral.  Sin embargo, este Papa no incluyó en el Syllabus (Catálogo de errores modernos)  al sufragio universal -ni a la democracia-, entre los errores condenados. Tampoco lo hizo ninguno de los 11 sucesivos Pontífices.
41. Sufragio no es sinónimo de sistema electoral, éste se ocupa de reglamentar el sufragio fijando las condiciones de ejercicio del voto. En el sistema vigente en la Argentina, es posible encontrar aspectos defectuosos, que deberían ser perfeccionados para facilitar una mejor representación política y seleccionar a los mejores postulantes. Esto no exime a los católicos  de participar en la vida cívica. En los documentos del Magisterio citados (Catecismo, Gaudium et spes), se menciona la obligatoriedad de votar, en el marco del sufragio universal, que estaba plenamente vigente al momento de la publicación de dichos documentos.
42. Por lo tanto, no hay duda posible sobre la doctrina auténtica: Todos pueden contribuir por medio del voto a la elección de los legisladores y gobernantes y, a través de varios modos, a la formación de las orientaciones políticas y las opciones legislativas que, según ellos, favorecen mayormente el bien común.  [43]

Partidos políticos
43. Es perfectamente conforme con la naturaleza humana que se constituyan estructuras político-jurídicas que ofrezcan a todos los ciudadanos, sin discriminación alguna y con perfección creciente, posibilidades efectivas de tomar parte libre y activamente en la fijación de los fundamentos jurídicos de la comunidad política, en el gobierno de la cosa pública, en la determinación de los campos de acción y de los límites de las diferentes instituciones y en la elección de los gobernantes.
El cristiano debe reconocer la legítima pluralidad de opiniones temporales discrepantes y debe respetar a los ciudadanos que, aun agrupados, defiendan lealmente su manera de ver. Los partidos políticos deben promover todo que a su juicio exige el bien común; nunca, sin embargo, está permitido anteponer intereses propios al bien común. [44]
44. La política partidista es el campo propio de los laicos. Corresponde a su condición laical el constituir y organizar partidos políticos, con ideología y estrategia adecuada para alcanzar sus legítimos fines. [45]
45. Es indudable que también en materia política existe una lucha honrada: cuando, quedando a salvo la verdad y la justicia, se lucha para que prevalezcan en la práctica las opiniones que parecen más acomodadas al bien común. [46]
46. Aun reconociendo la autonomía de la realidad política, los cristianos dedicados a la acción política se esforzarán por salvaguardar la coherencia entre sus opciones y el Evangelio y por dar, dentro del legítimo pluralismo, un testimonio personal y colectivo, de la seriedad de su fe mediante un servicio eficaz y desinteresado hacia los hombres. [47]

Doctrina del mal menor
47. La Iglesia se hace cargo maternalmente del grave peso de las debilidades humanas. Por esta causa, aun concediendo derechos sola y exclusivamente a la verdad y a la virtud, no se opone la Iglesia, sin embargo, a la tolerancia por parte de los poderes públicos de algunas situaciones contrarias a la verdad y a la justicia para evitar un mal mayor o para adquirir o conservar un mayor bien. Al ser la tolerancia del mal un postulado propio de la prudencia política, debe quedar circunscrita a los límites requeridos por la razón de esa tolerancia, esto es, el bien público. [48]
48. No está permitido hacer el mal para obtener un bien. [49] En el caso pues de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a ella, ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto. [50]
49. Cuando es forzoso escoger entre dos cosas, que en cada una de ellas hay peligro, aquélla se debe elegir de que menos mal se sigue. [51]
50. Un problema concreto de conciencia podría darse en los casos en que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más permisiva ya en vigor o en fase de votación. En el caso expuesto, cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública. En efecto, obrando de este modo no se presta una colaboración ilícita a una ley injusta; antes bien se realiza un intento legítimo y obligado de limitar sus aspectos inicuos. [52]
51. En cuanto al elector, debe votar por la mejor lista o por la menos mala, es decir, por aquella que contiene la mayor cantidad de candidatos buenos o, si no los hay, de los que sacrifiquen menos elementos esenciales para la vida del país.
Votar por un candidato menos malo, no es cooperar a un mal, es procurar un bien. [53]

Bienes no discutibles
52. Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad. [54]
-el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural,
-la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer,
-la libertad de educación de los hijos
-y la promoción del bien común en todas sus formas.
De estos bienes no es lícito discutir. [55]

Obligación de actuar en el orden temporal
53. La Iglesia sabe bien que ninguna realización temporal se identifica con el reino de Dios, pero que todas ellas no hacen más que reflejar y en cierto modo anticipar la gloria de ese reino, que esperamos al final de la historia, cuando el Señor vuelva.
Aunque imperfecto y provisional, nada de lo que se puede y debe realizar mediante el esfuerzo solidario de todos y la gracia divina en un momento dado de la historia, se habrá perdido ni habrá sido en vano. [56]
54. Por tanto, no se justifican ni la desesperación ni el pesimismo ni la pasividad. 55. Aunque con tristeza, conviene decir que, así como se puede pecar por egoísmo, por afán de ganancia exagerada y de poder, se puede faltar también –ante las urgentes necesidades de unas muchedumbres hundidas en el subdesarrollo- por temor, indecisión y en el fondo por cobardía. [57]
56. Sería peligroso no reconocerlo: la apelación a la utopía es con frecuencia un cómodo pretexto para quien desea rehuir las tareas concretas refugiándose en un mundo imaginario. Vivir en un futuro hipotético es una coartada fácil para deponer responsabilidades inmediatas. [58]

Córdoba, Agosto de 2015.-










ANEXO
Orientación para las elecciones

Aplicando la doctrina del mal menor al tema eleccionario, el Prof. Palumbo  explica que: “En el caso concreto de una elección, al votarse por un representante considerado mal menor, no se está haciendo el mal menor, sino permitiendo el acceso de alguien que posiblemente, según antecedentes, lo hará”. [59]
En ocasiones, el ciudadano no tiene la posibilidad de elegir entre varios partidos, pues ninguno le ofrece garantías mínimas, al presentar plataformas que permiten prever acciones perjudiciales para la sociedad, o declaraciones de principios que contradicen la ley natural. En esos casos, tiene el deber de abstenerse de votar. Pero no es habitual que no haya ningún partido aceptable; por lo tanto, aunque no le satisfaga totalmente, debe votar al partido que parezca menos peligroso. Al proceder así, no está avalando aquellos aspectos cuestionables de su plataforma, sino, simplemente, eligiendo el mal menor.

Opción electoral
En base a lo expuesto, la opción electoral no resulta tan difícil, puesto que nuestra adhesión a los bienes no discutibles, y la información recopilada, nos van a indicar el camino correcto entre las distintas posibilidades:
1. Anular el voto: no resulta una opción válida, en ningún caso, y denota una actitud infantil de desquite imaginario contra los malos dirigentes.
2. Votar en blanco: debe distinguirse entre dos aspectos:
a) parcial: es decir, votar en blanco, para algunos niveles de gobierno o determinados cargos; esto es admisible, en muchas elecciones.
b) total: el voto en blanco para todos los cargos y niveles, únicamente puede admitirse en casos excepcionales, cuando todos los partidos y candidatos resulten inaceptables o peligrosos. Si tenemos en cuenta que habitualmente habrá que votar por cargos agrupados en 5 o más secciones, y optar entre una docena de partidos o frentes, según el distrito, es prácticamente imposible que no haya ningún candidato aceptable.
3. Abstenerse: si se da la situación descripta anteriormente, esta opción parece más lógica que concurrir al comicio para introducir en la urna un sobre vacío. Consideramos, que en la Argentina, hubo un sólo caso justificable para la abstención -o el voto en blanco total-, que fue la elección de convencionales constituyentes de 1957, en que un gobierno de facto prohibió la participación del partido mayoritario.
Es inaceptable esta opción cuando está en juego una decisión crucial para la comunidad. Un ejemplo reciente ilustra al respecto: en un referéndum sobre el aborto, realizado en Portugal, el 56 % de los ciudadanos se abstuvo; esto permitió que los partidarios del aborto obtuvieran la mayoría de los votos positivos, y si bien no se alcanzó el mínimo legal requerido, el gobierno quedó fortalecido y pudo aprobar la ley respectiva en el Parlamento.
4. Voto positivo: puede desagregarse esta opción en varias alternativas:
1. Votar por un partido que satisface íntegramente, para todos los niveles.
2. Votar a varios partidos simultáneamente, seleccionando los mejores candidatos en cada caso.
3. Votar a un partido y/o candidato, pese a merecer objeciones, aplicando la doctrina del mal menor. Para el caso de una doble vuelta en la elección de Presidente, cabe la siguiente recomendación:
Entre dos malos candidatos, no habrá que abstenerse, a no ser que ambos sean detestables. Esta igualdad absoluta no se verifica nunca, pues sin hablar de las diferentes aptitudes personales de los candidatos, la mayoría de las veces, uno de entre ellos procurará obtener el apoyo de los hombres de bien, y esa será la ocasión de sacar el mayor partido posible del concurso que nos hemos visto obligados a prestarle. [60]

Conclusión
La participación en la vida cívica incluye varias acciones, pero el modo más simple y general de participar en un sistema republicano, es el ejercicio del voto, y ninguna causa justifica el abstencionismo político pues equivale a no estar dispuesto a contribuir al bien común de la propia sociedad. Si, como afirma Aristóteles, es imposible que esté bien ordenada una polis que no esté gobernada por los mejores sino por los malos, resulta imprescindible la participación activa de los ciudadanos para procurar seleccionar a los más aptos y honestos para el desempeño de las funciones públicas. Consideramos que en esta compleja actividad, resulta necesario utilizar la antigua doctrina del mal menor, como aplicación concreta de la virtud de la prudencia que debe regir la acción política.





[1] Párrafos reproducidos textualmente: en letra cursiva.
[2] Catecismo, 1879.
[3] Ídem, 1880 y 1882.
[4] Ídem, 1880.
[5] Ídem, 1898.
[6] Idem, 1899.
[7] Idem, 1903.
[8] Idem, 1906.
[9] Idem, 1910.
[10] Idem, 2237.
[11] Ídem, 1901.
[12] León XIII. Enc. Sapientiae chistianae, 10-1-1890, p. 15.
[13] León XIII. Enc. Au milieu des solicitudes, 16-3-1892, p. 15.
[14] Idem, p. 16.
[15] Idem, p. 17.
[16] Idem, p. 22.
[17] Ídem, p. 23.
[18] Pío XII. Radiomensaje Benignitas et humanitas, 24-12-1944, p. 12 y 14.
[19] Ídem, p. 20 y 28.
[20] Juan Pablo II. Enc. Centesimus annus, 1-5-1991, p. 46.
[21] Badeni, Gregorio. “Reforma constitucional e instituciones políticas”; Buenos Aires, Ad-Hoc, 1994, pg. 195.
[22] León XIII. Enc. Diuturnum illud, 29-6-1881, p. 4.
[23] Diuturnum illud, p. 17.
[24] San Pío X. Enc. Notre charge apostolique, 25-8-1910, p. 9.
[25] Catecismo, 1913.
[26] Catecismo, 1915.
[27] Congregación para la Doctrina de la Fe. “Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política”, 24-11-2002, p. 1.
[28] Ídem, p. 9.
[29] Juan Pablo II. Exhortación Apostólica post-sinodal Christifideles laici, 30-12-1988, p. 42.
[30] Francisco. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 24-11-2013, p. 205.
[31] León XIII, Enc. Immortale Dei, 1-11-1985, p. 22.
[32] Catecismo, 2242.
[33] Ídem, 2243.
[34] Pablo VI. Enc. Populorum progressio, 26-3-1967, p. 31.
[35] Immortale Dei, p. 22.
[36] Pablo VI. Carta Apostólica Octogesima adveniens, 14-5-1971, p. 26.
[37] Catecismo, 2240.
[38] Constitución Gaudium et spes, 7-12-1965, p. 75.
[39] Pío XII. Alocución a las jóvenes de Roma, 12-5-1946.
[40] Bidart Campos, Germán. “Lecciones elementales de política”; Buenos Aires, EDIAR, 1973, p. 372.
[41] Centesimus annus, p. 59.
[42] Pío IX. Alocución Maxima quidem, 9-6-1862.
[43] Nota Doctrinal, op. cit., p. 1.
[44] Gaudium et spes, p. 75.
[45] III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Documento de Puebla, 1979, p. 524.
[46] Sapientiae christianae, p. 15.
[47] Octogesima adveniens, 14-5-1971, p. 46.
[48] León XIII, Enc. Libertas praestastissimum 28-6-1888, p. 23.
[49] Catecismo, p. 1756.
[50] Juan Pablo II. Enc. Evangelium vitae, 25-3-1995, p. 73.
[51] Santo Tomás. “Del gobierno de los príncipes”; Buenos Aires, Editorial Cultura, 1945, Volumen Primero, pg. 35.
[52] Evangelium vitae, p. 73. El mismo caso se plantea en: Congregación para la Doctrina de la Fe, “Consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”; 3-6-2003, p. 10.
[53] Reglas para elegir entre los candidatos. Aprobadas por la Asamblea de Cardenales y Arzobispos de Francia, 1935: P. Lallement. “Principios de Acción Cívica”; Buenos Aires, Ed. Santa Catalina, 1950, pgs. 218/221.
[54] Nota Doctrinal, op. cit., p. 4.
[55] Benedicto XVI. Exhortación Apostólica Sacramentum charitatis, 2007, p. 83.
[56] Juan Pablo II. Enc. Sollicitudo rei socialis, 30-12-1987, p. 48.
[57] Sollicitudo rei socialis, p. 47.
[58] Octogesima adveniens, p. 37.
[59] Palumbo, Carmelo. “Guía para un estudio sistemático de la Doctrina Social de la Iglesia”; Buenos Aires, CIES, 2004, pg. 150.

[60] Reglas para elegir éntrelos candidatos. Aprobadas por la Asamblea de Cardenales y Arzobispos de Francia, 1935.