DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Democratizar el mercado



José María Las Heras
(Legislador electo por el Frente Cívico y Social)

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, usó como eslogan electoral el de “Mercado cuanto se pueda; Estado cuanto se necesite”.

La presidenta Cristina Fernández lo hizo suyo. ¿Devolución de gentilezas ante la visita del mandatario colombiano? Parece no serlo, a tenor de los nuevos vientos presidenciales apuntalados por la victoria en las elecciones primarias. Esta semana, en Tecnópolis, reafirmó el rol estratégico del Estado. El desafío es zafar de la cómoda pasividad de apostar a cosechas salvadoras, para afrontar un modelo productivo con industrialización. “Industrialización del campo”, remató la Presidenta.

Pero los argentinos escuchamos frases que después terminan decepcionándonos, como la de la década de 1990 de “Menos Estado, más sociedad”. ¿Qué diferencia hay entre la neoliberal expresión de la convertibilidad y esta neokeynesiana del siglo 21?

La fórmula de la Presidenta apunta a garantizar que el mercado haga todo, todo lo que pueda. Pero no de cualquier forma, sino que allí debe estar como sagaz cancerbero un Estado presente que haga todo lo necesario marcando no sólo un límite al abuso de aquél, sino para ir en su ayuda cuando sea menester. Lo señala el principio de subsidiariedad: gobernar con capacidad de planificación y de regulación que no entorpezca el rol de la actividad privada como principal creadora de empleo y generadora del crecimiento.

Vaciamiento del Estado. El país atravesó, desde el golpe de 1976 hasta la crisis de 2001, por un vaciamiento del Estado. En línea, un avance del mercado con dos rasgos negativos: la extranjerización y la concentración oligopólica. Es cierto que a partir de 1983 se consolidó la democracia, pero mientras se concentró en lo político-institucional –lo cual, obvio, no es malo– olvidó que hay otros ámbitos de democratización que deberían potenciarse entre sí.

En lo social, lo democrático pasa por una justa redistribución de la renta y el acceso a bienes públicos esenciales. La asignación universal por hijo es una buena señal, pero es imprescindible consolidar la “democracia económica”.

El mundo va en dirección hacia nuevos paradigmas después del fracaso de la globalización financiera. Roberto Mangabeira Unger, ministro de Planificación durante la gestión de Lula en Brasil, afirma que se necesitan nuevas instituciones, porque las actuales no sirven para impulsar una economía de mercado que promueva políticas agrícolas e industriales, cooperativas y descentralizadas. Para el ex profesor de Barack Obama en Harvard, existe la necesidad de un tercer modelo descentralizador y participativo. El camino pasa por democratizar la economía de mercado con un “productivismo incluyente”, remata el cerebro gris de la administración de Lula.

Europa sufre las protestas de jóvenes excluidos del conocimiento y del acceso al trabajo después de décadas de economía especulativa, como denuncia cruelmente el filme Inside job . Bien hará la Presidenta en fomentar un mercado que haga “todo lo que pueda” y el Estado –que ella conducirá probablemente hasta 2015– “todo lo que necesite”. Pero no se puede hacer todo desde el mercado, ni menos desde el gobierno, si no se cuenta con el apoyo comprometido –más que declamativo, involucrado, más que publicitado– de la sociedad civil. Así, habrá que ampliar la fórmula a “Mercado cuanto se pueda; Estado cuanto se necesite; sociedad civil en todas partes”. De tal modo, la realidad evitará que los argentinos nos engañemos una vez más.

La Voz del Interior, 10-9-11