DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

El debate por una de las grandes cajas del gobierno





Por Adrián Ventura

La Corte Suprema decidió, tal vez, tocar una de las cuerdas más delicadas y urticantes del Gobierno: el financiamiento del gasto público.

Desde hace años, el Poder Ejecutivo, sin acceso al crédito internacional y sin voluntad alguna de bajar el gasto, decidió "vivir con lo nuestro" y comenzó a financiarse con distintas cajas.

Así, comenzó a echar mano de los recursos del Banco Nación; de las reservas del Banco Central; de los fondos de la APE que, en rigor, pertenecen a los trabajadores y sindicatos; o de los dineros de la Anses, que toma a cambio de entregarle al Fondo de Garantía de Sustentabilidad unos pagarés (porque de eso se tratan los títulos de la deuda). Ahora, el 58 por ciento de la cartera de la Anses está invertida en títulos cuyo rendimiento no siempre es óptimo.

Sin duda, la responsabilidad final no es de Diego Bossio. Hace un año, en un primer informe que había presentado ante el tribunal, el joven funcionario explicó que no podía pagar cientos de miles de juicios previsionales que los jubilados hicieron y le ganaron al Estado porque sólo una parte de los recursos del FGS se aplican con esos fines. El resto, aclaró, se destina a financiar otros programas, como la Asignación Universal por Hijo, la construcción de viviendas u obras públicas.

Cualquiera puede aceptar que se tratan de programas sociales muy loables. Lo que es más difícil de entender es que se financien con los dineros del sector social más débil, los jubilados. Pero el populismo se nutre de promesas y las promesas se pagan con dinero. El líder carismático no repara en detalles; sólo sueña con hacer su historia.

Con todo, hay dos cuestiones para mirar de cerca. Una: Bossio, que se empeñó en ignorar las explicaciones que le pedía la Corte, podría haber aprovechado los últimos meses para mejorar el desempeño de la Anses y el pago de sentencias. Pero no lo hizo.

Ahora, su impericia para capear una tormenta dio paso a este huracán: la Corte ya no se conforma con pedirle datos sobre los pagos de juicios previsionales, sino que pretende hacerle una tomografía computada a toda la Anses.

Es probable que el Gobierno, como ocurrió con otros fallos, haga oídos sordos. Pero el desempeño de Bossio casi seguramente disgustará a Cristina Kirchner.

El segundo dato es también inquietante: el Gobierno se empeña -lo manifestó públicamente la Presidenta, en distintos actos públicos- en lograr que los jueces paguen el Impuesto a las Ganancias y recorten sus jubilaciones.

Nunca en la historia argentina un gobierno logró torcerles el brazo a los magistrados en este punto. Si bien en la Corte algunos jueces admiten que debería pagarse Ganancias, los magistrados son los más celosos guardianes de esas garantías que de cualquier otro derecho y leen aquellas pretensiones oficiales como un ataque a su independencia.

Ningún juez lo admitirá, pero se puede sospechar que la decisión de la Corte de reclamar a la Anses la identidad de todos los beneficiarios de jubilaciones especiales apunte a encontrar que en el Poder Ejecutivo o en el Congreso también hay funcionarios que reciben haberes o pensiones elevadas. ¿Por qué un presidente o un ministro deberían cobrar más? La Corte quiere solucionar las causas previsionales. Pero también tropieza con las arbitrariedades del poder..


La Nación, 14-6-12