Por P. Juan C.
Sanahuja
El 18 de junio,
Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de la Mujer
(ONU Mujeres-UN Women), declaró: “el desarrollo sostenible no se logrará sin el
empoderamiento de las mujeres”, y agregó que la importancia de su participación
debe reflejarse en todos los aspectos del documento final de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20).
"No podemos
darnos el lujo de dejar a las mujeres marginadas", dijo Bachelet.
"Esto no es sostenible. Esta exclusión social de las mujeres está
afectando no sólo a ellas, nos está perjudicando a todos. La contribución de
las mujeres no debe ser sólo un hecho aislado en el texto sino que debe
integrarse en todos los aspectos de la misma", dijo.
"Las mujeres
quieren un futuro libre de pobreza y discriminación, con igualdad de acceso a
las oportunidades y liderazgo, con una sabia administración de los recursos
naturales", dijo Bachelet. Es de notar, que las palabras “discriminación e
igualdad de acceso a las oportunidades”, en este lenguaje, significa, al menos,
anticoncepción y aborto por medios químicos y quirúrgicos, con o sin
consentimiento del cónyuge.
En la misma rueda de
prensa la Enviada
Especial del Secretario General sobre el Cambio Climático,
Gro Harlem Brundtland, ex-Directora General de la Organización Mundial
de la Salud ,
destacada abortista, manipuladora del lenguaje, insistió en los mismos
conceptos.
ONU Mujeres organizó
una serie de eventos a lo largo de Río+20, especialmente en el Foro de Mujeres
Líderes. En el retorcido lenguaje de la
ONU habló de promover nuevas políticas: la prosperidad,
reducir la pobreza y avanzar en la equidad social y protección del medio
ambiente, que de una forma u otra, significan políticas antinatalistas.
El documento final,
antes de esta última revisión, decía expresamente, “Apoyamos el trabajo de UN
Women para el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
en todos los aspectos de la vida”
En la nueva versión,
según afirman los observadores, se han multiplicado las referencias al género,
en los epígrafes “Género”, “Salud” y “Educación”, especialmente al hablar de la
“igualdad de derechos para las mujeres”; y también se hace mención expresa de la Plataforma de Acción de
Beijing (1995, caballito de batalla del lesbofeminismo); y del Plan de Acción
de El Cairo (1994), en lo que se refiere a la reducción de muertes maternas,
salud de la mujer, adolescentes y niños (es decir, políticas de aborto,
anticoncepción y educación sexual).
El 20 de junio, se
terminó de consolidar el texto del documento final de Río+20, que será
presentado para su aprobación a los Estados miembros.
A propósito de la
perspectiva de género, recordamos lo que dice el Documento de Aparecida: “Entre
los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar, encontramos la
ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación
sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana.
Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del
matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia”,
(Documento conclusivo de la
V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 13 al
31-05-07, n. 40).
NOTICIAS GLOBALES,
Año XV. Número 1042, 20/12. Gacetilla n° 1157. Buenos Aires, 20 junio 2012