Por Martín de
Ambrosio y Josefina Hagelstrom
Crece como un rumor,
gracias al boca a boca y a apariciones justas en los medios de comunicación. La
fundación El Arte de Vivir y su curso de respiración son cada vez más pasión de
multitudes en Argentina y, en apariencia, no tienen techo. “Hay voluntarios que
dicen que no van a parar hasta que todo el país respire bien”, se ríe su
presidente, Esteban Coll (ex directivo de Molinos Río de la Plata y hoy asesor de
CableVisión, del Grupo Clarín). Lo cierto es que el número de personas que
hacen los cursos se duplica año tras año.
En 2009 fueron unas
10 mil personas; se pasó a 20 mil en 2010, 48 mil en 2011. En apenas tres meses
de 2012 ya se alcanzó la mitad de todo el año pasado (24 mil cursantes). Desde
luego, con el aumento del movimiento
aumentan los fondos que maneja la asociación: $ 13,4 fueron los millones
presupuestados para 2011, también el doble de 2010 (su presidente había
mencionado la mitad en la entrevista, pero luego llegó la corrección por correo
electrónico).
Según Coll, lo que
ganan en los cursos –que reconoce que no son baratos– lo reinvierten en ampliar
la oferta y en tratar de dejar de alquilar las 28 sedes que tienen en Buenos
Aires y su conurbano. De hecho, lo lograron con la sede central, en la calle Aráoz, tras comprarla en más de medio millón
de dólares. Allí funciona la administración, el área de diseño y sonido
(que se prepara para la llegada del
líder mundial Sri Sri Ravi Shankar, se septiembre); y ahí también atienden
los jóvenes del call center. Al mediodía, el almuerzo que se sirve es
estrictamente vegetariano.
Organización. Con el
crecimiento de la Fundación
llega su profesionalización. Aunque buena parte de su funcionamiento tiene que
ver con el voluntariado, desde la llegada de Coll a la presidencia, hace tres
años, se le dio una impronta ingenieril y se buscó ordenar las cuentas. Lo que
derivó en la contratación de gente para ciertas áreas, relativas a la
administración. De hecho, en la
actualidad paga unos sesenta sueldos todos los meses; entre ellos, veinte
instructores de tiempo completo. Si bien la fundación es tributaria ideológica
de la casa matriz de la India ,
en cada país (y afirman que está en 151) funciona de modo autónomo.
Perfil, 24-6-12