Por falta de apoyo para el aborto
By Rebecca Oas, Ph.D.
(C-Fam), 20-9-14
La ex Secretaria de
Estado Hillary Clinton dijo a feministas y defensores del aborto de diversas
partes del mundo presentes en una sala de conferencias que Estados Unidos está
muy lejos de ratificar el tratado de la
ONU sobre la discriminación de la mujer, «no por falta de
intentos, sino por falta de apoyo».
Clinton fue la última
oradora el viernes pasado en una conferencia feminista de dos días denominada
“Women and Girls Rising” («Mujeres y niñas en crecimiento») en la Fundación Ford , en
Nueva York, que se inició con comentarios de Gloria Steinem y fue organizada
por el autor de una elogiosa biografía de Margaret Sanger. El ex Jefe de
Gabinete del gobierno de Clinton, John Podesta, también manifestó vergüenza por
la no ratificación del tratado de la
CEDAW , y añadió que muchos «piensan que Estados Unidos no
puede ratificar nada en estos días».
En todos los paneles
de debate, los participantes hablaron extensamente de las conferencias
internacionales de El Cairo y Beijing a mediados de la década del noventa.
Muchos de ellos compartieron anécdotas personales. La profesora Rosalind
Petchesky, de Hunter College, recordó con afecto «aquellos viejos tiempos, y
especialmente cuando nos vestíamos de drag en Cocoyoc [México]».
El Director del Fondo
de Población de las Naciones Unidas, el dr. Babatunde Osotimehin, dijo que fue
rechazado de la delegación de su país, Nigeria, que asistía a la conferencia de
El Cairo, y que únicamente fue porque Carmen Barroso, de Planned Parenthood, le
consiguió un lugar en la delegación de la organización no gubernamental
estadounidense.
Françoise Girard, de
la agrupación International Women’s Health Coalition, rememoró que en la
reunión de El Cairo+5 en 1999 varios activistas a favor del aborto oriundos de
países con mayoría católica se cansaron de escuchar al delegado de la Santa Sede hablar de
los servicios sociales que la
Iglesia brinda a los países en desarrollo. En respuesta,
hicieron una colecta improvisada. Al término de la jornada, dieron en mano la
cesta al «estupefacto» delegado diciendo: «no queremos su dinero ni sus
servicios sociales, aquí tiene». «Y, por supuesto, tomamos una foto de eso y la
usamos en nuestro activismo», dijo Girard, citando esto como ejemplo de la
«creatividad y el humor que a menudo es necesario para prevalecer en estas
circunstancias».
Según Girard, además
del activismo teatral de dudoso buen gusto se «requiere mucho dinero». En el
último año, la organización a la que pertenece «proporcionó más de 400 becas de
viajes... para que activistas vengan a Nueva York a las diversas sesiones del
post 2015», refiriéndose a las negociaciones de la próxima agenda de
desarrollo.
Anne-Marie Goetz, de
ONU mujeres, mencionó la reciente cumbre de Londres sobre la violencia contra
la mujer en tiempo de guerra diciendo que había sido afectada por las
«repercusiones negativas» que han estancado el avance feminista desde El Cairo.
Goetz sostuvo que el activismo ha sido «separado un poquito de la agenda de
empoderamiento y de la idea de que... la solución debe implicar el ataque al
patriarcado».
Los liberales no se
salvaron de las críticas del feminismo. Petchesky acusó al Departamento de
Estado estadounidense al mando de Hillary Clinton de «"blanqueo rosa"
u "homonacionalismo": el uso de los derechos LGBT y de los derechos
sexuales como manto o distintivo de pureza de derechos humanos». Sostuvo que
Estados Unidos, junto con el Reino Unido e Israel, están valiéndose del
reciente impulso pro-LGBT para desviar la atención de «espantosas violaciones
de los derechos humanos... ataques con drones, secuestro de prisioneros,
etcétera».
Traducido por Luciana
María Palazzo de Castellano