El rector de la Universidad Católica Argentina destaca en un artículo el rol del Papa Francisco en la redacción del Documento de Aparecida. Es necesario recordar que dicho documento fue objeto de 200 enmiendas por Benedicto XVI.
El espíritu
Francisco, forjado en Aparecida
Víctor Manuel Fernández
La visita del Papa al
santuario de Aparecida tiene un alto contenido. Allí se desarrolló la V Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano en 2007, en la que Jorge Bergoglio
participó muy activamente. Él sabía que allí podían ocurrir dos cosas: o
revivía el espíritu de comunión de la Iglesia en América latina o se lo terminaba de
enterrar.
Él supo generar una
dinámica participativa, entusiasta y esperanzada. El documento final contiene
las notas propias de una identidad eclesial latinoamericana: la opción por los
pobres y la defensa de la dignidad humana junto con una espiritualidad
profunda, la valoración de la cultura popular y, al mismo tiempo, un llamado al
crecimiento y a la formación.
El lenguaje y los
acentos de Bergoglio están por todas partes, sin que el documento deje de ser
una auténtica obra colectiva.
Pero en Aparecida se
trató una cuestión menos desarrollada en encuentros anteriores: la convocatoria
a un intenso dinamismo misionero, a reformar la Iglesia para que salga de
sí misma y sea capaz de llegar a todos, sin descuidar las periferias más
abandonadas.
Bergoglio percibió
que en muchos de los participantes existía esa preocupación y entendió que
debía ser una nota característica de Aparecida. Por eso, apenas regresó a
Buenos Aires, comenzó a insistir en que la Iglesia se volviera radicalmente misionera, en
constante salida de sí, evitando la "autorreferencialidad". Como
Papa, retomó con fuerza ese discurso, que termina exigiendo importantes
cambios.
El hecho es que
cuando él se dirige a obispos latinoamericanos siempre les menciona algo del
documento de Aparecida. Pero también lo obsequia a personalidades del mundo
político o profesional latinoamericano, porque en el trasfondo del documento
hay todo un programa de trabajo.
Diría que las razones
por las cuales el Papa hace el esfuerzo de viajar a Aparecida en medio de su
compleja visita al Brasil son tres: la primera es pedirle a la Virgen que interceda para
que su pontificado pueda encarnar las convicciones profundas que se
explicitaron en Aparecida. La segunda, invitar a los obispos, sacerdotes y
agentes pastorales a no archivar ese documento.
La tercera es más
sencilla. Recuerdo que cuando estábamos en el hotel donde residíamos durante la Conferencia , una
persona que trabajaba allí le preguntó si era verdad que en el último cónclave
había salido segundo. Él sonreía. Después le dijo: "Bueno, si usted es el
próximo papa, espero que nos venga a visitar". Bergoglio contestó:
"Cómo no". El papa Francisco es un hombre de palabra…
(Víctor Manuel
Fernández, especial para La
Nación ).
Aica, 26-7-13
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El Papa introduce 200 enmiendas al documento final de
la CELAM
EN CONFLICTO. EL PAPA
ALEMAN BENEDICTO XVI INAUGURO LA CONFERENCIA DEL CELAM EN MAYO DE ESTE AÑO.
Julio Algañaraz ROMA
CORRESPONSAL
alganaraz@clarin.com
El documento final
que aprobaron los 266 obispos de las conferencias episcopales latinoamericanas
en la asamblea del CELAM fue alterado con más de 200 enmiendas en el documento
"oficial" que aprobó el papa Benedicto XVI en el Vaticano. Las acusaciones
de haber "adulterado" el texto son muy fuertes en Brasil, donde el
diario O Estado publicó un artículo con críticas de religiosos y del cardenal
primado brasileño, arzobispo de Salvador de Bahía, Geraldo Majella Agnello.
El Papa inauguró la Quinta Conferencia
de los obispos latinoamericanos el 13 de mayo en el santuario de Aparecida, en
las afueras de San Pablo, poniendo fin además a una visita a Brasil que había
iniciado el día 9.
Según laicos y
religiosos que participaron en la asamblea episcopal de Aparecida, el documento
que aprobó el Papa tiene 200 cambios respecto al que aprobaron los obispos
latinoamericanos. Algunos cambios son menores, con correcciones gramaticales y
de redacción. Pero otros, afirman los que protestan, "son conceptuales y
de contenido".
El cardenal Majella
Agnello se mostró irritado y reclamó que la versión original del documento sea
restaurada. Pero el nuevo presidente del CELAM, el arzobispo de Aparecida,
Raymundo Damasceno Assis, dijo que era muy difícil que el texto aprobado por Benedicto
XVI sea nuevamente modificado.
Majello Agnello, como
presidente de la
Conferencia Episcopal Brasileña (la principal del mundo
católico), fue uno de los que consignaron el documento final de la conferencia
al Papa. "Yo creí que estaba consignando al Papa el texto original",
señaló. Con una dosis de ingenuidad, el arzobispo de Salvador afirmó que los
cambios habían sido seguramente hechos fuera del Vaticano "porque el Papa
respeta a los obispos". Hay que recordar que la comisión de redacción del
documento fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge
Bergoglio.
Los que protestan
consideran que las enmiendas fueron realizadas por el cardenal chileno
Francisco Javier Errázuriz como presidente del CELAM y por el obispo argentino
monseñor Andrés Stanovnik, quien hasta la reunión de Aparecida era el
secretario de la asamblea de obispos latinoamericanos.
En Internet se hallan
listas comparadas de los 200 cambios. Los más significativos se refieren al
ríspido tema de las Comunidades Eclesiales de Base, una experiencia de la Iglesia en América latina
que se difundió sobre todo en Brasil, apoyada por los miembros de la Teología de la Liberación. Es
notorio que en el Vaticano se combatió sin descanso el fenómeno, sobre todo
desde el bastión de la ortodoxia, la Congregación para la Doctrina de la Fe , que durante 23 años comandó
el entonces cardenal Joseph Ratzinger, principal colaborador del papa Juan
Pablo II y que es hoy su sucesor.
Fue Ratzinger, con el
respaldo total del pontífice polaco, el encargado de decapitar a los teólogos
de la liberación, sancionándolos con duras medidas disciplinarias y con una
tajante condena, como el documento de 1984 que condenó al movimiento acusándolo
de radicalidad ideológica marxista. El cardenal Errázuriz afirmó en Santiago de
Chile estos días que en el documento definitivo aprobado por el Papa "no
hay ningún cambio contra la voluntad de los obispos".
Errázuriz reconoció
que los cambios sobre el tema de las comunidades de base habían irritado
"a muchos grupos en Brasil y otros países". Pero afirmó que la
experiencia de las comunidades "no fue en todas partes muy bien llevada:
algunas fracasaron y otras fueron fecundas".
El purpurado chileno,
cuyo mandato como presidente del CELAM concluyó con la asamblea de Aparecida,
pidió "olvidar" las polémicas por los cambios ("que ponen
contento sólo al demonio") y minimizó el asunto, afirmando que el
documento fue revisado en el Vaticano y que algunos "ministerios" del
Papa pueden haber querido mejorar aspectos formales y "precisar un
poco" algunas frases. Las palabras del cardenal Errázuriz no hacen sino
confirmar lo que todos saben: que como siempre en las cumbres vaticanas los
documentos de este tipo son revisados y repulidos, incluso con la intervención
del Papa de turno, que es quien naturalmente los aprueba después de que se
hacen los cambios que quiere
Panorama Católico
Internacional, 23-8-2007.
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Un sitio ligado a la Teología de la Liberación, detalla los principales cambios realizados al texto original:
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