NUEVA
YORK, 26 de julio (C-FAM)
Los
países de Europa del este están siguiendo el ejemplo de Rusia para proteger a
los niños conteniendo la promoción de actos sexuales «no tradicionales». Los
grupos homosexuales están reaccionando con furia.
El
mes pasado, Moldavia aprobó una ley que prohíbe la distribución de información
«cuyo objetivo sea la propagación de la prostitución, la pedofilia, la pornografría
o cualquier relación que no pertenezca al matrimonio o la familia».
Recientemente, Lituania adoptó una ley similar y, según informes, la
legislatura de Ucrania estaría considerando lo mismo.
Las
leyes están diseñadas para proteger a los menores de información gráfica que
podría llevarlos a tomar decisiones dañinas a una edad delicada. La ley,
aprobada en Rusia en junio, estipula una multa para las personas y
organizaciones que promuevan conductas sexuales «no tradicionales» entre los
niños.
Los
grupos homosexuales, como Human Rights Watch, dicen que estas leyes violan
normas internacionales y europeas sobre los derechos humanos. Los defensores
afirman que las leyes están diseñadas al detalle y solo limitan la libertad de
expresión en tanto es necesario para proteger a los niños.
La
homosexualidad no ha sido criminalizada en Rusia o los países de Europa del
Este, como sucedió bajo el comunismo. Pero los ciudadanos temen presentar bajo
una luz favorable estilos de vida que no son saludables sin considerar el
efecto que podrían tener en los menores.
El
estilo de vida homosexual, en particular, está asociado con múltiples riesgos
de salud. Quienes se involucran en actividades homosexuales corren un riesgo 18
veces mayor de contraer VIH/SIDA. Están más expuestos a otras enfermedades de
transmisión sexual, abuso de sustancias, depresión y suicidio.
Estas
leyes han estado en vigencia en algunos estados de Rusia durante casi diez
años. Las legislaturas nacionales comenzaron a aprobarlas este año, después de
que el presidente Obama ordenara a todos los organismos de los EE.UU.
involucrados con asuntos exteriores que promovieran los derechos de lesbianas,
gays, bisexuales y transgénero, y creó un fondo para grupos LGBT extranjeros
para que hicieran campaña dentro de sus países. Al mismo tiempo, el primer
ministro británico, David Cameron, amenazó con reducir las ayudas económicas a
aquellos países que tuvieran leyes que penalizaran la sodomía.
Associated
Press y otros medios llaman estas nuevas leyes «anti-gay». La semana última, un
editorial del New York Times comparó al presidente ruso, Vladimir Putin, con
Adolf Hitler. Los activistas homosexuales están alentando a los ciudadanos a
boicotear los XXII Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia.
Los
activistas que intentan explotar las opiniones antirreligiosas en Occidente han
culpado a la Iglesia
Ortodoxa Rusa por promover estas leyes. Pero la creciente
influencia de la
Iglesia Ortodoxa , aunque significativa, no es suficiente para
explicar la rápida sanción de estas leyes donde gozan de apoyo popular. En
Rusia, una reciente encuesta de Pew Research, determinó que solo el 16% cree
que la homosexualidad debería ser socialmente aceptable.
Rusia
aprobó esta ley nacional a pesar de que expertos en derechos humanos de las
Naciones Unidas condenaran una ley regional similar este mismo año. En junio,
el Consejo de Europa expresó su preocupación por la nueva ley rusa, en especial
por su efecto en los eventos del Orgullo Gay. Estos eventos son conocidos por
las demostraciones de simulación de actos sexuales y sadomasoquistas.
Los
intentos de utilizar la presión internacional no han disuadido a los países
vecinos de considerar y adoptar leyes similares a la de Rusia.
Algunos
intrépidos activistas homosexuales deberán enfrentar las consecuencias de
viajar a Rusia para burlar la ley.