Rob Lyons
editor de Spiked Online
Los eco-guerreros que
claman excitados que el mundo se está quedando seco deberían de tomar una ducha
fría.
Quizás haya escuchado
usted hablar de la crisis del petróleo -o “peak oil” en inglés- el ”Pico del
petróleo”, la noción de que el mundo tiene una provisión finita de petróleo y
en algún punto la cantidad que sale del suelo comenzará de declinar. Entonces,
nos aseguran los eco-pesimistas profetas del Apocalipsis, nuestra civilización
adicta al petróleo llegará a su fin y necesitaremos crear una sociedad nueva,
de bajo impacto, basada en usar cada vez menos energía, generada exclusivamente
mediante fuentes renovables como el viento y el sol. La fiesta terminará muy
pronto, se nos dice, con consecuencias desastrosas –aunque parece que hay
algunos activistas y comentaristas que descorcharían la botella de champagne si
el petróleo se terminara y la mierda realmente alcanzara al ventilador.
El problema con la
hipótesis del “peak oil” es que los hechos siguen probando que está equivocada.
Se encuentran nuevos campos de petróleo y gas como ocurrió hace poco en las
costas de Brasil. Más importante es, a medida de que el precio del petróleo
sube, hay un mayor incentivo para desarrollar nuevas tecnologías. Por ejemplo,
en los Estados Unidos están las 'revoluciones' de los campos de gas y petróleo
de esquistos, o “shale gas and oil”, donde las técnicas llamadas 'fracking'
permiten que el petróleo y el gas atrapados en las rocas pueda ser liberado.
Como lo hizo notar Matt Ridley hace poco: “Después de caer durante 30 años la
producción de petróleo de Estados Unidos dio un salto hacia arriba en los
últimos tres años, En 1995, el campo Bakken fue reconocido por el Servicio
Geológico de EEUU como teniendo unos triviales 151 millones de barriles de
petróleo recuperable. En 2008 esta estimación se revisó hacia arriba a 4 mil
millones; hace dos meses esa cifra fue llevada al doble. Es una apuesta segura
que será nuevamente revisada hacia arriba.”
También lo estamos
haciendo mejor usando los recursos que tenemos. Así, los autos se han vuelto
mucho más eficientes en el consumo de combustibles, con los mejores motores
diesel requiriendo menos combustible que los autos híbridos de moda como el Toyota
Prius. Cuando un recurso es gratis o muy barato, tenemos muy poco incentivo para
pensar en la mejor manera de usarlo; a medida de que se vuelve más caro
procuramos encontrar más, o lo usamos de manera más inteligente, o lo
reemplazamos por algo nuevo –o más probable, una combinación de esas tres
cosas.
Desilusionados por el
fracaso del desastre del “peak oil” para rendir frutos, nuestros monjes negros
del eco-pesi-mismo maltusiano dieron a luz otra narrativa aterrorizante para
confirmar sus sospechas de que la humanidad es una plaga rapaz sobre el
planeta. Su última joya es el “peak water”, o “la Crisis del Agua”. Viéndolo
bien, la Crisis del Agua es un concepto estúpido en un planeta donde las dos
terceras partes de su superficie están cubiertas de, este… agua.
De acuerdo con el US
Geological Survey, hay en la Tierra 534 millones de kilómetros cúbicos de agua.
Lo que tendemos a necesitar, sin embargo, no es agua de mar sino agua dulce, de
la que hay mucho menos: casi 4,02 kilómetros cúbicos. Y gran parte de eso está
muy profundo bajo tierra y cuesta acceder a ella.
El agua en superficie
de ríos y lagos es una pequeña fracción del total de agua dulce: 35.890
kilómetros cúbicos. Cómodamente, sin embargo, los procesos naturales hacen que
el agua del mar se evapore y forme nubes, que luego vierten su contenido en la
tierra –de manera que en la mayor parte poblada de la Tierra hay actualmente
suficiente agua para abastecer nuestras necesidades de una manera interminable
y renovable.
En cuanto al futuro, está claro que no hay una escasez de H2O en
el planeta, Lo que realmente tenemos es una escasez de energía barata y la
tecnología necesaria para aprovechar al agua salada del mar.
Los teorizadores del
“peak water” hacen foco sobre el la provisión de agua subterránea que está
siendo usada más rápido de lo que se repone, o abastecimientos que no son
rellenados en absoluto: la llamada “agua fósil”. De acuerdo con el conocido
ecologista Lester Brown, escribiendo la semana pasada en The Guardian, la
rápida extinción de estos abastecimientos en algunas partes del mundo está
llevando a la declinación de la producción de alimentos. Y en un momento de
rápido crecimiento de la población, aparentemente esto promete desastres para
esos países.
Pero a menudo el
problema es político en vez de ser uno práctico. Por ejemplo, de acuerdo con
Brown, después del embargo del petróleo árabe de los años 70s, Arabia Saudita
tomó la decisión estratégica de volverse auto suficiente en trigo para evitar
ser víctima de un embargo de trigo en represalia por el embargo de petróleo.
Este país desértico en su mayor parte “desarrolló una agricultura irrigada
fuertemente subsidiada basada de manera principal en acuíferos fósiles”, dice
Brown. Ninguna sorpresa es que esos acuíferos se están agotando. ¿Es este un
presagio de un problema que está viniendo, o sólo la realización de que grandes
masas de trigo creciendo en un país muy caliente y muy seco es en realidad algo
muy impráctico? –especialmente cuando hay mucha provisión de trigo mucho más
barato de muchas fuentes de abastecimiento que harían muy improbable un embargo
exitoso contra Arabia Saudita.
En realidad, todas
las correcciones que se aplican al “peak oil” se aplican al “peak agua”. Nuevas
tecnologías pueden hacer a la desalinización del agua mucho más barata de lo
que es ahora, una afirmación que está siendo hecha para nuevos métodos de
filtración de agua basados en la nanotecnología.
Un mejor uso del agua en
irrigación, a través de cuidadoso manejo de cuándo y cómo se aplica el agua a
los cultivos, puede recortar su uso de manera dramática –algo que está
sucediendo en países secos como Israel y Australia, y en partes de los Estados
Unidos. Los usos actuales del agua, como el de inodoros, pueden ser sustituidos en lugares donde el agua tiene alta demanda. A través de proyectos de ingeniería
civil el agua puede ser trasladada desde lugares donde abunda a lugares donde
más se la necesita, algo que las sociedades estuvieron haciendo durante miles
de años mediante canales y acueductos.
En otras palabras, lo
que tenemos es un problema práctico, para el que la gente en todo el mundo le
hallará varias soluciones que se adapten a sus circunstancias particulares.
Pero esa visión solucionadora de problemas es anatema para los ecologistas.
Ignore sus afirmaciones de que estamos chocando constantemente contra problemas
insuperables; es mejor ver a un límite natural simplemente como un problema que
todavía no hemos resuelto. Y la humanidad tiene un inspirador registro de su
capacidad para resolver problemas.
Fe en el futuro no
quiere decir que no tendremos que enfrentar serios desafíos en el futuro.
Alimentar al mundo cuando tiene dos o tres mil millones de personas extras
no será muy simple. Pero la experiencia nos da todas las razones para creer que
tenemos la capacidad de acomodar más gente viviendo vidas más largas, más
saludables y más ricas.
Una de las barreras
más grandes para alcanzar esa meta hoy es el pensamiento cerrado de los
eco-miserables, y la pesimista visión de inclinación verde mantenida por
demasiados líderes políticos y campañistas. El objetivo de cualquier persona
con los intereses de la humanidad en el corazón debe ser lograr una disminución
de la influencia de estos agoreros. ¿“Peak verde”?
Fuente: Mitos y Fraudes
EstrucPlan, 19-7-13