A NIVEL DE NACIONES UNIDAS.
Nuevos objetivos de desarrollo excluyen el
“derecho” al aborto.
Por Carlos Alvarez
Cozzi (•)
NUEVA YORK, 25 de
julio (C-FAM)
Una negociación
maratónica que se extendió durante dos semanas y abordó las prioridades de
desarrollo mundial hasta 2030 concluyó el sábado en la sede de la ONU con la exclusión, una vez
más, del derecho al aborto.
Cuando el martillo de
los copresidentes finalmente cayó el sábado a la tarde para indicar la
aprobación de un nuevo conjunto de objetivos de desarrollo, los delegados
rompieron en aplausos. Eran más un suspiro de alivio porque había llegado a su
fin una ronda final de negociaciones que se extendió durante veintiocho horas
que un signo de aprobación de las nuevas metas.
Modificaciones de
último momento y garantías generales guiaron el camino para que el presidente
presentara su versión del documento que entregó con un «tómalo o déjalo»
implícito.
Además de las
conocidas divisiones entre países pobres y ricos, la agenda de desarrollo
propuesta sobre la que los delegados estuvieron reflexionando por casi dos años
sigue siendo incomerciable y difícil de manejar, con 17 objetivos y 169 metas
que abarcan de todo, desde acabar con el hambre y la pobreza, hasta la
cobertura sanitaria universal, el desarrollo económico y el cambio climático.
Una vez más,
cuestiones sociales fuertemente debatidas fueron las responsables de mantener a
los delegados despiertos toda la noche. El resultado fue un arreglo.
Los defensores del
aborto fueron, quizás, los más frustrados. Se embarcaron en una campaña de
presión de varios años en pos de una nueva terminología para promover el
derecho al aborto, y poco demuestra sus esfuerzos. El nuevo término «salud y
derechos sexuales y reproductivos», que se ha asociado al aborto libre así como
a nuevos derechos especiales para personas que se identifican como gays,
lesbianas, bisexuales o transexuales (LGBT), no ganó adhesión, incluso con 58
países que manifestaron apoyo.
Pese a esta
importante omisión, los países que cuentan con leyes que protegen a los niños
por nacer se sintieron decepcionados ante el hecho que se siguiera usando el
término «derechos reproductivos», que no se encuentra en el acuerdo de Río+20
de 2012 que solicitó los nuevos objetivos. Se considera que el término es
inadecuado en una agenda sobre consecuencias y resultados más que sobre cambios
normativos en temas delicados.
Incluso así, los
«derechos reproductivos» se encuentran moderados por una referencia a la Conferencia Internacional
sobre Población y Desarrollo de 1994, que reconoce que el aborto es un asunto
que debe ser abordado en las legislaciones nacionales. En líneas generales,
presenta el aborto en forma negativa y no lo reconoce como derecho. La nueva
terminología que fracasó constituía un intento de dejar atrás el acuerdo de
1994 a fin de replantear el aborto como una cuestión de derechos humanos.
La salud sexual y
reproductiva formó parte del puñado de temas que demoraron el acuerdo en las
últimas horas de las negociaciones. El hecho de no poderse introducir la nueva
terminología en los objetivos motivó que Estados Unidos y países europeos
insistieran en que hubiera una segunda meta sobre salud sexual y reproductiva.
Tampoco pudieron incluir la «educación sexual integral» en los objetivos debido
a inquietudes sobre programas de educación sexual que hacen hincapié en reducir
riesgos en vez de evitarlos.
Esos mismos países no
pudieron suprimir la única mención a «la familia» en todo el documento. Al no
poder introducir ninguna referencia directa a los derechos LGBT en las Naciones
Unidas, están concentrando sus esfuerzos en diluir o eliminar la definición de
familia de la ONU ,
que cuenta con una gran tradición. Sostienen que «la familia» es un término
«monolítico» que excluye otras unidades domésticas. Delegados de México,
Colombia y Perú, defensores de los derechos LGBT, solicitaron que se
«suprimiera» la única referencia a la familia.
Los objetivos
propuestos no son la palabra final sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS). Serán presentados a la Asamblea General , cuya tarea consiste en elaborar
una agenda de desarrollo post 2015 en reemplazo de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio el año próximo.
Traducido por Luciana
María Palazzo de Castellano.
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Hasta aquí la muy
reciente noticia brindada por C-FAM, excelente analista permanente de los temas
de vida y familia ante Naciones Unidas, que dirige el luchador incansable
Austin Ruse.
Constituye, sin lugar
a dudas, otra satisfacción, que se agrega a las también recientes de la 44ª.
Asamblea General de la OEA
en Asunción y de una resolución anterior de ONU, en el sentido de negarse a
redefinir el concepto de matrimonio, ampliándolo al homosexual, como presiona
hace años el lobby LGTB y a la sentencia de la Corte Europea de
Derechos Humanos del 15 de julio ppdo, por la que establece que no puede
considerarse “un derecho humano” el acceso al “matrimonio” gay, al rechazarse
una demanda entablada ante esa prestigiosa Corte de Estrasburgo, por un
ciudadano finlandés contra su país, que como otros en Europa no han legalizado
tal clase de uniones, y que comentáramos hace poco en varios portales
internacionales.
Y aunque parezca contradictorio, a su vez, las agencias de
noticias internacionales, por estas horas, nos informan que Naciones Unidas
apoya comisiones que pretenden en Chile y en Perú legalizar el crimen del
aborto, en los gobiernos de Bachelet, que lo había ya anunciado desde la época
de su cargo en ONU Mujeres y de Humala. Lo que no empaña, ni mucho menos, las
buenas noticias que comentamos, que son mucho más amplias!!!. Así son los
organismos internacionales.
Por eso es necesario estar siempre atentos, dar la
buena batalla en defensa del derecho a la vida y a la constitución y protección
estatal de la verdadera familia y celebrar los logros que se obtienen con esos
fines, que como venimos de ver, han sido abundantes y alentadores. La
“reingeniería social antinatural” deberá seguir esperando para lograr sus
nefastos fines.
(•) Internacionalista
uruguayo