Gregory J. Millman
July 11, 2014
Desde su elección el
año pasado, el papa Francisco con frecuencia ha centrado su atención en los
negocios globales.
"La economía ya
no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende
aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral", escribió en
noviembre en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium (el Gozo de
Evangelio).
Estos comentarios,
que son típicos de las declaraciones, escritos e incluso tuits de este Papa,
han ocasionado que los ejecutivos católicos batallen para mantenerse fieles a
su religión y leales a sus accionistas.
"Por supuesto,
creo que tiene razón al decir eso, para que seamos conscientes de nuestra
responsabilidad", apunta Robert LeBlanc, que dirige las operaciones
francesas de la empresa de seguros Aon AON +0.38% PLC. "Pero, cuando uno dirige una
empresa tiene que dirigirla hacia el largo plazo. Si uno no puede mantener a toda
la gente, uno tiene que hacer algo".
El debate tiene
implicaciones que van más allá de la Iglesia. Los católicos constituyen 17% de la
población mundial, y una proporción aún mayor en América Latina y franjas de
Europa. Por tanto, las enseñanzas de la Iglesia sobre negocios pueden influir en el
comercio a nivel mundial.
"Este es un
momento crítico para la unidad dentro de la Iglesia sobre cómo evaluar el capitalismo",
dice Luigino Bruni, profesor de economía en la Universidad de Lumsa
en Roma. Bruni ayudó a organizar una conferencia eclesiástica diseñada a
promover la doctrina social de la iglesia, que se llevará a cabo este fin de
semana.
El cardenal Timothy
Dolan, arzobispo de Nueva York, escribió en mayo que el Papa no estaba
denunciando el capitalismo. Y algunos ejecutivos dicen que no tienen problema a
la hora de armonizar los comentarios del Pontífice sobre el capitalismo con sus
responsabilidades profesionales.
Pero las
declaraciones del papa Francisco se alejan marcadamente de las de San Juan
Pablo II, quien fue Papa durante 23 años y escribió lo que el teólogo católico
Richard John Neuhaus calificó de "un resonante respaldo de la economía de
mercado".
Mientras aplauden el
espíritu del Papa, muchos ejecutivos dicen que será difícil practicar lo que
aquel predica.
"Hay gente que
me ha dicho, 'estoy un poco molesto, mira lo que este tipo está diciendo sobre
nosotros'", anota el cofundador de Home Depot Inc., HD -0.35% Ken Langone, describiendo la resistencia que
recibió mientras recaudaba fondos para renovar la Catedral de San Patricio
de Nueva York.
"Vea lo que
sucedió en Polonia en los últimos 25 años y vea lo que está sucediendo en
Argentina, están a punto de caer de nuevo en default", dice Langone,
presidente del banco de inversión Invemed Associates LLC. Atribuyó las críticas
del Papa argentino del libre mercado a que solo está familiarizado con el
"crony capitalism" (capitalismo de amigotes) de su país natal.
Domingo Sugranyes, ex
vicepresidente de la junta directiva de la empresa española de seguros Mapfre
SA, MAP.MC +0.46% dice que se pregunta
cuánto le importarán al Pontífice las ideas de los empresarios.
"Si el mensaje
del Papa busca ser eficaz, tiene que ser realista", dice Sugranyes,
presidente de una fundación establecida por el papa Juan Pablo II. "Hay
una esperanza de que bajo el actual pontificado se dé el esfuerzo de reconocer
primero cuáles son los verdaderos problemas, en lugar de comenzar de arriba
abajo".
Pierre Lecocq, el
presidente ejecutivo de fabricante de autopartes francés Inergy Automotive
Systems SA, indica que cuando el volumen de ventas de Inergy cayó por la mitad
durante la crisis global financiera, recortó a 1.500 personas de una fuerza
laboral de 5.500. Lecocq dice que no tiene dificultad con conciliar este tipo
de decisiones con la doctrina social. "No recorté personas para aumentar
las ganancias sino para salvar a la empresa", afirma. "Cuando es
cuestión de supervivencia, no hay otra alternativa".
Algunos empresarios
católicos dicen que la doctrina social del Papa no solamente no contradice,
sino que apoya las buenas prácticas empresariales.
"Por supuesto,
tienes que racionalizar y tener una estructura eficiente para operar",
afirma José Ignacio Mariscal, un consejero propietario del productor mexicano
de alimentos Grupo Bimbo SAB de CV. "Pero el resultado es que, al final de
cuentas, tenemos más empleos que cuando comenzamos porque esto crece.
Desarrollamos el mercado".
Francesco Paolo
Fulci, presidente del productor de golosinas Ferrero SpA, dice que la empresa
está tan atenta a la doctrina católica que realiza su conferencia anual en el
santuario mariano de Lourdes, en Francia.
"Lo que le puedo
decir es que aquí en Ferrero no estamos para nada angustiados por el mensaje
papal", apunta.