National Institute on
Drogs Abuse
(EEUU)
Actualizada en
octubre del 2012
El uso de la
marihuana para tratar varios problemas médicos, es decir, el uso de la
“marihuana medicinal”, es un tema controvertido y lo ha sido durante algún
tiempo. Algunas personas han argumentado que los efectos benéficos de la
marihuana que se han reportado para una variedad de síntomas justifican su
legalización como medicamento para ciertos pacientes. A menudo, no se toma en
cuenta el daño potencial del consumo de la marihuana en estos argumentos,
aunque la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por
sus siglas en inglés) evalúa el riesgo de los medicamentos al decidir si los aprueba
o no para su uso en la población.
De acuerdo con la ley
federal, solamente es legal recetar los medicamentos aprobados por la FDA y la
marihuana no está entre ellos. Sin embargo, más de una docena de estados han
aprobado su uso para aliviar una variedad de síntomas.
¿Cómo afecta la
marihuana al cuerpo?
Muchos de los efectos
de la marihuana (incluyendo sus propiedades psicoactivas, es decir, que alteran
la mente) se derivan de un ingrediente llamado delta-9-tetrahidrocannabinol
(THC), que se asemeja a una sustancia química que el cuerpo y el cerebro
producen de forma natural (ver figura). El THC se une a unas proteínas
especializadas llamadas receptores cannabinoides (RCB), a las cuales se unen
normalmente las sustancias químicas que el cuerpo produce naturalmente (por
ejemplo, la anandamida). Estos receptores se agrupan en áreas del cerebro que
influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, el
movimiento, la coordinación, y la percepción sensorial y del tiempo.
La estructura química
del THC es similar a la de la sustancia química en el cerebro llamada
anandamida. La similitud en la estructura permite que el cuerpo reconozca a la
droga y que pueda alterar la comunicación normal del cerebro. La estructura
química del THC es similar a la de la sustancia química en el cerebro llamada
anandamida. La similitud en la estructura permite que el cuerpo reconozca a la
droga y que pueda alterar la comunicación normal del cerebro.
Cuando una persona
fuma marihuana, el THC estimula artificialmente a los RCB, lo que altera la
función de los cannabinoides naturales. Un exceso de estimulación de estos
receptores en las áreas clave del cerebro produce el “estímulo” o “high” que da
la marihuana, así como sus efectos sobre otros procesos mentales.
¿Por qué no ha sido
aprobada la marihuana como medicamento por la FDA?
En realidad, el THC
es un medicamento aprobado por la FDA. Se ha demostrado en ensayos clínicos
cuidadosamente controlados que este medicamento ofrece un beneficio terapéutico
para aliviar las náuseas asociadas con la quimioterapia para el cáncer y para
estimular el apetito en pacientes con el síndrome de desgaste (pérdida severa
de peso) que a menudo acompaña al SIDA.
Sin embargo, hasta la
fecha, la evidencia científica no es suficiente para que la planta de la
marihuana obtenga la aprobación de la FDA, y hay una serie de razones de ello:
En primer lugar,
no ha habido suficientes ensayos clínicos que demuestren que los beneficios de
la marihuana son mayores que sus riesgos en los pacientes cuyos síntomas se
quieren tratar. La FDA requiere
estudios cuidadosamente realizados en un gran número de pacientes (de cientos a
miles) para evaluar con precisión los beneficios y los riesgos de un
medicamento potencial.
En segundo lugar,
para ser considerado un medicamento legítimo, una sustancia debe tener
ingredientes bien definidos y que se puedan medir, de tal manera que las dosis
unitarias (por ejemplo comprimidos, aerosol o inyecciones) sean consistentes de
una administración a otra. Esta consistencia permite a los médicos determinar
la dosis y la frecuencia del medicamento.
¿Cuál es la
diferencia entre la marihuana medicinal y la “de la calle”?
No hay una
diferencia entre la marihuana medicinal y la marihuana que se vende en la
calle. La marihuana que se vende en los dispensarios como medicamento es de la
misma calidad y tiene los mismos riesgos a la salud que la marihuana que se
vende en la calle.
Además del THC, la
planta de la marihuana contiene más de 400 compuestos químicos, incluyendo
otros cannabinoides que pueden ser biológicamente activos y varían de una
planta a otra. Esto hace que sea difícil considerar su uso como un medicamento
a pesar de que algunos de los ingredientes específicos de la marihuana pueden
ofrecer beneficios.
Por último, la
marihuana tiene ciertos efectos adversos para la salud que también deben
tomarse en cuenta. Debido a que normalmente se fuma, la marihuana puede causar
o empeorar síntomas respiratorios (por ejemplo, la bronquitis o la tos
crónica). También disminuye la memoria a corto plazo y la coordinación motora;
retrasa el tiempo de reacción; altera el estado de ánimo, el juicio y la toma
de decisiones; y en algunas personas puede causar ansiedad severa (paranoia) o
psicosis (pérdida de contacto con la realidad). Y la marihuana es adictiva:
alrededor de 4.5 millones de personas en los Estados Unidos cumplen con los
criterios clínicos requeridos para un diagnóstico de abuso o dependencia de la
marihuana.