DESDE LA INFANCIA DE
JESÚS LOS PODEROSOS HAN QUERIDO APROPIARSE DE SU REINO
El cardenal
Gianfranco Ravasi sugiere cuatro hilos de lectura para el nuevo libro del papa
Por José Antonio
Varela Vidal
Durante la
presentación del libro “La Infancia de Jesús” del papa Benedicto XVI ayer en
esta ciudad, intervino el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio
Consejo para la Cultura, quien dio importantes pistas para la lectura de este
tercer volumen sobre la vida de Jesús, que de este modo cierra la tríada
iniciada en 2006 y continuada en 2010 con el segundo volumen.
Ante este nuevo
aporte del papa Ratzinger, el cardenal Ravasi recordó que estos 180 versículos
que narran la infancia de Jesús en los evangelios han sido inspiración durante
siglos del arte y de la cultura en general, a lo que habría que añadir el
“bosque bibliográfico” que ha sido esencial para comprender y acreditar la
persona de Jesús en la historia de la humanidad.
Los hilos conductores
Según el cardenal
Ravasi, el primer hilo que se puede seguir a la lectura es lo referido al
binomio Historia-Fe, es decir, cómo en la persona de Jesús se entrelaza la
carnalidad divina con una historia y un espacio concreto. Es en un ambiente
geográfico donde se anida el Logos, recordó, suprimiendo así la interpetación
“mítica” que se le quiere dar al acontecimiento salvífico, que con diferentes
argumentos el papa destaca cómo fue su incidencia en la historia.
El segundo hilo
conductor con el que se puede acercar el lector al libro es que en Jesús se
cumplen las profecías, que son para el purpurado, “la respuesta a la espera de
todos los tiempos”, el descifre de lo que estaba sin revelarse aún en plenitud.
Es en el plano
teológico donde el cardenal ubica el tercer hilo conductor, en aquella
“relación autor-lector”, en que el teólogo no solo quiere informar sino que
acerca al hecho y conquista a su interlocutor con una tesis. De este modo, no
se queda en una sola descripción, sino en la capacidad de envolver al lector
para que descubra lo que el texto evangélico le dice hoy. Fue significativo el
ejemplo que usó Ravasi para interpelar al auditorio sobre lo que dicen los
gritos de las madres de los inocentes, sea en el evangelio como en el conflicto
que se vive hoy en Gaza.
Dentro de este hilo
de lectura, se extendió en comparar cómo existe una relación tensa entre fe y
política, sobre todo cuando esta última “se atrae a sí el reino de Dios”,
deformándolo, amenazando y persiguiendo a ese poder “que es misterioso, que a
la vez no es potente”, pero que tiene un relieve en la vida de la humanidad de
todos los tiempos.
Finalmente, la última
actitud o hilo sugerido para apreciar la obra es la humildad que transmite el
autor, algo intrínseco en el teólogo Ratzinger que le da claridad a su obra. Y
esto lleva al lector a que aprecie también aquella humildad con la que se
presentó Jesús: escondido, desconocido, lo que luego sería revelado y
reconocido por la humanidad.
Concluyó el también
promotor del “Atrio de los Gentiles”, con una cita de Jean Paul Sartre, quien
en una obra de teatro reconoció también esto, en una narración bellísima de
María de frente a su hijo Jesús, reconociéndolo como “carne de su carne, sangre
de su sangre”.
ROMA, martes 20
noviembre 2012 (ZENIT.org).-