no quiere que los rumanos voten a
favor de la familia y contra el «matrimonio» homosexual
Infocatólica, 29-10-16
Una propuesta ciudadana impulsó a principios de este
año una enmienda constitucional para que Rumanía protegiese la familia natural
ante lo que consideran una imposición desde Europa y EEUU del matrimonio
homosexual. Un representante de Coalición por la Familia denuncia que «existen
enormes presiones del exterior (de Bruselas y Washington), para que el referéndum
no tenga lugar».
En apenas mes y
medio, la sociedad civil consiguió más de tres millones de firmas (el 20% de la
población), muy por encima del mínimo exigido para que el gobierno pueda
realizar un referéndum sobre una petición ciudadana. Sin embargo, aún no se ha
celebrado dicha votación.
Por ello Actuall ha conversado con Bogdan Stanciu,
co-fundador de la Coalición por la Familia, quien denuncia que existen
presiones externas para retrasar este asunto y que los partidos políticos no
quieren afrontarlo hasta 2018, cuando se hará una revisión general de la
Constitución.
Pero de una cosa sí que esta seguro, si se celebra el
referéndum, ganará el sí por la familia, y agradece de antemano los ejemplos de
Croacia y Eslovenia para que la población rumana se haya levantado para
proteger lo que más les importa: la familia.
¿Vuestra intención era que la votación del nuevo
referéndum coincidiese con las elecciones parlamentarias? ¿Por qué?
Por dos sencillas razones:
Primero: tenemos la oportunidad de que un gran número
de ciudadanos exprese su opinión ante este problema de gran importancia para el
futuro de nuestra nación a la vez que expresa su voto con respecto al
Parlamento para los próximos 4 años
Y segundo: supondría un ahorro de aproximadamente 25
millones de euros. Los motivos de que las votaciones no coincidan son confusos.
Oficialmente, se nos dice que la decisión de la Corte Constitucional ha
tardado.
Extraoficialmente, sabemos que existen enormes
presiones del exterior (de Bruselas y Washington), para que el referéndum no
tenga lugar. Al menos no por ahora. En el nuevo orden en el que vivimos ahora,
el referéndum es una pesadilla para la élite. Después de Croacia, Eslovenia,
Eslovaquia, Hungría y, sobre todo, después del Brexit, la idea de dejar a las
naciones decidir por su cuenta no es muy digestible para algunos.
¿Por qué se ha retrasado tanto la convocatoria del
referéndum sobre la familia?
Inexplicablemente la Corte Constitucional ha retrasado
55 días por encima del término límite la publicación de la decisión en el BOE.
Por lo tanto no ha podido ser transmitida oficialmente al Parlamento, el
proyecto de revisión no se ha podido votar y, a falta de éste, no se puede
proceder a la organización del referéndum. Desafortunadamente, nadie le puede
pedir cuentas a la Corte Constitucional, pese a que haya sido, evidentemente,
un abuso.
Se trata de una iniciativa impulsada por la sociedad
civil, pero parece que ningún partido político la quiere poner en práctica.
¿Les da miedo?
La actitud de los partidos no es negativa. Sólo se nos
ha transmitido que «ahora no». Creemos que los políticos desean juntar nuestro
proyecto con la revisión general de la Constitución programada, lo más
probable, para el 2018.
¿Qué posibilidad de ganar tiene la iniciativa
profamilia?
Si se llega a referéndum, ganamos. La opinión pública
es, en su mayoría, favorable a una familia auténtica, sana. El problema es
«si».
¿Han sido insultados o amenazados aquellos que
protegen y apoyan a la familia?
Sí, pero con menos intensidad que lo ocurrido en
Croacia o Eslovaquia, por no mencionar a Irlanda. Aquí el asunto de la
homosexualidad no provoca tantas pasiones y tiene muy pocos partidarios
públicos.
Nosotros, en cambio, tenemos testimonios de gente
culta, como médicos, políticos, deportistas de reputación. Desde este punto de
vista, estamos bien. A la gente de Rumanía no le da vergüenza afirmar su fe en
la familia y su oposición hacia ideologías extranjeras.
¿Cree que otros casos, como el de Eslovenia donde se
revocó el matrimonio homosexual, han influido las organizaciones profamilia?
Desde luego. Sin el coraje, la dedicación y la
seriedad de los compañeros croatas y eslovenos no sé si hubiéramos tenido
siquiera idea sobre tal iniciativa. Ellos nos han transmitido sentimientos
positivos y mucha energía. ¡Qué Dios los recompense por su testimonio!
La política europea y la ONU son favorables al
matrimonio homosexual. ¿Crees que pueden presionar de alguna manera en contra
de vuestra iniciativa?
Las presiones exteriores son enormes. Mirad el mapa
del matrimonio en Europa: todos los estados alrededor de Rumanía tienen la
Constitución modificada con este fin. ¡Hay también un juego geopolítico en
medio!
Una vez puesto en práctica nuestro referéndum sería
imposible ignorar el hecho de que Europa no es homogénea y que Europa niega la
uniformidad. Existen distintos valores, imposible de homogenizar.
Teniendo en cuenta que el fin declarado de los líderes
de Bruselas es la formación de un mega-estado europeo, con un único liderazgo,
seríamos unos ingenuos si nos imagináramos por un momento que a las élites les
agradan las acciones por parte de los ciudadanos como la nuestra.