PARECE NO
TENER FIN.
Hacia el suicidio asistido
voluntario y libre para personas sanas?
Por Carlos Alvarez Cozzi
Comenzó
a legislarse el suicidio asistido en Bélgica y Holanda hace algunos años. Se
aplicaba inicialmente a personas mayores de edad y que padecían enfermedades,
que supuestamente predisponían al enfermo a no querer seguir viviendo a fin de
evitar sufrimientos crueles.
Con
la técnica conocida de la agenda relativista, aplicable también al aborto,
uniones entre personas del mismo sexo y a las adopciones, poco a poco se fue
extendiendo por ley en esos países, tal supuesto “derecho” a personas menores
de edad, como es el caso inicial de Bélgica, en que ni siquiera se requiere actualmente
la autorización de los padres o representantes legales de los menores que
desean morir con asistencia médica.
El
paso siguiente es establecer como derecho al suicidio asistido también a
personas que no tienen ninguna enfermedad, simplemente que han decidido que no
desean vivir más.
Efectivamente, nos informan las
agencias digitales de noticias, que “el Gobierno de Holanda pretende expandir
la asistencia al suicidio para incluir a aquellas personas que sientan que
su vida llegó a su fin y deseen morir, incluso si no están enfermos, han
informado los ministros de Sanidad y Justicia en una carta al Parlamento
holandés”.
“Las personas que estén convencidas
de que su vida terminó deberían poder ponerle fin de una forma digna, de
acuerdo a unos criterios estrictos y cautos”, han escrito ambos ministros en un
comunicado.
Dado que en Holanda el sentimiento
de “vida realizada se presenta principalmente en las personas de edad”, el
nuevo sistema les estará reservado, (a diferencia de Bélgica que lo prevé
también para los menores de edad), afirmaron los dos ministros, sin precisar no
obstante una edad específica.
La ley
holandesa de eutanasia de 2002 actualmente sólo permite la muerte voluntaria si
el paciente padece una enfermedad incurable, sufre dolores insoportables y
expresó claramente que desea morir.
Aunque se han identificado procesos en los que no estaba claro que las
personas estuvieran en plenas facultades para decidir morir, a los cuales igual
se les aplicó el suicidio asistido, en una clara interpretación extensiva y
abusiva de la norma.
El Gobierno holandés solicitó en
2014 un informe a un comité de especialistas que se encargó de valorar la
viabilidad legal y los dilemas sociales que supondría despenalizar el suicidio
asistido a personas que piensan que “su vida está completa”, informa la agencia
de noticias Efe.
Actualmente, en Holanda un paciente
debe cumplir ciertos requisitos para solicitar la eutanasia, entre los que se
encuentra que al menos dos médicos confirmen que el enfermo padece de un
sufrimiento inaguantable y sin perspectivas de mejora.
La propuesta será analizada por el
Parlamento el próximo año, indican las agencias, pero en marzo de 2017 se
celebran elecciones en Holanda, de forma que estará en las manos del nuevo
Ejecutivo aprobarla o rechazarla.
La nueva ley supondría además, la
creación de una nueva profesión, la de “orientador” social con experiencia en
el campo de la medicina que evaluaría la solicitud del suicidio asistido.
El demandante estaría obligado a
poner por escrito que desea terminar con su vida y el orientador le haría
entrevistas para confirmar que su sufrimiento es inaguantable, al menos una de
ellas en persona y sin la presencia de sus familiares. Lo cual se contrapone a
lo expresado más arriba, y que en la práctica será como está sucediendo en su vecina
Bélgica: manga ancha, y aplicación del suicidio asistido también a personas que
no están enfermas sino que desean terminar “higiénicamente” con su vida, aunque
cueste creerlo.
A que punto se ha llegado en la
deriva relativista? La vida ya no es un derecho, no es un valor, es totalmente
disponible para estas leyes, una mercancía más al parecer, de la que se puede
consumir: la propia muerte. Pero claro, no procurada con un tiro de revólver ni
con tirarse de una altura o ahorcarse, sino de manera más elegante al parecer,
es decir, con la ayuda de un médico que juró salvar vidas y calmar los dolores,
ahora virará ese deber por el de procurar una muerte apacible a una persona y
ya ni siquiera por supuestas razones de piedad, porque se le aplicará incluso a
personas sanas!!! Es inútil, todo acto antinatural, derivado de la ideología
relativista, conduce no al mejoramiento de la humanidad, a su elevación, sino
por el contrario a la cosificación de la vida y a su disposición voluntaria y hasta
arbitraria.
Así está la situación en nuestro
mundo.