Los
niños por nacer son «nuestros hermanos y hermanas»
By Stefano Gennarini, J.D.
NUEVA YORK, 15 de
mayo (C-FAM)
La funcionaria de
derechos humanos de mayor rango en la
ONU , Navi Pillay, miraba hacia abajo y estaba inquieta
mientras el Papa Francisco daba un mensaje provida sin ambigüedades al
secretario general Ban Ki-moon y a altos funcionarios de la ONU.
Los niños por nacer
son «nuestros hermanos y hermanas», dijo el papa Francisco a Pillay y a sus
colegas reunidos en Roma para una reunión de coordinación. La oficina de Pillay
facilita la tarea de los comités de la
ONU que hace poco dijeron al Vaticano que modifique la
enseñanza de la Iglesia
sobre el aborto.
«Hoy, en concreto, la
conciencia de la dignidad de cada hermano, cuya vida es sagrada e inviolable
desde su concepción hasta el fin natural, debe llevarnos a compartir, con
gratuidad total, los bienes que la providencia divina ha puesto en nuestras
manos», exhortó el Papa.
El mensaje llega en
un momento decisivo, cuando las Naciones Unidas debaten un nuevo plan de
desarrollo para reemplazar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en
2015 y contribuir con la erradicación de la pobreza, con mejoras en la salud y
con el desarrollo económico. La Asamblea General de la ONU está realizando consultas
para reunir consenso sobre un esquema conocido como Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
El Papa elogió los esfuerzos
realizados hasta ahora por la ONU ,
aunque advirtió que muchos todavía están excluidos de los beneficios del
progreso social y económico, entre ellos, los niños por nacer.
Denunció la
injusticia de la «cultura de la muerte» y de la «cultura del descarte» de
nuestro tiempo. Según el Pontífice, el aborto forma parte de esa cultura, junto
con la «economía de la exclusión». Instó a los funcionarios de la ONU a rebatir estas
injusticias mediante una «movilización
ética mundial».
El progreso
equitativo solo puede obtenerse mediante un «empeño solidario constante,
acompañado de una gratuidad generosa y desinteresada a todos los niveles», les
dijo.
El Papa Francisco
asimismo pidió a los funcionarios que brindaran «adecuada protección a la
familia» como «elemento esencial de cualquier desarrollo económico y social
sostenibles».
La intercesión del
Pontífice en favor de los niños por nacer y de la familia evoca las
intervenciones de Juan Pablo II previas a una ambiciosa conferencia de la ONU sobre población y
desarrollo en 1994, en la que los esfuerzos del gobierno de Clinton y de
funcionarios de la ONU
para conseguir que el aborto fuera reconocido como derecho humano fueron
obstaculizados por el predecesor de Francisco.
Las negociaciones de
la agenda de desarrollo post 2015 son el nuevo campo de batalla en el que se
desarrolla un enfrentamiento similar.
El mensaje del papa
Francisco tiene como objetivo evitar que la ONU apruebe el aborto incluso de manera indirecta
con el pretexto de brindar salud materna o sexual y reproductiva.
Los países donantes
que apoyan el aborto y los funcionarios de la ONU responsables ante ellos lo incluyen como
componente indispensable de la salud materna y de la salud sexual y
reproductiva. Las agrupaciones que ofrecen y promocionan el aborto aprovechan
las ambigüedades en relación con él en políticas de la ONU para obtener fondos.
Los Objetivos de
Desarrollo del Milenio canalizaron con éxito recursos para problemas específicos.
Pero quedan pendientes muchas dificultades e incertidumbres al establecerse un
nuevo conjunto de metas.
La agenda se ha
extendido en mucho más de una docena de objetivos, metas e indicadores
definidos a grandes rasgos. No existe acuerdo sobre detalles hasta el momento.
Los críticos temen
que la agenda de desarrollo post 2015 se oriente lejos de la ayuda a los países
pobres en su lucha contra la pobreza y las enfermedades, y se centre en
objetivos universales inalcanzables en una amplia gama de cuestiones
ambientales y sociales muy preciadas para los países ricos.