cuando la política sirve?
Por María Renée Estrada
República (Guatemala)
-8 octubre, 2018
El numeral 210 del DOCAT (traducción popular de la
Doctrina Social de la Iglesia, dirigida especialmente a los jóvenes para
motivarlos a que lean los grandes documentos de la Iglesia en sus originales y
que actúen según las máximas de la verdad, de la justicia y del amor) expone
esta interesante interrogante: ¿Qué cambia cuando la política
<>?
Quizá es una pregunta poco frecuente, sobre todo por
la forma en la que la política se ha desvirtuado a través de la historia y en
los tiempos actuales. Quizá también no suena lo suficiente, porque es una
visión católica (o religiosa) a la que generalmente se le intenta excluir y
limitar de las esferas políticas. Quizá es porque es una pregunta que tiene
como respuesta un llamado sumamente exigente a nuestra capacidad humana
limitada. Quizá ninguna de las anteriores.
Sin embargo, el DOCAT intenta desarrollar una respuesta
a dicha interrogante, de manera un tanto breve: “La doctrina social insiste en
la función de servicio de toda administración pública. Quien sirve al bien
común no mira primeramente por su propio bienestar, sino que se preocupa del
bien de la comunidad que le ha sido confiada, asumiendo su función de política
con criterios morales. Que el siervo no se enriquezca es algo decisivo para la
lucha contra la corrupción. Y, además, el que sirve lo ha de hacer teniendo
presente a la persona humana en su necesidad. Tampoco la excesiva
burocratización de algunas comunidades estatales sirve al desarrollo libre y
subsidiario de la persona o de las pequeñas entidades sociales. Y es
precisamente la gente sencilla la que ha de asumir las desventajas de no saber
desenvolverse entre las aristas de los procesos burocráticos. Una
administración útil y que <> es un gran bien.La burocracia,
etimológicamente <>, desvirtúa sin
embargo también a los que la practican, porque hace <>”.
Los puntos relevantes que aborda el numeral, respecto
a lo que implica el servicio dentro de la política, son: 1. Quien sirve al bien
común no mira primeramente por su propio bienestar; 2. No enriquecerse a través
del aparato estatal; 3. Quien sirve debe tener presente a la persona humana en
su necesidad; 4. La problemática de la excesiva burocratización de algunas
comunidades estatales. Por tanto ¿Qué podemos hacer como seres humanos para lograr
que la política <> y no <>? Porque en
palabras, todo suena muy bueno y sencillo.
“Lo que hace que el ser humano se convierta en un ser
político es su capacidad de actuar. Esta permite que se junte con sus
semejantes y que lo haga por una causa común poniéndose metas y emprendiendo
actividades que nunca se le hubieran ocurrido en caso de no contar con este
don: empezar algo nuevo. (Hannah Arendt).”
Pero, ¿qué tipo de actuar? ¿qué metas? He ahí el
verdadero reto: Poder traducir esas palabras en acciones concretas, guiadas por
principios morales sólidos, transparentes y honestos. Principios morales
basados en “no mirar primeramente por el propio bienestar, sino que preocuparse
del bien de la comunidad que ha sido confiada”.