El Heraldo de
Aguascalientes, 6 noviembre, 2015
Con el amparo otorgado por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) a cuatro mexicanos, se coloca en la antesala la
legalización del uso de la marihuana en el país y con ello, se agrega un factor
adicional de destrucción de la familia, consideró el Padre Carlos Alvarado
Quezada, vocero de la Diócesis de Aguascalientes.
Factores como el abuso del tabaco y alcohol, que
causan miles de muertes en el país cada año, la virtual legalización del uso de
este enervante se suma a una serie de factores que están destruyendo a la
sociedad.
El drama que enfrentan las familias en Aguascalientes
cuando hay un fármaco dependiente es terrible. Generalmente pega a los
adolescentes y en la mayoría de las ocasiones destruye a toda la familia,
porque se generan graves conflictos al seno de las familias.
El Consejo del Episcopado Mexicano tendrá la próxima
semana su asamblea en la que seguramente los obispos mexicanos harán un
pronunciamiento ante este hecho histórico que sienta un mal precedente porque
fortalecen el ramillete de amenazas a la salud y a la integridad de las
personas y sus familias.
Reconoció que prevalecen actualmente muchas interrogantes
en torno a los efectos jurídicos de la decisión de los magistrados como el
hecho de que se les concede amparo a cuatro personas, pero no hay una
regulación precisa que norme el consumo de marihuana.
Dijo que la Iglesia Católica permanece en constante
contacto con la sociedad a través de un amplio trabajo pastoral. Justamente una
de las pastorales tiene que ver con la juventud y la familia; sobre esto, las
reflexiones que constantemente hacen jóvenes y padres de familia es sobre lo
pernicioso que puede resultar la despenalización de las drogas.
Al ser legalizadas, los jóvenes sentirán una
legitimidad en el cultivo de su adicción, y veremos más casos en los que
personas drogadas asistan a sus centros laborales, a las aulas de clases y a
sus hogares sin el mayor recato.
Cuestionó además el hecho de que la legalización del
uso de la marihuana en sí misma no acabará con las adiciones, antes bien, se
esperaría un disparo en los niveles de consumo con la serie de problemas que
ello representa como alteraciones a la salud mental y corporal.
Finalmente, consideró que los problemas que deberemos
enfrentar como sociedad cuando se legalice el consumo de esta droga no serán
sencillos. Las drogas destruyen, de eso no hay que olvidarnos, por lo que habrá
mayor demanda de servicios de salud derivados de este tipo de adicción, que
aunque ya se consume de forma ilegal, con la eliminación de restricciones su
consumo irá a la alza, dijo.