La Nación, editorial,
14 DE NOVIEMBRE DE 2015
El ataque al acuerdo que Mauricio Macri firmó con Abel
Albino, titular de la fundación Conin, para enfrentar la desnutrición en
nuestro país en caso de llegar a ser presidente, es un eslabón más dentro de la
campaña sucia que lamentablemente se está haciendo cada vez más descarnada, en
la recta final de la campaña presidencial.
Así, se pierde de foco el fondo de la cuestión, lo
importante en la discusión, la sustancia. Nadie puede estar en contra de
mejorar las condiciones de vida y desarrollo de los niños de la Argentina. Y en
eso, Albino es, sin duda, la voz más autorizada de nuestro país, con 43 años de
pediatra y más de dos décadas al frente de la lucha contra la desnutrición.
Albino se define a sí mismo como un simple médico de
niños que un día se hartó de ver pobres. Eso lo cambió, lo conmovió y lo llevó
a dedicar su vida a proteger a la infancia y, por ende, al futuro del país. Con
una obra que ya cuenta con 68 centros de prevención de la desnutrición en la
Argentina y nueve en el extranjero (América latina y África), Albino asiste a
cada espacio al que lo invitan a fin de difundir -con pasión, crudeza e
indudable compromiso un concepto que repite para que quede grabado en la cabeza
y el corazón de todos los argentinos: hay que preservar el cerebro del niño.
Para eso, necesita recibir buena alimentación y estimulación durante el primer
año de vida.
Albino, que nunca aceptó ocupar un cargo público,
viene trabajando con las provincias de Mendoza, Salta y Misiones, donde se
pusieron en funcionamiento centros Conin aplicando su metodología. Según su
equipo, Macri sólo planea darle escala nacional a este exitoso modelo y
transformar la lucha contra la desnutrición en una política de Estado.
La propuesta consiste en lanzar un Programa Integral
contra la Desnutrición, dentro de Pobreza Cero, que funcionaría como un órgano
autárquico con independencia presupuestaria dentro de la órbita del Ministerio
de Desarrollo Social de la Nación.
¿Abrió esta noticia un debate sobre cuál es la mejor
manera de acabar con la "desnutrición a patadas" que hay en el país,
según las palabras de Albino? No. Lo que buscaron quienes lo atacaron fue
desacreditar a Albino sobre la base de algunas declaraciones realizadas por el
pediatra en su libro Gobernar es poblar: ¿Paternidad responsable o fornicación
asistida?, publicado hace cinco años. Se lo acusa de tener una postura
conservadora sobre la educación sexual y de estar a favor de la vida.
Para un hombre que sostiene hace décadas que "hay
que dejar de pensar en las próximas elecciones y empezar a pensar en las
próximas generaciones", la prioridad es terminar con la desnutrición, una
patología social profunda cuyo combate puede llevar más de una generación, y no
en contestar infundados agravios.