a persona en estado de inconsciencia persistente
El Obispo de Neuquén
(Argentina), Mons. Virginio Bressanelli, pidió que se respete el derecho a la
vida y por tanto no aplicar la eutanasia a Marcelo Diez, un hombre de 45 años
que desde 1994 permanece en estado de inconsciencia permanente debido a un
accidente de tránsito.
"Estamos frente
al misterio de la vida de un hermano de la que no puede ser dueño ni
administrador absoluto una tercera persona. Desde el punto de vista humano es
una vida que hemos de respetar, cuidar y sostener hasta que su estado se
revierta, como esperaban sus padres, o hasta que su curso se cierre
naturalmente", expresó el Prelado en un comunicado del 15 de agosto.
De esta manera, Mons.
Bressanelli se opuso al pedido de las hermanas para que se retire la
alimentación a Marcelo, y que es respaldado por el fiscal José Gerez amparado
en la nueva ley de la mal llamada "muerte digna". Según el fiscal, la
nueva ley permite a médicos y familiares decidir sobre las personas que se
encuentran en estado de salud irreversible.
El Obispo de Neuquén
advirtió que "dentro de un estado de inconsciencia persistente, Marcelo
goza de una salud física estable. No está conectado a nada. No es un enfermo
terminal. No está sometido a terapia alguna, por lo tanto no se practica sobre
él un ensañamiento terapéutico que le prolongue artificialmente la vida. No
manifiesta tampoco estar sometido a algún dolor físico, psicológico o
espiritual".
Asimismo, señaló que
presenta reacciones mínimas y "no se sabe si oye o que grado de conciencia
tenga de sí mismo y de la realidad circundante. Configura, más bien, un cuadro
de alta discapacidad. Todo esto nos ubica frente al misterio de la vida de un
hermano de la que no puede ser dueño ni administrador absoluto una tercera
persona".
En ese sentido,
añadió que al paciente se le garantiza la alimentación e hidratación, así como
otras medidas que dentro de su cuadro le otorgan la calidad de vida digna que
merece todo ser humano, como son la higiene, el afecto y la atención
espiritual. "Sus reacciones se leen en su rostro, que se ilumina al
escuchar música, o que manifiesta cansancio cuando algo lo aturde",
indicó.
Por ello,
"quitarle las atenciones que hoy se le brindan lo condenaría a una muerte
atroz. Eso configuraría una eutanasia por omisión y un delito por abandono de
persona".
El Obispo expresó su
solidaridad con la familia por esta difícil situación. "Estamos sin
embargo frente al desafío de tener que aceptar con valentía nuestras
limitaciones, y de seguir apostando por una vida de la que no somos dueños ni
administradores absolutos".
"Como hombres y
mujeres que amamos la vida y que creemos en el Dios de la vida, debemos
reconocer que este es un misterio que nos sobrepasa. Hay situaciones que no
podemos manejar, ni en las que podemos aportar soluciones o mejoras
significativas".
"En esos casos
nos queda algo que califica y dignifica a todos: redoblar nuestra capacidad de
amor, resignar con humildad nuestro afán de omnipotencia y brindar al hermano
necesitado lo que esté a nuestro alcance, confiando en Dios Padre providente
que, aún en estos casos, está realizando un designio de amor para el bien de
muchos", culminó.
BUENOS AIRES, 17 Ago.
12 / 10:54 am (ACI/EWTN Noticias).-