Se apoderan de
resolución sobre valores tradicionales en el Consejo de Derechos Humanos de
Ginebra
Por Stefano
Gennarini, J.D.
Probablemente los rusos estén furiosos. El año
pasado, el gobierno de su país inició un proceso en el Consejo de Derechos
Humanos, Ginebra, que, supuestamente,
debía dar origen a una resolución que promocionara valores tradicionales. Redescubrieron lo que
posiblemente ya sabían: que tales debates en la ONU están cargados de riesgos, particularmente
para quienes quieren respaldar los valores tradicionales. El cúmulo de fuerzas
contrarias a estos valores es grande y hostil.
Los rusos albergaban
la esperanza de que su resolución pudiera dar con una relación positiva entre
los valores tradicionales y los derechos humanos en líneas generales. En
febrero, un comité de redacción proporcionó un estudio preliminar que los
delegados provida encontraron aceptable. Pero rápidamente se conformó la
resistencia. Al oponerse al borrador del informe, las agrupaciones homosexuales
fueron particularmente enérgicas. Los objetantes acusaron que el texto no
abordaba lo que consideran como un conflicto entre los valores tradicionales y
los derechos humanos.
El estudio preliminar
destacaba los valores tradicionales universales comunes a todas las personas de
acuerdo con el espíritu de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ponía
de relieve las conexiones entre los valores tradicionales y los derechos
humanos afirmando que la fuerza normativa de estos últimos tiene su origen en
la fuerza moral de los primeros. Contenía referencias explícitas al derecho a
la vida, al rol de la familia en la sociedad, así como a las principales
religiones.
Pero Estados Unidos y
algunos países europeos objetaron que los valores tradicionales y la religión
con frecuencia socavan los derechos de las mujeres y de las personas
homosexuales y transgénero, y que en el estudio debía decirse algo acerca de
este conflicto. La International Lesbian
and Gay Association (ILGA) se unió a las críticas.
Tras esta
discrepancia, Chung Chinsung, experto chino del Comité Asesor del Consejo de
Derechos Humanos (CDH), reescribió el estudio omitiendo las referencias
positivas al derecho a la vida, a la familia y a la religión. El nuevo proyecto
se expuso la semana pasada en Ginebra, y países, expertos y ONG que habían
manifestado quejas quedaron satisfechos con las modificaciones, en su conjunto.
El nuevo borrador
deja de lado el enfoque universalista. De hecho, ni siquiera reconoce la
existencia de valores tradicionales universales, descartando la búsqueda de la
universalidad como si se tratara de una pista falsa. En cambio, señala que
existen múltiples valores tradicionales y que se encuentran en continua
evolución. Algunos están en consonancia con los derechos humanos, pero otros,
no.
Este nuevo enfoque
coloca a los derechos humanos completamente por encima y en contra de los
valores tradicionales. En el estudio preliminar, el Comité Asesor dice qué
valores tradicionales están en conflicto con los derechos humanos, y cuáles no.
El nuevo borrador
plantea que los valores tradicionales menoscaban los derechos de las mujeres y
de las minorías. Descubre que ciertas tradiciones y religiones difunden
«estereotipos sobre la feminidad, la orientación sexual y el rol y la condición
de la mujer en la sociedad». También enumera algunos «modelos a seguir» para
demostrar cómo, en ciertas circunstancias, los valores tradicionales pueden
reforzar los derechos humanos. Ninguno de esos ejemplos proviene de países
occidentales. De hecho, el nuevo proyecto descubre que «los valores
tradicionales y culturales de los países occidentales difunden prácticas
perjudiciales, como ser la violencia doméstica».
Está previsto que el
nuevo estudio sea presentado durante las sesiones de septiembre del CDH. Pero
es evidente que necesita mayor pulimento. El Comité solicitó más tiempo al
Consejo.
Argentinos Alerta,
17-8-12