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Por Héctor GIULIANO
(10.8.2012).[1]
El gobierno Kirchner ha
hecho toda una puesta en escena tan exitista como engañosa en relación al pago
de la última cuota de capital e intereses correspondiente al BODEN 2012: anuncio
formal, discurso de la presidenta en la Bolsa de Comercio, reloj con cuenta regresiva,
declaraciones del Ministro de Economía y eslogan acerca de una supuesta
Independencia Económica y Desendeudamiento de la Argentina.
En este caso se pagaron
unos 2.200 Millones de Dólares (MD)[2] que representan el 4.4 %
del total de vencimientos de capital e intereses correspondientes al corriente
año, que son 50.300 MD: 40.100 de capital más 10.200 MD de intereses, según los
datos del Presupuesto 2012.
La cifra representa la
cancelación de sólo el 1.16 % del total de la Deuda Pública del
Gobierno Central, que al 31.12.2011 era oficialmente de 190.000 MD.
Pero el stock de la deuda
no bajó con este pago porque las cancelaciones fueron hechas con nuevas
obligaciones, tal como todo lo que se paga en concepto de capital.
Esas nuevas obligaciones para
poder pagar deuda son contraídas con el Banco Central (BCRA) a cambio de Letras
Intransferibles de la
Tesorería que no tienen capacidad de repago demostrada.
Esto significa que la
administración Kirchner sigue abonando puntualmente, a medida que le van
cayendo los vencimientos de capital, sus compromisos con acreedores privados –
en su mayoría, fondos especulativos de inversión – a través de mayor Deuda
Intra-Estado.
Se trata de una peligrosa
maniobra de “empapelamiento” de las agencias oficiales por parte del Tesoro, ya
que estos entes públicos administran fondos que no son propios ni
discrecionales por parte del gobierno, como es el caso del dinero del sistema
previsional (que pertenece a los jubilados), de las reservas del BCRA (que
hasta hace poco tiempo estaban para respaldar la Base Monetaria y
hoy ya no pueden respaldarla), de las disponibilidades del Banco Nación (BNA,
que están para dar créditos productivos a la actividad privada)[3] y de los márgenes
circunstanciales de caja que tienen diversos organismos nacionales para sus
fines específicos (AFIP, Lotería, FFRE, PAMI y otros).
El uso sistemático de
reservas internacionales del BCRA para cancelar pagos a acreedores privados y
organismos financieros internacionales (principalmente Banco Mundial y BID) –
como se ha vuelto a dar con el pago de los Boden 12 - forma parte de la Política de Acumulación
de reservas para el pago de Deuda Externa que viene llevando adelante el
gobierno Kirchner.
En su discurso en la Bolsa del 2.8 anunciando el
pago de la última cuota de los BODEN 2012 la presidenta Cristina Kirchner
anticipó algunos datos que fueron consignados al día siguiente en un comunicado
especial del Ministerio de Economía.
Este informe contiene muy
pocos números en valor absoluto ya que prácticamente todos los datos se muestran
en forma porcentual en relación al Producto Bruto y/u otras variables
macroeconómicas, sin mostrar las cifras exactas que le sirven de referencia o
base de cálculo.
Esta falencia es
particularmente importante para poder comprobar cómo se llega a los importes de
Producto Bruto, montos totales y desagregados de la deuda pública, deuda en
poder del sector privado en moneda extranjera, intereses efectivamente pagados
por año y evolución de los datos respectivos en el período 2002-2011.
Por otra parte, suponiendo
que tales coeficientes se hayan obtenido ponderándolos en todos los casos a los
valores de referencia de los años citados, existe el problema que las
proporciones decrecientes que muestran todos los gráficos y cifras expuestas estarían
fuertemente influidas por el tipo de cambio vigente a cada momento de corte, lo
que distorsiona en la práctica las comparaciones de datos, ya que no es lo
mismo, por ejemplo, comparar valores tomados del 2001 con el tipo de cambio 1:1
o del 2002 a 1.4 $/US$ que hacerlo contra un dólar hoy a 4.60 $.
Pero, repetimos, el
principal problema es que todos los datos están mostrados en porcentajes,
fundamentalmente en base al índice Deuda/Producto, cuya utilización constante y
exclusiva por parte de las autoridades resulta tan discutible como engañosa[4].
La única excepción a los
cuadros que se muestran en porcentajes es el referido a la composición de
tenedores de los BODEN 12 que se han pagado.
De este cuadro surge que
del total abonado – casi 2.200 MD – el 78 % (1.700 MD) correspondió a tenedores
externos y el 22 % (490 MD) a tenedores locales (de los que sólo 112 MD – el 5
% del total abonado – correspondía a cancelación de Deuda Intra-Estado).
La presidenta precisó que
los tenedores extranjeros beneficiados por este último pago del BODEN 12 son
fondos de inversión extranjeros – de Estados Unidos, Luxemburgo y también de
Italia, Francia y Dinamarca – que compraron especulativamente los títulos a los
tenedores originales, que eran los ahorristas argentinos atrapados en el
Corralón por la Crisis
de Deuda del 2001-2002; y que en su gran mayoría vendieron los títulos por
razones de necesidad frente a la desvalorización de los mismos debida al
default.[5]
Estos nuevos titulares de
bonos – según comentó la presidenta - hicieron así un gran negocio con la plata
de los ahorristas argentinos ya que les compraron barato los BODEN y ellos
pasaron a cobrar los rendimientos a valores nominales.
Entre los fondos de
inversión tenedores de BODEN 2012 – según una denuncia de Mario Cafiero y
Fernando Pino Solanas – habría firmas tenedoras que son accionistas de empresas
petroleras con actividades en las Islas Malvinas, lo que cae dentro de las
penalidades de la Ley
26.659.
El carácter triunfalista de
la propaganda oficial en oportunidad de este pago de los BODEN 12 sirve de
distractivo al hecho concreto que la deuda pública sigue aumentando – el
incremento fue de 14.600 MD en 2011 y se prevé por Presupuesto 2012 que aumente otros 11.700 MD este año – y a
que el gobierno Kirchner demuestra así su voluntad de cumplir a rajatabla los
compromisos asumidos con los acreedores.
El Ministro de Economía
Lorenzino fue muy claro al respecto cuando destacó que “este Gobierno ha
normalizado la deuda y honrado todos sus pagos, cuota por cuota, durante los
últimos 10 años”, agregando que “sólo por el Boden 2012 la cuenta que pagamos
los argentinos demandó 19.600 millones de dólares.” (Comunicado de Prensa del
3.8.2012).
Estos pagos, así como todos
los que se hicieron y se siguen haciendo a los acreedores financieros, a los
organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, BID y CAF), al Fondo Monetario
Internacional (9.530 MD a principios de 2006) y a bancos comerciales (con los
que la deuda llega hoy a 6.600 MD), se cubren con Deuda Intra-Estado y toma de
nuevas deudas, lo que compromete cada vez más los recursos fiscales
condicionando en forma total y absoluta las Finanzas Públicas y la Política Económica
general.
Por eso, para sostener su
política de pagos de la
Deuda Pública , el Gobierno ha entrado de lleno en la toma de
medidas de emergencia financiera para reunir la masa de divisas y de moneda
local que necesita para cubrir los vencimientos que se le van produciendo:
a)
Emisiones
masivas de pesos para comprar dólares que se destinan a pagar Deuda Externa y
que luego se esterilizan con Lebac/Nobac que pagan el 14 % de interés promedio.
b)
Emisiones
masivas de pesos para dar Adelantos Transitorios al Tesoro para atender el pago
de deudas y de gasto público en general.
c)
Préstamos
sistemáticos de reservas internacionales del BCRA al gobierno para el pago de
Deuda Externa contra Letras Intransferibles que no tienen capacidad de repago y
que han derivado en una baja fortísima de las Reservas Netas (que hoy estarían
en el orden de los 13.500 MD).
d)
Corralito
Cambiario en el mercado minorista, trabas a las Importaciones y demoras en las
autorizaciones de transferencia de divisas al exterior, para poder acumular la
mayor cantidad posible de dólares para poder atender los servicios de la Deuda Externa.
e)
Retraso
cambiario relativo, por ritmo de devaluación menor que la inflación real, para
permitir que el BCRA compre divisas más barato para reponer reservas que se
prestan continuamente a la
Tesorería para cubrir los vencimientos en moneda extranjera.
f)
Negación de los
altos niveles de inflación interna, acentuados por la emisión masiva de dinero
para atender los servicios de la
Deuda , en pesos y en divisas; y para atenuar los pagos de los
compromisos en pesos ajustados por CER.
g)
Modificación de
la Ley 23.928 de
Convertibilidad, de la Ley
24.144 de Carta Orgánica (CO) del BCRA y disposiciones conexas, para dar
cobertura legal al funcionariado superior interviniente en esta política de
pago de Deuda.
Con toda esta batería de
medidas, la administración Kirchner vive pateando para adelante la nueva Crisis
de Deuda que, por un lado, es de naturaleza estructural o institucional – la
existencia de un sistema de Deuda Perpetua, destinada a ser continua e
inexorablemente refinanciada por falta de capacidad de pago – pero en lo
inmediato o reciente es producto del fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna del
2005, que comprometió pagos de capital e intereses, capitalización de intereses
por anatocismo, indexación de deuda en pesos por inflación y, sobre todo,
cupones ligados al PBI, que en su conjunto se han transformado en una “bola de
nieve” impagable; sin contar con las obligaciones que se siguen tomando en
todos los niveles del Estado (provincias, municipios, entes oficiales, BCRA,
etc.).
A menos que – según fuera
previsto con los canjes de 2005 y 2010; y según fuera anunciado en la hoja de
ruta del ex ministro Boudou – la
Argentina vuelva al Mercado Internacional de Capitales para
reestructurar otra vez más su Deuda Pública.
Y para ello el gobierno
Kirchner sostiene su política de pagos de la Deuda con emisión inflacionaria de dinero, con
aumento de las tasas de interés de mercado derivadas del piso fijado por la
deuda del Estado, con retraso cambiario para evitar un nuevo default de la Deuda Externa , con
desfinanciamiento de la ANSES
y demás agencias oficiales y con descapitalización del BCRA.
Todo ello puesto al
servicio del cumplimiento de un sistema de endeudamiento perpetuo.
EN CONCLUSION.
El sistema de dominación
financiera y política que utiliza la
Deuda como instrumento de dominio se sostiene en tres patas:
1. Un oficialismo de turno que se
encarga de “administrar” temporariamente el mecanismo de la servidumbre de
pagos, 2. Una pseudo-oposición política que le hace el juego al cuestionar
problemas fiscales de coyuntura pero sin atacar el problema de fondo de una
deuda impagable y, por ende, una deuda perpetua; y 3. Un mecanismo de formación
de la opinión pública a través de medios de comunicación masiva – oficialistas
e “independientes” - que desarrollan la función de “venderle” a la población la
imagen que las cosas están bien en cuanto a la deuda, que la situación está
bajo control y que la Deuda
ya no es problema.
Así pasó con el discurso de
Martínez de Hoz sobre la
Deuda Externa bajo el Proceso Militar, así se repitió con los
Acuerdos de refinanciación de Nueva York de 1985-1987 bajo la administración
Alfonsín, así se dijo bajo el gobierno Menem-Cavallo después de la firma del
Plan Brady de 1992-1993, así se volvió a saludar el compromiso de apoyo de grandes
bancos (luego incumplido) frente al Efecto Tequila de 1995, así se volvió a
repetir con el Megacanje Cavallo-de la
Rúa del 2001 – sólo pocos meses antes del default – y así
volvió a ser presentado ahora ante la gente con el Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005, que ha fracasado por imposibilidad de pago y ha llevado a la actual
nueva Crisis de Deuda que vive la
Argentina y que la administración Kirchner trata de contener
a través de medidas desesperadas de emergencia financiera que se sostienen, en
definitiva, en un mecanismo de Deuda Intra-Estado que desfinancia el Sistema
Previsional, descapitaliza el BCRA y vive “desviando” fondos de las Agencias Oficiales
en función de las necesidades de caja del Fisco para el pago de los servicios
de la Deuda.
La teatralización
gubernamental en oportunidad del pago de la última cuota del BODEN 12 es un
capítulo más dentro de este proceso distractivo sobre la gravedad del problema
de la Deuda.
Y la situación en esta materia
debe ser muy grave a los ojos de la propia administración Kirchner para que el
gobierno deba recurrir a tan grosera manipulación de informaciones frente a la nueva
Crisis de Deuda que afronta nuestro país.-
Lic. Héctor GIULIANO
Buenos Aires, 10.8.2012
Archivo: GIULIANO ARTICULO
2012 08 10 BODEN 12
[1] Otros trabajos recientes del autor relacionados con
este mismo tema:
El aumento de la Deuda Pública
(30.6.2012).
Deuda Pública y Tipo
de Cambio (10.6.12).
Crisis de Deuda y
Emergencia Financiera (25.5.12).
Los pagos de la Deuda Pública
Argentina (6.2.12).
Deuda Pública y
Déficit Fiscal 2011 (30.1.12).
El lavado de la Deuda Pública
(7.6.11).
Deuda Pública y
Presupuesto 2012 (22.9.11).
El lavado de la Deuda Pública
(7.6.11).
[2] Las siglas MD/M$ significan siempre Millones de
Dólares/Pesos respectivamente. Los importes se toman con redondeo, por lo que
puede haber mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
[3] Es una paradoja que la presidenta exija a los
bancos privados aumentar sus préstamos a empresas con destino productivo
mientras el BNA – cuya carta orgánica fue modificada expresamente para
garantizar su misión de asistencia financiera con esta finalidad para PYMEs – tiene
un tercio de sus activos en Títulos Públicos, es decir, en dinero prestado al
Estado.
Al mes de Abril de
este año la cartera de títulos en cartera del BNA era de 56.500 M$
(equivalentes a 12.700 MD), sobre un Activo total de 178.300 M$.
A su vez, el BCRA –
según Balance semanal al 31.7.2012 – tiene prestados al Tesoro 255.300 M$ (55.700
MD, al tipo de cambio 4.58 $/US$), sumando títulos públicos en cartera por
37.300 MD (170.800 M$) y Adelantos Transitorios al Gobierno por 84.500 M$ (18.400
MD). Es la mitad de su Activo (527.800 M$).
Y el Fondo de Garantía
de Sustentabilidad (FGS) de la
ANSES , que al 31.3.2012 totalizaba 209.000 M$, tenía el 60 %
de dicho fondo prestado al Estado (más de 125.000 M$, equivalentes a unos
28.000 MD).
[4] Conforme lo hemos explicado ya en varios de los
trabajos anteriores, el coeficiente Deuda Pública/PBI no es un indicador
representativo de la solvencia fiscal argentina: 1. Compara un numerador de
deuda que es una magnitud financiera cierta con un denominador que es una
capacidad económica estimada del país, 2. No incluye importes muy relevantes de
obligaciones en cabeza del Estado Central que no figuran como deuda registrada
(intereses a pagar, capitalización de intereses, indexación de deuda en pesos y
cupones ligados al PBI; e incluso omite los reclamos de holdouts o tenedores
que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010), y 3. Reduce
arbitrariamente los términos de comparación porque toma como denominador el PBI
Nacional pero no toma en el numerador la Deuda Pública
Nacional, que incluye también la deuda de provincias y municipios, empresas del
Estado, organismos nacionales, fondos fiduciarios, deuda cuasi-fiscal del BCRA
y juicios contra el Estado con sentencia en firme (por juicios locales y en el
extranjero).
El gobierno Kirchner
se jacta de haber reducido el índice Deuda/PBI (D/PBI) a un 42 % 179.000/428.000
MD), pero no suministra información sobre el monto, siquiera aproximado, de
esta deuda nacional, que - incluyendo la deuda no registrada - podría duplicar
la deuda oficial del Estado Central.
Por último, la
relatividad del valor de este ratio D/PBI está demostrada empíricamente por la Crisis de Deuda del 2001: a
esa fecha el índice era también comparativamente “manejable” - un 55 % del PBI
(145.000/264.000 MD) - pero la
Argentina entró en default por el problema de su perfil de
vencimientos, como se le presenta hoy nuevamente (con y sin Deuda Intra-Estado).
[5] Los BODEN 2012 fueron emitidos originariamente para
compensar la pesificación asimétrica del 2002: la mayoría fue destinada a bancos
(pese a que éstos, en su conjunto, durante el año 2001 habían fugado del país capitales
que vaciaron las reservas del BCRA por más de 20.000 MD) y menos de la mitad
fue para compensar a los ahorristas. En total, se terminaron emitiendo 17.600
MD de títulos BODEN 12, por los que se pagaron unos 2.500 MD de intereses.
Posteriormente, en el
2005, también la administración de Néstor Kirchner emitió Bodenes, con fecha de
vencimiento 2015, por valor de 5.800 MD. La casi totalidad de estos títulos fue
comprada por el gobierno de Venezuela e inmediatamente vendida en el Mercado a
inversores privados (devengando un rendimiento real del 15 % anual en dólares).