Ramiro Navarro
| Fuente: www.diariodesevilla.es
No hace falta un
análisis realizado con cromatografía de gases acoplada a espectrometría de
masas para saber que en España el uso recreativo de sustancias químicas, más o
menos fiscalizadas, es algo extendido y socialmente asumido. Pero sí hace falta
cada vez más echar mano de la ciencia para saber qué se está metiendo la gente.
El mercado de drogas de uso recreativo está, como todos, sujeto a continuos
cambios y novedades. En los últimos dos años el consumo de un grupo heterogéneo
de sustancias conocidas como legal highs (LH) parece estar popularizándose. Las
LH (también llamadas Researchs chemicals) son psicoactivos legales que
pretenden imitar los efectos de la cocaína, las anfetaminas o el cannabis.
Desde Energy Control,
un programa de reducción de daños para usuarios recreativos de drogas, se han
analizado 44 muestras de LH obtenidas en España entre octubre de 2010 y enero
de 2012, mediante un método analítico validado de cromatografía de gases
acoplada a espectrometría de masas en el Instituto Municipal de Investigación
Médica de Barcelona (perteneciente al Hospital del Mar). Este análisis, en el
que ha participado el Proyecto Energy Control en Andalucía de la Asociación Bienestar
y Desarrollo de Antequera, Málaga, ha sido publicado en Medicina Clínica, una
de las revistas españolas de referencia en la práctica médica. En el trabajo
también ha intervenido el Grupo de Intervención en Drogas de la Sociedad Española
de Medicina Familiar y Comunitaria.
Al ser sustancias de
efectos desconocidos, es importante lograr identificarlas rápidamente para
valorar sus riesgos. Varios investigadores europeos han publicado informes
recientes sobre el fenómeno, pero hasta la fecha no se dispone de datos
obtenidos en España.
Según explican en su
artículo, pese a ser legales, "sus efectos farmacológicos, toxicológicos y
potencial de abuso son desconocidos, aunque supuestamente elevados". Su
etiquetado no ofrece información sobre su composición, aunque se suele señalar
que "no son aptas para consumo humano cara a evita problemas
legales". Se comercializan como abono para plantas, sales de baño,
inciensos o artículos de coleccionista; aunque sus compradores saben que pueden
consumirse por vía intranasal, oral o fumada.
Un fenómeno destacable dentro de
estas drogas emergentes lo constituyen las llamadas spice drugs, compuestas a
base de hierbas impregnadas de cannabinoides sintéticos, con efectos más
potentes que los del tetrahidrocannabinol (THC), el principio activo que aporta
el consumo de hachís o marihuana.
En las muestras del
citado estudio se identificaron 44 compuestos diferentes, algunos de los cuales
han provocado casos de toxicidad significativa. En 14 de ellas no se pudo
identificar parte de su composición. En 22, esta no se especificaba en el
envoltorio. En las 12 restantes, la información suministrada no coincidía con
los resultados analíticos. En estas sustancias destaca la presencia de
parametoximetanfetamina, parametoxianfetamina y N-propil-4-metoxianfetamina en
3 muestras. Las dos primeras sustancias están relacionadas con casos de
intoxicación fatal en varios países europeos, y la N-propil -4-metoxianfetamina,
por su parecido estructural a las anteriores, podría ser especialmente tóxica
en forma de síndrome serotoninérgico (conjunto de síntomas causado por un
exceso de serotonina).
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