La política es la herramienta
para alcanzar acuerdos y lograr consensos y es esencialmente el único método conocido que permite
constituir, a hombres y mujeres de
pensamiento diferente, en una comunidad más o menos organizada.
La guerra es el fracaso de la política. Y no su continuidad por otros términos. Esta última
aseveración procura justificar la
violencia.
Sin embargo se le parecen
mucho: guerra y política vienen asociadas, o lo han estado durante un extenso
periodo de la historia de la humanidad. Sin embargo desde el momento que los pueblos crearon
instituciones los suficientemente flexibles, capaces de admitir el disenso, la
guerra se fue alejando como un horizonte
posible.
Las Constituciones, la
democracia, la República, la libertad, la sociedad civil organizada,
interactuando bajo el imperio de la ley
han demostrado ser una eficiente respuesta a la violencia. En definitiva,
su negación
Vale esta aclaración porque conocemos
con sobradas evidencias que el gobierno nacional no entiende de este
modo la política y la guerra. Sino, fundamentalmente, como dos caras de una misma moneda. Jugando
sincronizadamente e invadiendo una el territorio de la otra.
SCIOLI Y LA GUERRA
Algunos periodistas y funcionarios empinados del gobierno nacional
coinciden en que se le ha exigido a
Scioli una prueba de “amor”, esto es, que ceda su mujer a las filas del adversario (hoy nadie
duda que Cristina y Scioli son adversarios) La fórmula encontrada procura evitar
que el Gobernador apunte y “tire”
sobre su familia, y para doblegarlo Karina debe ser una rehén expuesta al
frente de las trincheras. Si llegara ser
cierto veremos que resuelve Scioli.
Esta “jugada” política del
gobierno nacional es afín a su mirada sobre la guerra y la política. Pasa de
una a la otra como quien va de la cama al living. Esta
maniobra deleznable se parece a la que el Ministro Albrieu, último
ministro del Interior de Perón antes de su derrocamiento, le propusiera al
Presidente para evitar los bombardeos a
la destilería de La Plata y Dock Sud. Enviar a las mismas a los familiares
directos de los marinos sublevados: madres, esposas e hijos a ver si de esta
manera se atreven a cañonear.
Demás está decir que Perón
rechazó de plano semejante barbaridad. Privilegió la política a la guerra
CLAUDIO CHÁVEZ
InformadorPúblico, 25-2-13