En 1990 se hizo
pública la
Constitución Apostólica “Ex corde ecclesiae” del beato Juan
Pablo II, Papa. El texto empezaba asegurando que “nacida del corazón de la Iglesia , la Universidad Católica
se inserta en el curso de la tradición que remonta al origen mismo de la Universidad como
institución, y se ha revelado siempre como un centro incomparable de
creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad".
Para el Papa polaco
“es un honor y una responsabilidad de la Universidad Católica
consagrarse sin reservas a la causa de la verdad. Es ésta su manera de servir,
al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia ". Y tras
mucho abundar en loas y explicaciones sobre la relación entre la universidad y
el mundo, Juan Pablo II señaló algo que parte del sentido común. A saber, que
para que una universidad sea católica, tiene que ser fiel a la Iglesia.
De esta estrecha
relación con la Iglesia
derivan, como consecuencia, la fidelidad de la Universidad , como
institución, al mensaje cristiano, y el reconocimiento y adhesión a la Autoridad magisterial de
la Iglesia en
materia de fe y de moral. Los miembros católicos de la Comunidad universitaria,
a su vez, están también llamados a una fidelidad personal a la Iglesia , con todo lo que
esto comporta.
Sin embargo, en
Estados Unidos hay bastantes universidades católicas que desconocen a propósito
lo que significa la palabra fidelidad a la Iglesia y muchos menos el concepto de adhesión al
magisterio. A pesar de lo cual, el Secretariado de Educación de la Conferencia Episcopal
de los Estados Unidos publicó recientemente un “Informe final sobre los 10 años
de revisión de la aplicación de Ex Corde Ecclesiae” en el país norteamericano.
¿En qué consiste dicho informe? Según nos cuentan desde The Catholic World
Report (CWR), se trata de una página autocomplaciente, trivial, que alaba el
“diálogo permanente” y el “espíritu de colaboración”, pero que no explica nada,
absolutamente nada, sobre la situación real de la educación superior católica
en la nación norteamericana.
Y a continuación CWR
da una lista de ejemplos de cuál es esa situación. Sin ir más lejos en el
tiempo, este mes ha visto como 12 campus universitarios católicos eran escenario
de la representación de “Los monólogos de la vagina”, obra escrita por la
feminista estadounidense Eve Ensler. Ahorro a mis lectores la descripción
exacta de algunos de esos monólogos. Baste saber que en algunos se aboga por
las relaciones entre adultos y adolescentes, en otros por las relaciones
homosexuales y, faltaría más, hay textos a favor del aborto.
Hay también
universidades católicas que conceden créditos a sus alumnos por prestar sus
servicios en clínicas de la multinacional abortista Planned Parenthood. Los
portavoces del derecho al aborto y el matrimonio homosexual son invitados a
pronunciar discursos y conferencias. El último caso se dio el pasado 15 de
febrero en el Providence College, que organizó una conferencia a cargo del
senador Sheldon Whitehouse, que ha votado siempre a favor del aborto.
La ideología de
género y la agenda del lobby gay, faltaría más, también empiezan a encontrar su
lugar en esas universidades “católicas". La Universidad de Nuestra
Señora del Lago en San Antonio, Texas, se ha convertido en el primer centro
católico en revisar sus normas para “proteger” a los estudiantes, profesores y
personal de la universidad que hayan optado por cambiar de sexo. Y el semestre
pasado docenas de campus católicos organizaron el “Mes de la Concienciación gay”
y el “Día de la salida del armario”, en el que se animaba a los jóvenes a
mostrar abiertamente su condición homosexual.
CWR indica que no
parece probable que hubiera mucho entendimiento y colaboración entre la Universidad católica y
el arzobispo de San Francisco, dado el hecho de que el centro universitario ha
nombrado como jefe del departamento de teología y estudios religiosos a Vincent
Pizzuto. Es un señor “ordenado” sacerdote en el 2006 por la Celtic Christian
Church, que obviamente no es una “iglesia” en comunión con Roma. ¿Y a qué se
dedica Pizzuto? Pues a celebrar bodas religiosas homosexuales y a escribir
libros sobre la supuesta homofobia y misoginia en la Iglesia Católica.
Como ven ustedes, es el candidato ideal para ser el responsable de la enseñanza
teológica en una universidad católica. Cabe preguntarse como se concilia tal
hecho con lo que el Papa pidió en Ex Corde Ecclesiae.
Si piensan que han
visto lo peor, se equivocan. Peter Singer, filósofo australiano que aboga
directamente por legalizar el infanticidio siguiendo el modelo de la Antigua Grecia fue
invitado por la
Universidad de Fordham a un ciclo de conferencias que llevaba
su nombre.
No es de extrañar que
desde el Catholic World Report se hable del “mundo orweilliano de la educación
católica” en los Estados Unidos. Si los obispos de ese país se conforman con un
informe de unos cuantos párrafos que dice que las cosas han mejorado, parece
evidente que nada cambiará. Algunos pastores ya han decidido plantar cara a
esos engendros de universidades, pero es necesaria una acción decidida y
conjunta, por la que se pida a Roma que haga con esos centros lo mismo que ha
hecho con la universidad rebelde de Lima, Perú. Si no quieren ser fieles a la Iglesia , que dejen de
llamarse católicos. Y si son propiedad de la Iglesia , ésta tiene que entrar a saco para
limpiar de basura los campus, la dirección y el profesorado.
Cuando lo que está en
juego es la formación de miles y miles de jóvenes católicos y no católicos que
acuden a esas universidades, no se puede tapar el sol con un dedo ni mirar a
otro lado. Quien tenga autoridad, que la ejerza. Si no la ejerce, que deje paso
a quienes sí quieran ejercerla. De nada vale que un Papa publique una
constitución apostólica si luego muchos obispos se mofan de la misma
permitiendo que se haga exactamente lo contrario. Ayer escribí un post pidiendo
que se extirpe a los perversos de entre nosotros. No es solo perverso el que
practica el pecado de forma pública y escandalosa. Lo es también el que promueve,
enseña y consiente la promoción del pecado. Y si el que admite tal cosa es un
pastor, habrá que rogar al Señor que proteja a su rebaño.
Luis Fernando Pérez
Bustamante
InfoCatólica, 26-2-13