DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

No confundir religión con política





 Alejandro Alí Badrán
(Imán, miembro del Comipaz)


En nuestro mundo cada vez más globalizado, cuando nos planteamos la cuestión de los problemas entre las religiones, vemos que nunca antes tantas han convivido juntas.
En cada rincón del planeta, existe pluralismo religioso. La diversidad de cultos es una fuerza que en una sociedad democrática a veces puede convertirse en problema.
Los que promueven estos conflictos en general no creen en Dios y tergiversan sus dichos con falsas interpretaciones de las escrituras. Debemos tener una metodología para comprender las revelaciones divinas, que a menudo son ricas en un lenguaje simbólico.
Además, las escrituras responden a necesidades históricas, por lo que hay que tener en cuenta la situación de la época en que estos versículos fueron revelados.
El Corán establece la unidad de las religiones y reconoce a todos los profetas, desde Adán a Muhammad (Mahoma), como enviados de Dios. De igual forma, acepta todos los libros sagrados enviados a la humanidad: la Torá para el judaísmo, el Evangelio para los cristianos y el Corán para los musulmanes.
Para entender el Corán, es importante señalar que parte de él fue revelado en la ciudad de La Meca y otra parte en la ciudad de Medina. La situación social y religiosa era muy diferente en ambas ciudades.
La Meca era una ciudad santa para los árabes, tenía una tribu –Curaich– que era de las más poderosas, además de que sus miembros eran dirigentes de las instituciones religiosas en esa época del paganismo. Eran diplomáticos y administradores experimentados, pero carecían de un libro que los guiara y nunca habían tenido un profeta en su historia.
En Medina, en cambio, había distintas situaciones religiosas y sociales. Había tribus judías, cristianas y paganas. Era un oasis de tierra fértil, con una situación socioeconómica muy floreciente.

El cambio fundamental en estas dos ciudades se dio con el nacimiento del profeta Mahoma en La Meca, en 570, y su muerte en Medina, en 632.
La convivencia no requiere igualdad, ni siquiera similitudes; sí se requiere tolerancia y respeto por los demás. El Corán afirma: “Compitan unos con otros en las buenas obras”. Esta diversidad está hecha para ponernos a prueba y poder vivir en paz y armonía.
Todos los lugares de culto, sinagogas, iglesias, mezquitas y templos deben ser protegidos, pues en todos estos lugares se recuerda a Dios, independientemente de la forma en que se realice este recuerdo.

En ningún caso el islam desmiente a las otras religiones, sino que declara que ha venido a confirmar la verdad presentada por todos los enviados de Dios.
El islam ni siquiera cree en las campañas de conversión obligatoria. No hay coacción en la religión y nadie puede ser obligado a convertirse; incluso el Profeta decía que su deber era entregar el mensaje del Todopoderoso y nada más, sin exigir a nadie que lo acepte o lo rechace.
Hay muchas organizaciones y misiones que predican con entusiasmo, incluso compiten entre ellos, lo que conduce a tensiones entre las comunidades; pero esto no es un requisito coránico.
El mensaje del Corán tiene en alta estima el hecho de que la creencia religiosa es cuestión de convicción interior, y esto sólo se logra a través del conocimiento profundo.

Hay que tener siempre cuidado de distinguir entre el conflicto religioso y el político. Hay gente que no realiza esta distinción y apoya a los que explotan los temas religiosos con fines políticos, lo que da como resultado la animosidad entre comunidades, algo que rechazamos totalmente. Uassalamu alaicum (La paz sea con todos).

La Voz del Interior, 19-2-13