Por Héctor GIULIANO
(20.10.2012).
Días pasados el gobernador
de la Provincia del Chaco, Jorge Capitanich, anunció el pago de vencimientos de
capital e intereses de dos bonos locales emitidos en moneda extranjera abonándolos
por su equivalente en pesos.
Esto es: la provincia
emitió en su momento títulos públicos en dólares, aunque sometidos a la
legislación argentina, y ahora los pesifica en forma compulsiva.
Los servicios de tales
títulos – capital e intereses - se habían pagado hasta ahora normalmente en
dólares; el último, en Agosto de este año.
Pero el viernes 5 de
Octubre se dispuso hacer esos pagos en pesos y no en moneda extranjera, aduciendo
que el Banco Central (BCRA) no le suministraba a la provincia los dólares
correspondientes.
Se apeló entonces al hecho
que tales títulos están emitidos en dólares pero sujetos a legislación local,
de modo que en caso que la provincia no disponga de las divisas necesarias (que
debe venderle el BCRA[1]), puede cumplir igual sus
obligaciones pagando el importe equivalente en pesos (al tipo de cambio
oficial, actualmente 4.75 $/US$, que es bastante menor al dólar paralelo que
cotiza a 6.30).
Este hecho provocó de
inmediato una fuerte caída de la cotización en Bolsa de los títulos
provinciales que se encuentran en la misma condición – moneda extranjera y
legislación local – y también, aunque en menor medida, la caída de los bonos
provinciales en general, ya que se generó la lógica incertidumbre sobre el
alcance de la medida.
La Argentina tiene hoy 19
Títulos Públicos emitidos en moneda extranjera bajo legislación local: 10 son
bonos nacionales y 9 provinciales (cuatro del Chaco, dos de Córdoba, uno de
Formosa y dos de Tucumán).
Se especula que otros
títulos provinciales pueden correr la misma suerte que los del Chaco del 5.10 –
Bonos CHSG 1 y 2 – e incluso los nacionales.
El desembolso del gobierno
del Chaco comparativamente no era relevante – 263.000 Dólares (US$) – por lo
que se interpreta que esta acción constituyó un primer intento del gobierno
Kirchner para ir forzando el paso de obligaciones tomadas en moneda extranjera
a pesos dada la grave insuficiencia de divisas que tiene el país para poder
atender sus pagos externos en general (comerciales, económicos y financieros).
Se estima que los títulos
provinciales en moneda extranjera y bajo legislación local totalizarían hoy sólo
unos 150 MD[2] dentro de un total de más
de 7.000 MD de deuda en divisas consolidada de todas las jurisdicciones.
Por este motivo, la
pesificación de esas deudas provinciales sería una variante muy acotada ya que
no se puede aplicar a la gran mayoría de deuda en moneda extranjera, que no
está bajo legislación local sino sujeta a tribunales externos ante los que
nuestro país ha prorrogado la jurisdicción (o sea: aceptación de competencia de
jueces del exterior).
Aunque las repercusiones de
este suceso no hay sido muy grandes, para los medios financieros ha significado
un toque de atención.
Algunas provincias
fuertemente endeudadas – con Buenos Aires a la cabeza – y el propio gobierno
nacional, se apresuraron a desmentir que esta operatoria de pesificación
compulsiva se vaya a generalizar; pero la incertidumbre ya quedó planteada.
Y el reflejo de tal
incertidumbre – el denominado “Efecto Chaco” - se muestra con el aumento de las
tasas de interés a las que las administraciones sub-nacionales vienen
contrayendo nuevos préstamos a través de colocaciones de títulos.
Así, por ejemplo, la
Provincia de Buenos Aires acaba de colocar deuda alternativa en pesos por 440
M$ al 16.7 % de Interés anual.
Actualmente la mayoría de
las provincias argentinas tienen fuertes déficits fiscales que, como el Estado
Central, lo cubren con emisión sistemática de Deuda: deuda por refinanciación
total de los vencimientos de capital que se van produciendo y deuda por toma de
obligaciones adicionales, de modo que la Deuda Pública – Nacional y Provincial
– sigue aumentando, a contrario sensu del discurso oficial sobre un supuesto
“des-endeudamiento público”, que no existe en la práctica.
La nueva grave crisis de
Deuda que hoy vive la Argentina deja abierto así el interrogante del costo
financiero adicional que el país debe afrontar para seguir su política de permanente
refinanciamiento ya que se trata de una deuda
sin capacidad demostrada de repago; y una deuda que nunca puede pagarse es una Deuda
Perpetua.
[1] El BCRA no cambió su normativa pero forzó el pago
en pesos por parte de la provincia al no darle los dólares necesarios, lo que
deja así abierta la puerta a que estas situaciones vuelvan a producirse.
[2] Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de
Dólares/Pesos respectivamente.