Los 50 años del
comienzo del Concilio Vaticano II (1962-1965) fueron celebrados con un acto en
el que la Universidad Católica Argentina (UCA) entregó el doctorado honoris
causa al rabino argentino Abraham Skorka.
Que una universidad
católica otorgue un doctorado honoris causa a un rabino es un hecho inédito en
América latina y subraya que el Concilio Vaticano II abrió la puerta a un
creciente acercamiento entre la Iglesia Católica y el judaísmo. En su
declaración "Nostra Aetate", esa asamblea de obispos del mundo,
reunidos en Roma, destacó el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos
y fomentó el mutuo conocimiento y aprecio.
El rector de la UCA,
presbítero Víctor Fernández, dijo que esa entrega quería expresar:
"Aquello que pedía el Concilio y que han vivido elocuentemente los últimos
papas, ha sido acogido en la Argentina, y que las instituciones cristianas
podemos acoger la sabiduría presente de un rabino más allá de las diferencias
que subsisten".
En el estrado
estuvieron el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, y el nuncio
apostólico, monseñor Paul Tscherrig.
La Nación, 22-10-12
Antecedentes del homenajeado:
Diversas opiniones
de los rabinos argentinos sobre el matrimonio gay
Fuente: Agencia Judía
de Noticias
Cuatro rabinos de la Argentina fueron
consultados por la Agencia Judía de Noticias sobre la ley que se debate en el
Congreso que habilitaría el casamiento entre personas de un mismo sexo.
El rabino Samuel
Levin, principal referente de la ortodoxia judía en la Argentina y
representante también de los rabinos del Agudath Israel, organismo que reúne a
los ultraortodoxos de todo el mundo, abrió el debate en el escenario del
judaísmo al declarar a esta agencia que
es “un escándalo espiritual” que el Congreso argentino debata una ley que
permita el casamiento entre personas del mismo sexo.
“¿Cómo un diputado
puede levantar la mano para legalizar una extorsión humana que puede destruir
todo lo que es la familia?”, se preguntó Levin.
Para el religioso, la
norma que recibió media sanción de la Cámara de Diputados y que espera ser
tratada en el Senado “es la destrucción de la vida matrimonial”.
Por su parte, el
rabino Abraham Skorka, de la Comunidad Benei Tikvá, dio su voto a favor de la
“unión entre homosexuales”, pero
aclaró que este contrato “no se llamaría matrimonio, que está definido por
característica heterosexuales”.
“La visión judía
acerca del matrimonio habla de la unión entre un hombre y una mujer, y el
cuadro bíblico primigenio lo define como el estado ideal del hombre”, agregó el
religioso.
También en diálogo
con AJN, Skorka sostuvo que la Argentina vive “en una realidad democrática y
sabemos perfectamente bien que existen personas que tienen una sexualidad
definida en otro sentido respecto de la concepción bíblica”.
El religioso
consideró que “a estas personas, con el máximo de los respeto, se les debe dar
la posibilidad de conformar una unión”.