pretenden extraer los órganos a pacientes vivos que aguardan la eutanasia.
Consideraciones
éticas y jurídicas del Bioderecho personalista.
Por Carlos Alvarez Cozzi
Informan los portales de
noticias digitales que el investigador de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Maastricht, Jan Bollen, propone que los médicos puedan
extraer los órganos de pacientes vivos que hayan solicitado la eutanasia, legal
en países como Bélgica y Holanda, para asegurar los trasplantes. Asegura que los “los
órganos frescos mejorarían las posibilidades de que el trasplante tenga éxito”. (http://www.actuall.com/vida/la-donacion-de-organos-un-estimulo-en-holanda-para-pedir-la-eutanasia/)
Este investigador trata
de fundamentar en un artículo de la revista científica Journal
of Medical Ethics, “que los pacientes que han pedido que les maten
pueden ofrecer de la misma manera sus órganos para mejorar su calidad en los
trasplantes”.
Sin embargo, el
reglamento que se aplica sobre los donantes que ya han fallecido, advierte que
las donaciones no deben causar o acelerar la muerte de los pacientes. Es por
ello que los autores del artículo han
pedido la anulación de esta regla, que requiere que un paciente muera de
forma natural, de
una lesión o enfermedad, antes de que sus órganos vitales puedan ser
donados. En estos casos, la muerte se produciría por quitar a los pacientes sus
órganos.
Sorprendentemente Bollen, por el
contrario, afirma que, dado que el paciente ha decidido pedir la
eutanasia no vale la pena esperar el tiempo que va desde que se produce el
paro cardíaco hasta que se pueden realizar las “adquisiciones”,
ya que este retraso provoca su deterioro.
Además considera que los
pacientes pueden estar motivados a solicitar la eutanasia porque esto les da la
oportunidad de ser donantes y ha explicado que “este reglamento no debe ser un obstáculo entre la eutanasia
y la donación”, ya
que siguen caminos similares, e insta a los médicos a que promocionen “la cosecha en vivo” en lugar de las
inyecciones letales.
Este grupo de
investigadores sugiere que se realicen cambios en las leyes de
eutanasia de sus países para
permitir que las personas enfermas, discapacitadas y con enfermedades mentales
que quieren morir, opten por la entrega voluntaria de sus órganos.
El artículo concluye con
una nota de los autores, en la que afirman que “no es demasiado tarde para que nuestra profesión
examine esta nueva ética, y reconozcan lo importante que es para la
sociedad humana”.
Además este grupo de investigadores, que aboga por la entrega
voluntaria de órganos vitales, afirma que “debemos prepararnos para aplicarlo en
un desarrollo racional para el cumplimiento y la mejora de la humanidad”.
De sólo leer estas presuntas
apreciaciones científicas se nos eriza la piel. A qué grado de deshumanización
y de cultura de la desvinculación se ha llegado en algunos científicos!!! La
eutanasia y la muerte asistida ya es por sí mismo un procedimiento objetable
desde el punto de vista ético, médico y jurídico, porque dispone de la vida
humana no en forma natural. Pero ahora se agrega el agravante que se pretenden
extraer órganos en vida del paciente que ha solicitado la muerte asistida, como
forma de optimizar la extracción y la conservación de los órganos a trasplantar
a otras personas!!!. La vida disponible al máximo, al arbitrio de la medicina y
de la ciencia, considerando como medios a las personas que siempre son fines en
sí mismas!!!.
El Bioderecho personalista rechaza
este tipo de propuestas legislativas que acentuarían la gravedad que “per se”
tiene la eutanasia en los Derechos que la autorizan, para dar un paso más y
tomar a quien solicita el suicidio asistido como un donante en vivo de órganos,
a quien se les puede sacar los mismos con el cuerpo vivo y caliente en lugar de
tener que esperar su deceso como la normativa actual establece!.
Notoriamente para algunos parecen no
existir límites y quieren seguir actuando como si fueran dioses, decidiendo a
quién se le puede mutilar en vivo, fundados en que el mismo ha solicitado el
suicidio asistido. La persona que pide el suicidio asistido en los países que
lo autoriza, también tiene su dignidad humana y esta propuesta la ignora
rotundamente. Esperemos que Holanda y Bélgica no ahonden más el drama del
suicido asistido, que ya está incluso legalizado para menores de edad.