El diputado Daniel Lipovetzky (PRO) presentó en la
cámara baja el proyecto de ley antidiscriminatoria que la activista María
Rachid impulsó en la Ciudad de Buenos Aires -él cofirmó- y la Legislatura
aprobó. Al igual que la ley porteña el proyecto prevé sanciones para cualquiera
que defienda el orden natural. El expediente que históricamente impulsó la
FALGBT ahora es promovido por los “militantes oficialistas” de la flamante Mesa
Nacional de “Cambiemos Diversidad”.
Como precisó la propia Rachid, el proyecto es el
último de los objetivos (“identidad de género”, “matrimonio igualitario”, etc.)
que le queda por cumplir a la FALGBT desde su constitución el año 2004. Es el
primer punto del “Plan Nacional contra la Discriminación” aprobado por el
expresidente Néstor Kirchner mediante el Decreto 1086/2005 y el más codiciado
por la FALGBT.
La ley incorporaría causales de discriminación no
contempladas en la Ley Nacional Antidiscriminatoria vigente; entre ellas, la no
discriminación por “género, identidad de género y/o su expresión, y orientación
sexual”, motivos que -según explicaba Rachid en los fundamentos que replicó
Lipovetzky - tienen “poder simbólico, político y educativo”.
Al igual que la ley Nº 5261 de la Ciudad, el proyecto
nacional introduce la carga dinámica de
la prueba en lo civil y administrativo, obliga a difundir mensajes
antidiscriminatorios en espectáculos masivos y a incluir los mismos
lineamientos en los contenidos curriculares básicos del Programa Nacional de
Educación Sexual Integral. Establece al Instituto Nacional contra la
Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) como autoridad de aplicación.
El expediente presentado ahora por Lipovetzky
(1450/2016) fue cofirmado por: Fernando Sánchez (CC, Cap.Fed.), Lucas Incicco
(PRO, Sta.Fe), José Luis Patiño (PRO, Cap.Fed.) y Gisella Scaglia (PRO, Sta.Fe).
Para medir los alcances del proyecto basta recordar
que a poco de ser sancionada la ley porteña su autora, María Rachid, cargaba en
su cuenta de Twiter contra el colegio católico San José de Calasanz, ubicado en
el barrio porteño de Caballito. Le tocó a un activista LGBT votar en el
Calasanz y cuando ingresó en el Colegio vio un cartel colgado en la galería.
Tenía la imagen de una joven pareja con un bebé en los brazos y la leyenda:
“Apostemos por lo que es natural. Un hombre y una mujer transmiten la vida. Hay
cosas que no pueden cambiar”. Eso alcanzó para que Rachid -por entonces
legisladora de la Ciudad de Buenos Aires- anuncie que iba a realizar una
denuncia contra el colegio porque “viola la ley antidiscriminatoria de la
ciudad de Buenos Aires”.
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NOTIVIDA, Año XVI, Nº 1005, 27 de abril de 2016