DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

GENERACIÓN Q


diversión de la mano de la química

Geraldine Peronace
 LA NACION,  19 DE ABRIL DE 2016

Nuevas épocas, nuevas modas, nuevos consumos. Sin lugar a dudas, hace tiempo que comenzó una nueva generación, para muchos conocida como Generación Q: generación química. Estas nuevas modas y tendencias van de la mano del policonsumo no sólo de objetos, sino también de sustancias, así que cuando hablamos de música y boliches sabemos que esta actividad nocturna va acompañada de varios condimentos químicos.

Primero el alcohol, que es la droga patrón, "la vedette" con la cual todos debutan. Lo siguen el cannabis y el tabaco, y luego las mal llamadas drogas recreativas, como éxtasis, GHB, ketamina, Popper, LSD, cristal, lanzaperfume. A estos combos de consumo ilícito les sigue generalmente el consumo de drogas lícitas: benzodiacepinas, antidepresivos, Viagra, hipnóticos como el zolpidem o modafinilo para seguir despierto.

En los boliches, cotidianamente se enfrenta un "atracón psicotóxico". Las emergencias se dividen en tres principalmente: psicológicas o psiquiátricas, siendo las más frecuentes el ataque de pánico y las psicosis tóxicas (delirios y alucinaciones); hemodinámicas (compromiso general orgánico: función renal, cardíaca, respiratoria) y situaciones de traumas: peleas y heridas contusas o cortantes por mala manipulación de vasos de vidrio al estar la mayoría con falta de coordinación motriz, más caídas desde su propia altura al no poder coordinar sus pasos adecuadamente.

Sería correcto e importante también tener en cuenta los riesgos de estos consumos a la hora de retirarse de los diferentes sitios recreativos, a la hora de conducir poniendo sus vidas y las de terceros en peligro, así como los riesgos de las peleas callejeras. La salud pública está en juego. Ni hablar de conductas sexuales, otro aspecto no menor a tener en cuenta tanto por embarazos no deseados como por el contagio de enfermedades de transmisión sexual, dado que es casi imposible poder cuidarse en este tipo de estado.

En las discotecas grandes de la Capital, hay ambulancia con médico y enfermero para atender situaciones de emergencia; algunas, muy pocas, tienen hasta consultorio médico. Generalmente la función del personal de seguridad es controlar el ingreso tanto de hombres como de mujeres, haciendo un cacheo para la detección precoz de sustancias. Pero tendrían que estar caminando toda la noche para detectar posibles vendedores y poder asistir al público que lo pida, así como deberían estar entrenados para detectar gente en mal estado y poder orientarla. Muchas veces, al estar todo un grupo de amigos bajo consumo, ninguno se da cuenta de que alguno de sus miembros puede estar grave.

También es cierto que no sabemos realmente qué se consume, no tenemos tipificadas todas las sustancias que circulan a lo largo de una noche. La oferta en la cantidad de pastillas va en franco aumento, al igual que el recambio de éstas. Esto nos dificulta saber qué cuadros clínicos podemos esperar e ignoramos cuáles serían los daños a mediano y largo plazo en los usuarios.

La juventud actual no concibe la salida del fin de semana sin consumo de sustancias, en busca de nuevas experiencias y emociones y en el intento de paliar un aburrimiento generacional. Existencia, excitación y éxtasis van de la mano en la Generación Q. Debemos replantear y reestructurar las medidas preventivas, así como reinstalar políticas públicas relacionadas con el momento que se vive en la actualidad.

La autora es médica psiquiatra especializada en adicciones