por Laura Etcharren
Informador Público, • 12/10/2015
El narcotráfico en Argentina no es una ilusión óptica
ni una circunstancia de paso. Es, por el contrario, una realidad que nos
atravesó como país cuyo proceso data de mediados de los años ’70 y se acomoda,
casi con jactancia y velozmente, a partir del año 2000 hasta la fecha.
Durante ese proceso el flagelo se forjó desde el color
local así como también desde la importación de células internacionales. De
México y Colombia a nivel nacional y más enquistadas, de Perú y Paraguay, en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Un proceso agudo cuyo ritmo marcó el traspaso
de un tejido social quebrado a un tejido perforado producto de una
descomposición y degradación de todas las esferas de la vida. En especial
educación y trabajo.
En este contexto y con la consagración del
narcotráfico en el año 2014 así como con la consolidación de sus diversos
brazos en lo que va del 2015 el país atravesado se dividió en acción, omisión e
impericias.
Es decir que sin una bajada concreta a nivel nacional
cada provincia optó por actuar o no sobre lo que es el Menudeo. Ese micro
mercado que se subestima pero que es la incursión primaria para poder tomar al
mercado desde lo macro. Un mercado, el micro en especial, que se vale de lo que
es la antesala de la droga como delito que es la droga como enfermedad.
Porque cuando el Menudeo escalona a Narcotráfico la
génesis ya es el dinero. Su lavado. La ampliación hacia otras vertientes del
Crimen Organizado.
Se trata de una ecuación directamente proporcional:
“Sin Menudeo no hay Narcotráfico y sin Narcotráfico no hay Menudeo”.
Avanzar sobre el Narco Menudeo
El cuento legal del flagelo como delito federal le
sirvió a muchos para la pachorra. Para desligarse de la responsabilidad de
salvaguardar a sus provincias del Narco Menudeo sin siquiera atender el tema de
la prevención. Entendida esta como seguridad.
Córdoba, Buenos Aires, Salta y ahora Chaco se
iniciaron en el camino de adhesión de la Ley 10.067.
Consiste, a grandes rasgos, en la desfederalización
parcial del delito de narcotráfico. Esto significa que dichas provincias, con
sus diferencias operativas, están habilitadas para avanzar sobre el Menudeo.
Algo que implica, cuando se trabaja sin connivencias, un recorte del mercado
interno así como de los recursos humanos armados que buscan dominar los
territorios provinciales en una guerra que se desata, fundamentalmente, en la
parte central de nuestro país.
Sin embargo la provincia de Córdoba es la que
reconoció -a través de su gobernador José Manuel de la Sota- acabadamente la
problemática a nivel nacional sin auto excluir a la provincia de una realidad
que si se niega se profundiza. Y si se la trata con parches se la eleva.
Por eso desde la Provincia primó la decisión política.
Llevar a la práctica medidas concretas desprendidas de un trabajo de campo,
mapas y diagnóstico.
En un contexto desfavorable geográficamente no sólo
por estar en el centro del país que es donde se libera -como ya se explicó- la
guerra entre bandas sino también por estar rodeada de territorios inactivos o
pasivos en la lucha contra la inseguridad Córdoba reconoce la conflictividad
interna sin recurrir a los parches y se crea la FPA (Fuerza Policial Anti
Narcotráfico).
Así es como el Gobernador, consciente de la situación
que estalló en el año 2013 con el escándalo en drogas peligrosas, desplegó las
cartas de una necesaria contención para que el flagelo no arrasara la
provincia. Para que la calma no esté “garantizada” por el narco cuando no
disputa mercado sino por las Fuerzas de Seguridad
FPA: La primera en Argentina
La Fuerza Policial Anti Narcotráfico armada tiene
entre otras cosas la particularidad de ser dependiente del Poder Judicial. Una
fuerza de élite conformada por más de 200 efectivos con una organización
interna táctica y estratégica. Con un desafío específico que cosiste en
avanzar, limitar y contener al Narco Menudeo para recortarle al Narcotráfico el
mercado interior así como también sus diversas herramientas operativas dentro
de las bandas de narcotraficantes.
Se trata de una policía entrenada y capacitada en
logística. Con valores éticos y morales. Con formación nacional e internacional
para encarar las situaciones de riesgo y peligrosidad que el Menudeo implica.
La FPA registra hasta el momento un 99 % de
efectividad en los procedimientos así como también, de acuerdo a la
información, una efectiva prisión sobre todas las personas detenidas.
En los pocos meses que lleva en funcionamiento, la
FPA, tiene realizados más de 190 allanamientos de acuerdo a la información. Se
secuestraron, de acuerdo a informantes claves, armas y dinero. La cocaína es el
grueso de la droga incautada y le sigue la marihuana que son las dos sustancias
más comercializadas en la provincia.
Porque en Córdoba, al igual que en Santa Fe, el Paco
prácticamente no ha tenido entrada. Con la diferencia que la ausencia de Paco
no fue utilizada para el adoctrinamiento de niños soldados para custodiar
búnkers que son estructuras que tampoco existen en la provincia.
Lo que sí existen son puntos de venta de droga y los
llamados “Teros” que son los encargados de avisar sobre una presencia
sospechosa que viene por disputa así como también para menudear. También se
encargan de avisar sobre la presencia de las Fuerzas de Seguridad. En especial
de la FPA que es la fuerza que ingresa, a veces a pie, a terrenos en los cuales
no se puede avanzar con móviles por la geografía del lugar. (Villa El Nylon es
uno de esos terrenos)
Los “Teros” no tienen -a pesar de las desinformación
que circula en algunos medios de comunicación- nada que ver con los niños
soldados. Eso se debe a que no tienen el adoctrinamiento físico, mental y entrenamiento
criminal del tipo sicariato que tienen tales niños. Y no lo tienen,
precisamente, porque en Córdoba no existe la dinámica del Búnker como tampoco
existe en Buenos Aires.
Esa dinámica es propia de Santa Fe.
El resto de las provincias tienen puntos de venta de
droga.
Buenos Aires y Santa Fe encabezan el PBI narco
delictivo a nivel nacional. Ambas provincias se encuentran en condiciones
complicadas entre otras cosas porque tienen ciudades puerto.
Recordamos que entre el 75 y el 80 % del mercado
grueso del narcotráfico pasa por tierra en nuestro país. El resto se reparte
entre lo fluvial y lo aéreo que no es menor. De hecho, la vía fluvial es la
conexión que Argentina tiene con Europa y África.
Luego sigue la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la
Provincia de Mendoza.
Córdoba, desde la puesta en marcha reciente pero
efectiva de la nueva fuerza, bajó al quinto puesto de acuerdo al cruce de
variables en el centro del país que es donde se mide dicho PBI. Esa disminución
se debe a que logró ser impermeable al intento de penetración de la Banda de
“Los Monos” por el trabajo realizado en fronteras de acceso y porque los
primeros avances sobre el menudeo impidieron la mutación de algunas pandillas
bien articuladas a maras locales. Es decir que hubo una desarticulación que
requirió de tiempos que fueron más allá de las órdenes de los jueces. Se
necesitó, claramente, de investigaciones previas que hicieron a la idoneidad
del trabajo para que el mismo sea serio y no un simulacro que solo desplace
violencia.
Córdoba no es una provincia blindada pero sí está
teniendo una política proteccionista para la penetración delictiva externa y la
licuación criminal interna. Tiene sus puntos neurálgicos. Y la creación de la
Fuerza Policial Anti Narcotráfico constata el mapa y el diagnóstico para
abordarlo y transformarlo.
En algunos barrios como Bella Vista y 9 de Julio
pueden verse juntas vinculadas al Menudeo y también a la comisión de otros
delitos. Y es allí, justamente, donde la FPA comienza avanzar en presencia,
controles y procedimientos que ya tienen resultados positivos para que las
familias y en especial, los niños, no sean más rehenes de las bandas que
quieren “gobernar” los espacios.
La presencia de la ley. Pero de una ley que no
amedrenta sino que representa, de acuerdo a la observación directa, la
seguridad. Porque la FPA tiene lo que tiene que tener una policía: Valores
éticos y morales. Se encuentra depurada de abusos y no por eso es blanda.
Una fuerza sin palos ni jactancia de uniforme porque
no busca demonizar al consumidor que padece la droga como enfermedad a pesar de
ser parte, por comprador, de un circuito voraz.
Es una fuerza que va más allá con las lógicas
limitaciones que tiene el menudeo. Una fuerza que conforme a testimonios
recogidos es muchas veces aplaudida cuando llega a un Barrio Ciudad como ser
Juan Pablo II, Villa Retiro o Los Cuartetos, por poner algunos ejemplos. Otros,
obviamente, no aplauden. Porque el narco está entre ellos. Enquistado en
algunos barrios. Y la Fuerza Policial Anti Narcotráfico así como para algunos
representa seguridad para otros una amenaza.
Continuará.