By Stefano Gennarini
16 de octubre
(C-Fam)
El aborto y la anticoncepción deben estar ampliamente
disponibles para evitar un cambio climático apocalíptico, según algunos
científicos. Pero esta opinión no está ganando adhesión en la sede de la ONU y
fue rechazada en Laudato Si, la encíclica ampliamente difundida del papa
Francisco sobre «el cuidado de la casa común», en la que ratificó la teoría de
un calentamiento global antropogénico.
El control demográfico no forma parte del programa
para la conferencia mundial de la ONU sobre cambio climático a realizarse en
París el próximo mes de diciembre y el trabajo reciente de la división de
población de la ONU debilita cualquier argumento para que eso se modifique.
Mientras que algunos científicos están agradecidos por
el total aval del papa Francisco a la teoría del cambio climático, otros no
quieren que él tenga la «última palabra» sobre cómo debería ser abordado.
Es así como lo expone la editorial del último número
de la revista científica Nature Climate Change, antes de presentar una serie de
artículos críticos sobre la encíclica que incluye uno del famoso alarmista
ambiental Paul Ehrlich, que reprocha al papa Francisco el hecho de defender en
Laudato Si la enseñanza de la Iglesia en contra del aborto y la anticoncepción.
Ehrlich dijo al periódico The Guardian que la
exclusión del control demográfico de su abordaje del medio ambiente era una
«tontería delirante» y que estaba «completamente equivocado».
«Estoy seguro de que sabe que no es así, no es bobo»,
sostuvo.
En la encíclica, el papa Francisco denuncia a las
organizaciones internacionales que condicionan la ayuda económica a la
implementación de «políticas de salud reproductiva». «Culpar al aumento de la población» en vez de al
consumo y a modelos de producción es una forma de «no enfrentar los problemas»
que se les presentan a los pobres, escribió.
Ehrlich replica que las soluciones a la pobreza no
pueden encontrarse sin también considerar la «re-producción».
«Al papa Francisco le hace falta prestar atención a
sus propios comentarios sobre la “obsesión” de la Iglesia con la anticoncepción
y el aborto y asumir una posición de liderazgo en respaldo de los derechos de
las mujeres y la planificación familiar», escribe, advirtiendo, en su conocido
estilo, sobre inminentes hambrunas y catástrofes apocalípticas debido al
crecimiento de la población.
Ehrlich admitió en una entrevista con el New York
Times a comienzos de este año que no se hicieron realidad predicciones funestas
similares que hizo en la década del 60.
Se valió de la hipérbole para provocar «a las personas para que hagan
algo».
«La idea de que cada mujer debería tener tantos bebés
como quisiera para mí es exactamente lo mismo que decir que se debería permitir
a todos tirar toda la basura que quisieran en el jardín de su vecino», dijo
Ehrlich.
El último trabajo de la división de población de la
ONU sobre demografía y medio ambiente contradice rotundamente las opiniones de
Ehrlich sobre el cambio climático.
Su análisis demuestra que el aborto y la anticoncepción
tendrán poco impacto sobre las emisiones de carbono en comparación con cambios
en la producción y el consumo, y una política ambiental acertada.
En una sesión informativa a comienzos de este año, en
la que se explicaron estos hallazgos, John Wilmoth, quien dirige la división de
población de la ONU, criticó al movimiento de cambio climático por ser
demasiado alarmista.
Wilmoth explicó que hay «relativamente poca
incertidumbre» en las proyecciones demográficas sobre el próximo siglo, pero
que existe una «total incertidumbre» sobre las emisiones de carbono, ya que
tienen que ver con la población.
La falta de certeza sobre las emisiones de carbono
futuras se debe a los patrones de consumo y el comportamiento humano, que
varían mucho más que los patrones de fertilidad, dijo Wilmoth a los delegados.
Informes recientes de la división de población de la ONU ilustran que esta
misma imprevisibilidad puede verse entre países en las últimas décadas.
La Iglesia Católica es líder mundial en la denuncia de
las ideologías inhumanas y degradantes que se encuentran detrás del control
demográfico. Algunos dicen que la ONU finalmente se está poniendo al día.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano