Joanna Berendt
/ New York Times News Service | Sábado 17 Octubre 2015
Cuatro paramédicos luchan con un adolescente,
intentando atarlo a una cama hospitalaria. Él está rígido, contorsionado y
sudoroso, sus dedos apretados en puños, con los ojos rojos y muy abiertos.
“¡Déjenme ir!” grita.
La dramática escena, parte de un anuncio del servicio
público del Gobierno polaco, representa con precisión episodios que se
desarrollaron en hospitales en la región sur de Silesia cientos de veces en
este verano, dijo el Dr. Tomasz Klopotowski, el director del Centro Regional de
Intoxicación Aguda en Sosnowiec; con la excepción de un importante detalle.
“Los pacientes nunca gritaron que los dejaran ir, pero
si gritaron las peores obscenidades conocidas por el hombre”, dijo Kpolotowski.
“Algunos fueron capaces de arrancarse las ataduras de extremidades. Fue una
pesadilla”.
Casi 1,000 personas se intoxicaron aquí en julio y
agosto –cuando menos dos de muerte– por mal llamadas drogas de diseñador,
confeccionadas por químicos para que imiten los efectos psicoactivos de
mariguana, cocaína, LSD y otras sustancias ilícitas.
Estas nuevas drogas empezaron a derramarse en mercados
globales hacia 2008, al principio legalmente y sin control. Polonia terminó a
la vanguardia de una batalla mundial en contra de la epidemia, que aflige
actualmente a cuando menos 70 países, después de que impusiera una prohibición
a la venta de nuevas sustancias psicoactivas en 2010.
Sin embargo, el brote más reciente de intoxicaciones
ha enfocado nuevamente la atención nacional en complejos sintéticos y perforado
la confianza oficial en el sentido que el problema se había sido resuelto en la
medida suficiente.
Reguladores en casi todos los países europeos –más
notablemente en Gran Bretaña, Irlanda y España– así como en Australia, Japón y
Estados Unidos, también están luchando con el problema. La marihuana sintética,
también conocida como spice o K2, ha causado brotes de intoxicaciones en fechas
recientes en Nueva York, Texas y Nueva Orleáns.
Las primeras intoxicaciones en Silesia ocurrieron
durante el segundo fin de semana de julio. Más de 200 personas, en su mayoría
varones adolescentes que mostraron efectos secundarios como conducta psicótica
y fuerza anormal, fueron hospitalizadas. Muchas de ellas habían consumido un
canabinoide sintético que, en algunos casos, terminó siendo cientos de veces
más fuerte que la marihuana.
Marian Zembala, la ministro de Salud de Polonia, dijo
que las intoxicaciones de Silesia fueron una consecuencia inadvertida de una
enmienda a la ley sobre drogas del país que entró en vigor el 1 de julio y
agregó 114 drogas a la lista de sustancias prohibidas.
Debido a esto, los narcotraficantes empezaron a
descargar grandes cantidades de las sustancias que ahora ya eran ilegales a
precios por debajo del mercado, así como a introducir nuevos químicos que no
estaban en la lista de sustancias prohibidas.
“Sí lo anticipamos, pero nos impactó la magnitud de
todo”, notó Zembala.
Un reciente análisis de la Red Europea de Emergencias
por Drogas arrojó que 9 por ciento de todas las emergencias relacionadas con
drogas en 10 países europeos en 2014 involucraron nuevas sustancias
psicoactivas, cifra que los funcionarios prevén que suba marcadamente en 2015.
Desde 2008, el número de canabinoides sintéticos,
catinones (“sales de baño”) y opiáceos reportado a la Oficina de Naciones
Unidas para Drogas y Delincuencia se ha disparado en más de ocho veces,
llegando a 541, superando por mucho las 244 drogas tradicionales que son
controladas por convenciones globales.
En el mundo cada vez con menos fronteras del comercio
electrónico, y como resultado del progreso científico, las drogas de diseñador
rápidamente están ganando terreno en el tráfico de drogas ilícitas, destacó el
Dr. Guohua Li, director fundador del Centro de Epidemiología y Prevención por
Lesiones en la Universidad Columbia.
“Si no hacemos nada, más o menos en cinco años van a
superar a las drogas basadas en plantas y de tipo tradicional”, notó Li.
Polonia fue uno de los primeros países de Europa que
empezó a abordar sistemáticamente el problema. En 2010, tras un brote mucho
menor de intoxicaciones, el gobierno polaco prohibió casi de la noche a la mañana
todas las sustancias psicoactivas nuevas y cerró casi 1,400 tiendas de ventas
al menudeo.
Orilló a los fabricantes locales a ocultarse durante
aproximadamente dos años. Sin embargo, las drogas empezaron a aparecer de nuevo
en el mercado en 2013 y se han vuelto más populares.
En 2010, hubo apenas poco más de 500 intoxicaciones
relacionadas con drogas sintéticas. Esa cifra se duplicó en 2013, y en los
primeros ocho meses de este año, hubo más de 5,350 intoxicaciones. Murieron
cuando menos 20 personas.
Mariusz Wisniewski, maestro y trabajador social de
Rybnik, ciudad minera donde son populares las drogas de diseñador, dijo que el
año pasado él había asistido a los funerales de ocho ex pupilos que fueron ya
sea envenenados o, cree, orillados al suicidios por las drogas.
“Nuestros adolescentes solían fumar marihuana o
consumir anfetaminas antes de que se dieran cuenta de que pueden volverse locos
con algo más barato y de más fácil acceso”, dijo Wisnieski.
Las drogas de diseñador con frecuencia son más adictivas
y causan más desórdenes psiquiátricos que las drogas tradicionales, incluyendo
la heroína, dicen expertos.
“Esta cosa se mete con tu cabeza”, dijo Sylwia
Wielgus, de 26 años, quien solía fumar los canabinoides sintéticos de alta
potencia. “Quería olvidar muchas cosas como peleas con mis padres, la huida de
casa”.
Sin embargo, años de abuso de drogas sintéticas la
dejaron con daño cerebral.
“No puedo recordar cuando tenía 9, 10, 11 o 12 años”,
dijo. “Estas drogas robaron la mitad de mi vida”.
Uno de los mayores problemas que enfrentan los
reguladores es la definición legal de nuevas sustancias psicoactivas a medida
que estas inundan el mercado. Polonia, como Irlanda, introdujo la definición
más extensa que fue posible, llamada prohibición general, que prohíbe cualquier
sustancia de origen natural o sintético que se emplee como reemplazo de drogas
tradicionales.
Este tipo de prohibiciones se está volviendo más
popular, en tanto el gobierno británico ahora está presionando por la adopción
de una.
El problema, destacó el Magistrado Tettey, jefe de la
sección de laboratorio y ciencia de la Oficina de la ONU para Drogas y
Delincuencia, es que “ponerla en marcha es una pesadilla”.
La prohibición de cualquier sustancia que pueda usarse
para reemplazar a drogas tradicionales pudiera impedir accidentalmente e
incluso ponerle fin a muchos estudios clínicos, notó Tettey. Con base en el
informe europeo más reciente sobre drogas por parte del Centro Europeo de
Monitoreo para Drogas y Drogadicción, cuatro de las más nuevas sustancias
psicoactivas también son usadas como ingredientes activos en medicina.
Si cualquiera de ellas es agregada a la lista de
sustancias prohibidas, la investigación al respecto sería restringida durante
meses, hasta que una empresa farmacéutica obtenga una licencia, lo cual puede
costar miles de dólares.
Sustancias en las drogas sintéticas también se usan en
pinturas industriales, barnices o concreto.
“No podemos poner a toda la industria del cemento en
pausa debido a que algunos de sus productos intermedios son usados para
producir drogas”, dijo Igor Radziewicz-Winnicki, el subsecretario de Salud de
Polonia.
Polonia añade nuevos químicos a la lista ilegal uno a
uno. Sin embargo, todo lo que necesitan hacer fabricantes de drogas sintéticas
para evadir esa normatividad es darle un giro a la estructura molecular de la
existente droga ilegal para crear una que no esté prohibida. Esa búsqueda de
nuevos químicos los está llevando hacia algunos que son nocivos… como ocurrió a
todas luces en Silesia.
Debido a que poco se sabe sobre los efectos de las
nuevas drogas, pueden ser más peligrosas que las tradicionales sustancias
ilegales, cuyos niveles de dosis son bien conocidos.
“Numerosas ciencias han estudiado y descrito los
efectos del consumo de heroína”, dijo Michal Kidawa, analista por la Oficina
Nacional de Prevención de Drogas de Polonia. “La gente sabe cómo consumirla
para obtener un efecto deseado. El consumo de drogas de diseñador es como jugar
a la ruleta rusa”.
Nueva Zelanda legalizó temporalmente 41 drogas
sintéticas en 2013, con la condición de que sus fabricantes condujeran estudios
clínicos para encontrar las sustancias menos nocivas. Con todo, el experimento
terminó después de un año, luego de informes de prensa sobre aumentos en el uso
de las drogas y presión política.
“Necesitamos estar reduciendo no solo la oferta, sino
también la demanda”, dijo Tettey de la oficina de Naciones Unidas. “Es
necesario que hagamos que ellos se den cuenta de que nunca pueden saber lo que
están tomando y cómo les afectará”.