DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

DESPERDICIO DE ALIMENTOS


La Nación, editorial,  01 DE OCTUBRE DE 2015

Tuvo lugar recientemente en la UCA la 2da. Cumbre de Alimentos, Nutrición y Salud, organizada por la Oficina de Alimentos de la provincia de Buenos Aires. El objetivo fue convocar a un intercambio de información y propuestas sobre temas relacionados con la cuestión alimentaria, que incluye a profesionales de la medicina, directivos empresariales, investigadores, desarrolladores de productos, tanto en el campo industrial como en el de su comercialización. Se destacaron como ejes temáticos aquellos vinculados al consumidor, como el mantenimiento de la calidad de los alimentos en la cadena de aprovisionamiento de los supermercados y, también, cuestiones que disparan interrogantes éticos como el desperdicio de alimentos.

Cada año se desaprovechan en nuestro país 38 kilos de alimentos por habitante: un desperdicio de alrededor de 1,5 millones de toneladas anualmente, ya sea debido a una deficitaria planificación de las compras por los consumidores o a descuidos en la conservación por sólo mencionar algunas de las múltiples razones que convierten la comida en desperdicio. La situación desnuda la presencia de un grave problema cultural que implica, a nivel mundial, una pérdida material de 1300 millones de toneladas anuales de alimentos. La Organización para las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha calculado que, de la referida pérdida global, el 15% corresponde a América latina, con la Argentina ocupando un punto medio en la escala de derroche.

Importa tener en cuenta la acción de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, entidad sin fines de lucro, consagrada al rescate de alimentos para su aprovechamiento y distribución, antes de que se deterioren y haya que descartarlos. La red almacena, clasifica y distribuye raciones con la cooperación de organizaciones de ayuda comunitaria. Durante 2014 llevó más de 24 millones de platos de comida a más de 240.000 personas. Su presidente, Gustavo Fernández Casares, considera que lo fundamental es concientizar a la sociedad para ganar eficacia y fortalecer la acción de los donantes. Resulta imperioso, pues, retomar las gestiones tendientes a aprobar la llamada "ley del buen samaritano" pues se requiere este fundamento legal para reducir notablemente los desperdicios. Cuando mueren niños a diario por desnutrición no podemos permanecer impasibles. El aporte de los bancos de alimentos de todo el país merece destacarse. Su valiosa labor aguarda potenciarse con la ley. No hay más tiempo para perder.