Si alimentamos bien a los chicos, en 20 años somos potencia
El Dr. Abel Albino, médico
pediatra, creó la Fundación Conin en 1993 con la misión de erradicar la
desnutrición infantil en la Argentina. Esta institución posee 86 centros de
contención y aspira a instalar otros 2.000 en los próximos años, y su obra
merece un amplio apoyo puesto que ya son 2.315.000 niños y jóvenes los que
padecen de inseguridad alimentaria. Entre el nacimiento y los 5 años de vida la
desnutrición va acompañada de déficit de micronutrientes (hierro, vitamina A,
zinc), riesgo de infecciones, impacto negativo en el sistema inmunológico y deterioro
cognitivo y psicomotriz.
Albino manifiesta que no
bastan los alimentos para el desarrollo de los niños. “Cuando los niños se crían
en un ambiente hostil, chato, sin colores, sin música, sin alegría, con figuras
paternas o maternas desdibujadas o ausentes, no alcanza a desplegar su
potencial genético, porque ese ambiente no les permite cablear el cerebro, algo
que sucede fundamentalmente en el primer año de vida. En ese primer año, el
cráneo tiene 35 centímetros y crece un centímetro por mes, hasta alcanzar 47
centímetros al año. Ese crecimiento no se repite jamás, es ahí o nunca. Al año
y medio la fontanela anterior y el cráneo es una unidad sellada. Cuando un
funcionario dice le damos leche a partir
de los cinco años, ya es tarde.”
El hambre, entre cosas,
afecta el vocabulario. “Una investigación de hace 45 años del doctor Monckeberg
detectó que en pobreza extrema los padres manejan 180 palabras, de las 12 mil a
15 mil que maneja cualquiera de nosotros diariamente, de los 85 mil vocablos de
la lengua más usada. Y que los niñitos de esos padres utilizan sólo 40
palabras. De ahí los altos índices de deserción escolar y repitencia. Van a la
escuela, pero repiten y repiten.”
“Un país se hace con miles
de niños leyendo. Pero para leer y escribir hace falta tener un cerebro sano.”
“Si nos acompaña el Gobierno
y pone cloacas, no hay parásitos; y si tenemos agua corriente, no hay
gastroenterocolitis; y si tenemos agua caliente y luz eléctrica, mejora la
higiene.
Y si el Gobierno nos permite hacer que cada niño reciba desde el
momento de su nacimiento en adelante una caja de leche por mes, y cada mujer
embarazada y nodriza cuente con cuatro cajas de leche por mes, salimos como una
flecha. Si preservamos el cerebro, luego educamos y simultáneamente se mejora
la infraestructura del hogar, seremos potencia en 20 años, lo firmo y le pongo
el sello”.
Página web de Conin: www.conin.org.ar
(Revista Viva, 21-5-17)