INFOVATICANA, 12 Marzo, 2017
Mawra, un bebé de 15 meses, ingresó en septiembre de
2016 en el hospital de La Timone, en Marsella, con una fuerte fiebre. Ingresada
en el servicio de reanimación pediátrico, los médicos constataron que la
pequeña, en coma inducido, padecía “lesiones neurológicas definitivas” y tenía
una parálisis múltiple en sus miembros motores y en el rostro.
Los médicos recomendaron entonces poner fin a los
tratamientos y dejar que muriera, pues consideraron que se trataba de una
situación de mera “obstinación irracional” de los padres. Resaltaron además que
su decisión está amparada por la legislación francesa sobre los derechos de los
enfermos y del término a la vida, aprobada en 2005 y conocida como la ley
Leonetti.
Sin embargo, los padres recurrieron a la Justicia para
impedir que la bebé dejase de recibir tratamiento y el tribunal administrativo
de Marsella les dio razón en noviembre de 2016. El servicio judicial de los
Hospitales de Marsella recurrió al Consejo de Estado, que volvió ahora a dar la
razón a los padres.
Mohammed Bouchenefa, el progenitor de la pequeña, se
ha movilizado en las redes sociales para recabar el apoyo de la ciudadanía en
favor de que su hija continúe bajo tratamiento.
El Consejo de Estado, la máxima instancia
administrativa de Francia, avaló el pasado miércoles la decisión de un Tribunal
de Marsella (sur) y ordenó que la bebé Mawra, en estado vegetativo desde hace
seis meses, prosiga su tratamiento médico, a pesar de la oposición de los
médicos.
En un comunicado, el Consejo de Estado justificó su
decisión con que la evolución futura de la pequeña, de 15 meses, “es todavía
incierta”, a pesar de la gravedad, y con que los padres se oponen a detener el
tratamiento.