Por Steven W. Mosher
Population Research Institute, 15 de noviembre, 2016
Muy a menudo en el fragor de la campaña, Donald Trump
solía decir: "Voy a hacer realidad cada uno de los sueños que se hayan
tenido sobre el país".
Y el "sueño" de los pro-vida ha sido una
América libre de la tragedia del aborto. Es por eso que votaron a favor de
Trump en números abrumadores, devolviendo una mayoría pro-vida en la Cámara de
Representantes y el Senado de Estados Unidos.
El próximo mes de enero, cuando Donald Trump asuma el
cargo de Presidente de Estados Unidos, una mayoría pro-vida estará sentada en
la Cámara y en el Senado.
El pueblo estadounidense rara vez ha dado el control
sobre la Cámara, el Senado y la Casa Blanca al mismo partido político. Y esa es
exactamente la feliz situación en la que, gracias a Dios, nos encontramos
ahora.
Por primera vez desde 1928, los republicanos – y
verdaderamente podemos decir el Partido de la Vida- controlará tanto el Poder
Ejecutivo como el Poder Legislativo.
El aborto legal está camino a su extinción, gracias a
los votantes de Estados Unidos
El largo empate técnico entre el Partido del Aborto y
el Partido de la Vida ha terminado, y las cosas deberían comenzar a moverse en
nuestra dirección a partir de enero. Espero que un número importante de
remedios legislativos a nuestra tragedia nacional del aborto surjan del
Congreso y de la Casa Blanca.
Digo esto porque nuestro nuevo presidente es un
constructor y se ufana de ejecutar proyectos dentro del presupuesto y antes de
lo previsto. Así que creo que él se moverá rápidamente para cumplir las
promesas que nos hizo durante la campaña.
• Trump le pedirá a la Cámara de Representantes y al
Senado que le envíen una legislación para cortar los fondos públicos a Planned
Parenthood. Una vez firmada la ley, el gigante del aborto, que ha matado a más
de 7.000.000 de bebés desde Roe v. Wade y que gastó 38 millones de dólares en
un vano esfuerzo para elegir a Hillary Clinton, ya no estará en el lado
receptor de la financiación federal. Cientos de millones de dólares de los
contribuyentes ya no fluirán en las arcas de Planned Parenthood. La pérdida de
aproximadamente el 40% de sus ingresos anuales seguramente disminuirá la
matanza.
• Trump también apoyará la aprobación de la
legislación que prohibirá los abortos después de las 20 semanas de embarazo. Se
ha comprometido a firmar la Ley de Protección del Niño por Nacer Capaz de
Sentir Dolor que salvará decenas de miles de vidas cada año.
• Trump también se ha comprometido a "derogar y
reemplazar" el Obamacare. Con su desaparición se van a cientos de
regulaciones onerosas, incluyendo aquellas que trajeron a las Hermanitas de los
Pobres y a otros demandantes a las cortes federales para buscar alivio de sus
mandatos de aborto.
• Con el apoyo de Trump, también espero que la
política de la Ciudad de México, aprobada por primera vez por el Presidente
Reagan en 1984, sea convertida en ley permanente. Esto obligará a las
organizaciones no gubernamentales (ONGs) que reciben fondos federales a que
certifiquen que no realizarán o promoverán la realización de abortos ni su
legalización en otros países.
• También, con el apoyo de Trump, podremos cortar
definitivamente los fondos públicos al Fondo de Población de las Naciones
Unidas. El brazo de control de población de la ONU ha sido promotora del
programa de abortos y esterilizaciones forzados en China desde que se inició.
No debemos formar parte de ella.
Hay dos posibles obstáculos a vencer para conseguir estas
metas. La primera es la tradición del Senado llamada “filibustering”, es decir
que se requieren sesenta votos en virtud de las actuales reglas del Senado para
invocar la "cláusula" y someter a votación la legislación. Por lo
tanto, los provida tendrán que hacer presión sobre potenciales parlamentarios
renuentes a votar a favor de la vida durante todo el proceso legislativo.
El segundo es el Poder Judicial federal, incluido el
Tribunal Supremo, que Obama ha tratado de empaquetar con jueces como Sonia Sotomayor
y Elena Kagan. Estas dos juezas insisten en que la ley es simplemente una
"construcción social", y que pueden "reconstruirla" en casi
cualquier forma que quieran.
Los Padres Fundadores estarían horrorizados al pensar
que la Constitución de Estados Unidos se ha utilizado para justificar el
aborto. Es una gran ironía que los magistrados de izquierda, argumentando que
la Constitución es un "documento vivo", lo han convertido en un
mandato para matar.
Eso nos lleva a la promesa de campaña más importante
de todas. El presidente electo Trump ha repetido docenas de veces en la campaña
electoral: "Yo nombraré jueces como Antonin Scalia a la Corte
Suprema".
La lista de posibles jueces, unos veinte fuertes, ya
ha sido elaborada. Creo que la nominación se hará rápidamente una vez que asuma
el cargo. Esto restaurará el equilibrio a la corte y asegurará que los cientos
de leyes pro-vida que han sido aprobadas por las legislaturas estatales
permanezcan vigentes. Las leyes que obligan a los períodos de espera y reflexión
antes de un aborto, de asesoramiento, de que la paciente pueda ver las imágenes
de ultrasonido y, en el caso de los menores que sea necesario el consentimiento
de los padres. Todas ellas han hecho mucho bien y salvado muchas vidas de niños
por nacer.
Lo que suceda después de eso depende enteramente de la
salud de los jueces de la Corte Suprema. Tarde o temprano, otra anciana jueza,
tal vez Ruth Bader Ginsburg o David Souter, decidirá renunciar.
Esto creará una oportunidad para que el Presidente Trump
nombre un juez o dos. Una vez que se ha establecido una sólida mayoría
pro-vida, la terrible injusticia de la Corte Suprema en 1973 será solo un
capítulo negro de la historia de Estados Unidos. La infame sentencia Roe v.
Wade será derrotada definitivamente.
La cuestión del aborto será devuelta a los estados, la
mayoría de los cuales tienen leyes que protegen la vida ya vigentes.
Todo esto suena muy bien, dirán algunos, pero ¿podemos
confiar en Trump para mantener su palabra?
Después de una larga y viciosa campaña política, en la
que los oponentes de Trump atacaron sin cesar su honorabilidad, no creo que sea
una pregunta irrazonable.
Pero yo diría que el 8 de noviembre, el pueblo
estadounidense no sólo eligió a Donald Trump, sino que eligió al vicepresidente
Mike Pence, al gobernador Mike Huckabee, al doctor Ben Carson, al padre Frank
Pavone y a Marjorie Dannenfelser, y a todas las decenas de buenos individuos
que hicieron campaña con él y para él.
Él es un líder visionario que ha construido un negocio
tremendamente exitoso a lo largo de las décadas mediante la contratación de
personas con talento, el desarrollo de un plan compartido y que luego las
dejaba llevarlo a cabo. Eso es lo que hacen los verdaderos líderes, y creo que
hará lo mismo siendo presidente.
Hace mucho tiempo, Abraham Lincoln comentó que los
Padres Fundadores de Estados Unidos pusieron a la esclavitud en camino a su
extinción final. Con la elección de Donald Trump y Mike Pence, creo que los
estadounidenses modernos hemos puesto el aborto en el camino a su extinción
final.
Gracias a la sabiduría del pueblo estadounidense,
ahora tenemos una oportunidad generacional para cumplir la promesa de Vida,
Libertad y la búsqueda de la felicidad para todos los estadounidenses,
incluyendo a los no nacidos.