Activistas sexuales lamentan aprobación de resolución
profamilia de la ONU en Ginebra
Austin Ruse
(C-Fam),
19-7-15
Si alguien pone
en entredicho la victoria celebrada por los provida en cuanto a la resolución
sobre los derechos de la familia aprobada por el Consejo de Derechos Humanos en
Ginebra recientemente, basta que se fije en la reacción de los activistas
sexuales. Están muy disgustados.
Una agrupación que se autodenomina «Sexual Rights
Initiative» condenó la resolución de manera muy clara. Días antes de iniciarse
el debate, se quejó de que ella no reconociera el modo en el que «la moralidad
y las tradiciones» pueden no concordar con «normas internacionales de derechos
humanos». Dijo que la resolución era «inútil para promover el discurso de
derechos humanos de manera significativa alguna y solo sirve para minar
adelantos logrados con esfuerzo».
La resolución sobre la familia fue aprobada por
primera vez hace dos años e insta a los estados a tomar en cuenta a la familia
en la política pública. Esta segunda aprobación deja fijo el reconocimiento de
que el Consejo de Derechos Humanos está haciendo retroceder oficialmente las
tendencias que han puesto en riesgo a la familia.
Lo que pertuba de forma particular a los activistas
sexuales es el hecho de que los Estados Miembro insistan en usar «familia» en
singular en vez de «diversas formas de familia».
Una vez aprobada la resolución, Sexual Rights
Initiative se puso furiosa e incluso apocalíptica. Dijo que era un «revés y
sirve para polarizar aún más al Consejo de Derechos Humanos…»
Adujo que constituía un obstáculo para los «derechos
humanos de las personas» al «elevar a la familia como institución…» Además,
acusó que la familia es escenario de violaciones de los derechos humanos, que
es patriarcal y opresiva.
Una de las refriegas más divisivas del debate fue a
causa de la palabra «familia». Hace años, la frase «diversas formas de familia»
se convirtió en lo que se conoce como «lenguaje acordado» en los documentos de
la ONU. El lenguaje acordado casi nunca cambia. Pero este sí lo hizo. Tan solo
en los últimos dos años, «diversas formas» se rechazó en favor de «familia» en
singular. Países europeos intentaron que se aceptara el término en Ginebra y
fueron rebatidos. Los países conservadores estaban preparados para proponer una
modificación que decía que el matrimonio es solo entre un hombre y una mujer,
pero esto se retiró tras el fracaso de la enmienda sobre «diversas formas».
Desde hace muchos años, el Consejo de Derechos Humanos
es escenario de un gran número de batallas entre activistas LGBT y sus países
patrocinadores y los representantes de naciones tradicionales. Los defensores
de los LGBT han intentado durante años conseguir que el Consejo reconozca la «orientación
sexual y la identidad de género» como nueva categoría de no discriminación al
mismo nivel de derechos humanos consolidados como la libertad religiosa.
Excepto una resolución que solicita un informe sobre el maltrato de personas
LGBT, han fracasado completamente.
Los partidarios LGBT, sin embargo, han usado la
resolución sobre abusos de manera muy eficaz. Fue calificada erróneamente de
enorme victoria de los derechos humanos y dio lugar a un informe de la Oficina
del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos que no llegó a pedir
el derecho al matrimonio homosexual, pero que sí consideró la orientación
sexual y la identidad de género como nueva categoría de derechos humanos. El
Alto Comisionado no tiene autoridad para establecer nuevos derechos humanos, no
obstante.
¿La resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre
la familia dará lugar a un reconocimiento en la Asamblea General de Nueva York
y en otros documentos de la ONU? Eso está por verse. Sus defensores ciertamente
lo intentarán, pero todavía hay fuerte resistencia por parte de los poderosos
estados de la Unión Europea.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano