By Rebecca Oas, Ph.D
NUEVA YORK, 10 de julio 2015 (C-Fam)
Una conquista monumental para el movimiento profamilia
tuvo lugar la semana pasada en Ginebra, cuando el Consejo de Derechos Humanos
aprobó una resolución que pide a los países que tomen medidas concretas para
proteger la familia, que se describe en la Declaración Universal de Derechos
Humanos como el «elemento natural y fundamental de la sociedad».
Se trata de la segunda resolución de esta clase en el
Consejo de Derechos Humanos (CDH) en el lapso de dos años, tras dos décadas en
las que la familia fue considerada extremadamente polémica en la ONU. En 2014,
el CDH aprobó una resolución sobre la protección de la familia con 26 votos a
favor, 14 en contra, 6 abstenciones y un miembro ausente. La de este año contó
con un incremento en la mayoría: 29 a favor, 14 en contra y 4 abstenciones.
La resolución insta a los países a adoptar leyes y
políticas con perspectiva de familia, a la vez que reconoce que el grupo
familiar enfrenta «cada vez más vulnerabilidades» y exhorta a las
organizaciones internacionales a dar la «debida consideración» a la familia en
el establecimiento de la agenda de desarrollo mundial post 2015.
La resolución tiene en cuenta que la familia es el
«entorno natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros,
particularmente los niños» y que, aunque el Estado es responsable de proteger
los derechos humanos de todos, «la familia tiene la responsabilidad primordial
de cuidar y proteger a los niños».
Estados y organizaciones que tienen una postura a
favor de los «derechos sexuales» rechazaron con fuerza ambas resoluciones
recientes partiendo de la base de que podrían ser utilizadas para «promover
valores familiares y políticas orientadas hacia la familia sumamente
polémicos», según una declaración del grupo Sexual Rights Initiative (SRI), que
existe para promover el concepto extremadamente controvertido de «derechos
sexuales» dentro de las instituciones internacionales.
El aspecto más polémico de la resolución tuvo que ver
con la definición de la familia, que no se describe explícitamente. El
intergrupo LGBT del Parlamento Europeo calificó de «no inclusiva» la resolución
de 2014, ya que la «referencia a “la familia” en singular podría ser utilizada
como precedente para la oposición a los derechos de las parejas de personas del
mismo sexo, de las familias monoparentales, y otras formas de familia». Durante
el debate de la semana pasada, Sudáfrica propuso una enmienda que fue rechazada
por estrecho margen, la cual pedía un texto que reconociera que en diferentes
contextos «existen diversas formas de familia».
Egipto presentó la resolución y dijo que ella no
imponía una definición específica y que dejaba esa cuestión a criterio de los
estados miembros. El texto reconoce la diversidad de unidades domésticas al
tener en cuenta que los «hogares encabezados por una sola persona, los hogares
encabezados por niños y los hogares intergeneracionales son particularmente
vulnerables a la pobreza y la exclusión social». La resolución también presta
particular atención a las familias con miembros discapacitados, instando a los
países a garantizar que reciban apoyo adecuado.
Esa misma semana, la Corte Suprema de los Estados
Unidos legalizó el matrimonio homosexual. Estados Unidos, que votó en contra de
la resolución del CDH, manifestó su decepción por el hecho de que «no reconoció
la diversidad de familias», y no estaba conforme con conceder a sus pares la
posibilidad de definir la familia de acuerdo con sus propios valores.
La frase «diversas formas de familia» no es neutral:
en abril, el Grupo de Trabajo del CDH sobre la discriminación de la mujer
publicó un informe que incluye explícitamente «las familias LGBTI (lesbianas,
gais, bisexuales, transgénero e intersexuales) y «las familias autocreadas o
autodefinidas» entre sus diversas series.
Como dijo el Vicepresidente del Intergrupo LGBT el año
pasado: «No debería concernir a una mayoría accidental de estados el definir
qué constituye y qué no una familia». Esa declaración es una espada de doble
filo.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano