By Stefano Gennarini, J.D.
NUEVA YORK, 24 de julio 2015 (C-Fam)
El gobierno de
Obama colocó los derechos LGBT al frente de su política exterior y esto produjo
un impacto negativo para ellos en muchas partes del mundo. Pero, tras
reiterados intentos fallidos de redefinir a la familia para incluir la
homosexualidad, puede que algo esté a punto de cambiar en la sede de la ONU.
Puede que la campaña que Obama lleva a cabo desde hace
muchos años para desechar la tradicional descripción de familia como el
«elemento natural y fundamental de la sociedad», que se incluye en la
Declaración Universal de Derechos Humanos, surta efecto cuando las Naciones
Unidas celebren el septuagésimo aniversario de su fundación este año, en
septiembre, y los líderes mundiales aprueben un nuevo acuerdo de desarrollo.
Los delegados de las Naciones Unidas están absortos en
las últimas dos semanas de negociaciones de un nuevo plan de desarrollo a gran
escala para hacer frente a la pobreza y promover un desarrollo socioeconómico
que no perjudique al medio ambiente. Los asuntos que se negocian son
innumerables, pero, en el fondo, todos tienen en mente también el destino de la
familia.
La Declaración Universal de Derechos Humanos y otros
acuerdos vinculantes y no vinculantes de la ONU reconocen la familia como el
resultado de la unión de un hombre y una mujer que se casan libremente. El
derecho y la política internacional establecen criterios para que los niños
nacidos en situaciones irregulares o fuera del matrimonio no sean
discriminados, e incluyen protecciones especiales para las madres solteras,
pero no reconocen que las relaciones entre personas del mismo sexo sean capaces
de constituir una familia.
En los últimos años, los estados miembros de la ONU
han rechazado la frase «diversas formas de familia» en acuerdos de la
Organización, porque países de América del Norte y de Europa consideran que
dicha expresión reconoce las «familias» homosexuales, y al parecer esta clase
de terminología no prosperaría en un acuerdo de la ONU en un futuro cercano.
Delegados de todo el mundo dijeron a C-Fam, editor de
Friday Fax, que diplomáticos estadounidenses de las más altas esferas han
estado presionando a las metrópolis y a las misiones para solicitar a los
países que ablanden su postura sobre el lenguaje de la familia en resoluciones
de la ONU. Normalmente se pide a las delegaciones que no pueden apoyar los
derechos LGBT que se abstengan y no se presenten cuando las resoluciones se
someten a votación. En este caso, se les ha solicitado que se abstengan de
proponer términos de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Incluso acérrimos opositores de los derechos LGBT
parecen dispuestos a echar por la borda términos acordados que declaran que la
familia es el «elemento natural y fundamental de la sociedad». Las fuertes
declaraciones de países africanos constituyen una excepción.
Un delegado de Camerún dijo a la Asamblea General que
su delegación quería ver que se reconociera a la «familia» y la «cultura» en el
acuerdo final.
El embajador Usman Sarki de Nigeria también fue
inflexible en cuanto a ver reflejada la familia natural en el documento final y
no, «diversas formas de familia».
Sarki dijo: «No hay una justificación racional posible
para que los estados miembros se reúnan en cónclave sobre asuntos que no podrán
implementarse a nivel nacional». Haciendo referencia a la presión en pos de los
derechos LGBT, sostuvo: «El aborto, por ejemplo, o la reconfiguración de la
familia, o avalar conductas que van a contrapelo de prácticas aceptadas
tradicionalmente».
Puede que esté muy lejos el reconocimiento de las
«familias» homosexuales, pero si el gobierno de Obama se sale con la suya y
hace que los estados miembros de la ONU abandonen la Declaración Universal de
Derechos Humanos, puede allanar el camino para la futura aceptación de las
relaciones homosexuales como familia en la política y el derecho internacional.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano