DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

EL GRAN BONETE HA LANZADO UN PROTOCOLO




Yo señor. Sí señor. No señor. Pues entonces ¿quién es el responsable?
Yo señor. Sí señor. No señor. Pues entonces ¿quién debería desautorizarlo?

Días atrás apareció un Protocolo sobre aborto en la web del Ministerio de Salud de la Nación, después de que la CEA lo fustigó la cartera de salud publicó un breve comunicado oficial afirmando que “no existe ninguna Resolución Ministerial referida a ese tema” y al día siguiente el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández dijo: “la legalización del aborto no figura en la agenda del Gobierno”. Lo concreto es que el Protocolo sigue colgado de la web del Ministerio y nadie lo ha desautorizado.

En su habitual columna en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre el Protocolo con el que “una dependencia del Gobierno Nacional está impulsando el aborto en todo el territorio del país”.

El prelado platense destacó, entre otras cosas, que el instructivo no prevé alternativas para ofrecerle a la gestante en riesgo, no estipula plazos para la realización de un aborto y no reconoce el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales de la salud.

Enfatizó que “este Protocolo apareció de un modo un tanto subrepticio porque se colgó en la Página Web del Ministerio de Salud” y preguntó “¿significa que la Presidente de la Nación lo ha decidido o aprobado; o el Ministro? ¿Quién asume la responsabilidad?”.

Concluyó recordando que “la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina publicó una declaración criticando esta voltereta pro-abortista”, a la que, curiosamente, “los medios no le dieron suficiente difusión” y que los “derechos humanos” valen también para el niño por nacer: “no existe un derecho de la madre, ni de nadie, a matarlo”.
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A continuación el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Aguer:

“Amigos de Claves: hoy quiero hablarles de algo muy serio. En realidad, siempre les hablo de cosas serias, pero esto es particularmente grave. Seguramente ustedes han oído hablar ya del tema que voy a proponerles”.

“Hace unos pocos días, diez días más o menos, pocos días después del encuentro de la Presidente de la Nación con el Santo Padre Francisco, el Ministerio de Salud de la Nación ha publicado en su Página Web, medio subrepticiamente, un protocolo sobre los abortos no punibles. Así se los llamaba en una versión anterior pero ahora hablan del derecho al aborto”.

“Hay algo muy raro aquí: podríamos decir que sin mediar una ley, de un día para otro, una dependencia del Gobierno Nacional está impulsando el aborto en todo el territorio del país. Este Protocolo habla “del derecho a la interrupción legal del embarazo” y lo hace sin aclarar en qué circunstancias es decir que cualquier chica o adolescente o mujer embarazada, se cita en especial el caso de la violación, puede ir a hacerse un aborto y no hace falta que la acompañe nadie”.

“Además se habla del “consentimiento informado” pero no proponen informarle a la gestante que ella podría tener el bebé y que el bebé podría darse en adopción, podría desplegarse todo un conjunto de acciones para ayudar a la chica, a la adolescente, a la mujer embarazada a tener ese niño.  Pero no, aquí se asienta un principio perverso y es que la vida del niño no vale nada”.

“Tampoco se ponen plazos por lo cual la mujer podría ir hasta no sé cuántas semana de embarazo, hasta casi a punto de nacer el bebé y allí matarlo, liquidarlo. ¿Cómo es posible eso?”

“La Constitución Nacional, el Código Civil recientemente sancionado y aprobado dice que la vida de la persona comienza en la concepción. O sea que se otorga a una persona embarazada, la madre, el derecho a liquidar a su hijo pero no se reconoce el derecho del hijo a nacer, el humanísimo derecho de la persona a nacer”.

“Otra cuestión muy grave: es la cuestión de la objeción de conciencia. En el Protocolo se señala que hay obligación de hacer el aborto. No puede un Instituto negarse a hacer el aborto solicitado y si un médico hace objeción de conciencia tiene que ir a buscar a otro que lo haga, y si no encuentra otro tiene que hacerlo él. Esto es una cosa inconcebible porque no se advierte que en el caso del aborto se trata de matar a una persona. La persona puede ser un embrión, puede ser un feto pequeño o uno a punto de nacer y se lo puede liquidar en nombre del derecho. Suele invocarse como fundamento de tal derecho la perspectiva de género, una supuesta reivindicación de la condición femenina”.

“Podríamos incluir también en nuestra crítica la visión ecológica. El Santo Padre Francisco acaba de publicar, hace poco, una Encíclica titulada “Laudato Si”, en la que habla de la ecología integral; en varias ocasiones se refiere al aborto precisamente. La destrucción de la tierra, el desgaste indebido, estas cosas dañinas que hacemos los hombres con la creación de Dios se verifica también y de un modo particular en el caso de la liquidación de una criatura”.

“Al hablar de este Protocolo puedo preguntarme: ¿qué valor tiene? La verdad es que no lo sé, porque no puede ser obligatorio. Las Provincias no tienen por qué hacerse cargo de esto y muchas tienen sus propia legislación al respecto, aunque desgraciadamente siempre dando lugar al aborto, al parecer se intenta ahora imponerlo a todo el país con una nueva fuerza”.

“He dicho que este Protocolo apareció de un modo un tanto subrepticio porque se colgó en la Página Web del Ministerio de Salud. Entonces: ¿eso significa un decreto? ¿Significa que la Presidente de la Nación lo ha decidido o aprobado; o el Ministro? ¿Quién asume la responsabilidad?”.

“La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina publicó una declaración criticando esta voltereta pro-abortista, pero los medios no le dieron suficiente difusión. Afirmemos una vez más el derecho a nacer de los niños por nacer. Un embrión es una persona humana en el primer e ínfimo grado de desarrollo; pero lo es. Los derechos humanos valen también para él, y no existe un derecho de la madre, ni de nadie, a matarlo”.
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NOTIVIDA, Año XV, Nº 979, 11 de julio de 2015