NOTIVIDA, Año XV, Nº 968, 16 de mayo de 2015
En su habitual columna en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre la actual crisis matrimonial.
“Ayer se conmemoraba el Día Internacional de la Familia decretado por las Naciones Unidas, en setiembre habrá un Congreso Mundial de Familia en Filadelfia y en octubre el Sínodo de los Obispos reflexionará sobre la familia. ¿Por qué esta insistencia? Sencillamente por la importancia que tiene la familia en la familia humana”.
“Esto no es una cosa de ahora si no que si uno estudia la fenomenología de las culturas ve que esto existe desde tiempos remotísimos. Ahora hay mezclas raras que dicen que son una familia pero no es tan así pues desde Adán y Eva, digamos así para mencionar las primeras páginas de La Biblia, pero en otras culturas totalmente diversas de la de Israel y ancestrales, siempre, siempre, la familia es la unión de un varón y una mujer. Allí está el germen, allí está la base, el fundamento y era una familia extendida a la que se llamaba “la casa”. Los parientes de unos y otros formaban la gran familia y luego la unión de grandes familias formaba la tribu así como hoy forma la sociedad”.
“Se ha hablado muchísimo, recientemente, acerca de la crisis de la familia. Nadie lo puede negar pero yo hablaría más bien de la crisis del matrimonio que es el fundamento de la familia. Y no me refiero a esas combinaciones extrañas que ocurren actualmente, eso será tema de otro encuentro; sino que me refiero a que ahora parece que el matrimonio no dura, parece que no tiene más fundamento sólido”.
“Incluso algunos dicen que no es necesario para tener un hijo formar un matrimonio. Siempre ocurrió eso y siempre ocurrirá pero ahora los inventos son diversos: dos mujeres que viven juntas por ejemplo pueden conectarse con un señor que también quiere tener un hijo y por fecundación artificial tienen un hijo. Además en la Provincia de Buenos Aires han inscripto en el Registro a un hijo con tres progenitores”.
“¿Qué es eso? No me refiero al punto de vista cristiano, católico, sino que como expliqué antes, se trata de una cuestión de humanidad. Siempre la familia se ha fundado sobre la unión de un varón y una mujer”.
“Volvamos a lo que decía: ¿Por qué hoy el matrimonio no es apreciado, o parece que no es necesario, o por qué duran tan poco los matrimonios? Podríamos hablar de numerosas causas pero yo apunto solamente a ésta, y ésta desde el punto de vista de la Iglesia, es que mucha gente se casa sin estar preparada. Además sin estar seguros de que pueden constituir la base de la familia por toda la vida”.
“En esto, nosotros, los sacerdotes, tenemos experiencia continua y vemos gente que no está preparada. También, quizás, nosotros tenemos una deficiencia y es que no preparamos bien aquellos que vienen noviando y con inquietudes de casarse. Hace unas décadas era un trámite muy fácil. Iban, hacían el expediente, arreglaban los asuntos de la marquesina, las flores y todo eso, porque en la sociedad, en la sociedad argentina había un sobreentendido sobre que el matrimonio es el matrimonio y no una unión flexible y provisoria, pero hoy día no es así”.
“Por eso creo que nosotros tendríamos que preparar mejor, tendríamos que preparar bien a aquellos que quieren recibir el Sacramento del Matrimonio. Ahora sí, como les digo, me estoy refiriendo propiamente al católico. Ahí tenemos un déficit en preparar a los novios para que se den cuenta a través de distintos encuentros de la importancia de ese momento”.
“La preparación para el sacramento del Matrimonio tiene que ser algo semejante a la preparación para la Iniciación Cristiana, un catecumenado. Esto puede parecer una exageración pero no lo es, si queremos que la cosa mejore tiene que haber una buena preparación porque el Matrimonio es un sacramento. Y entonces ¿por qué tiene que recibir una menor importancia o una menor preparación que los otros sacramentos? Los sacramentos no se reparten como mercaderías”.
“Para que el Matrimonio sea válido y no sólo eso sino para que sea fructuoso, ese amor no es simplemente sentimental, es un amor que es capaz de resistir, resistir todas las pruebas, de lo contrario no sería fundamento de una familia tal como la naturaleza humana, la dignidad del hombre y la mujer, y por cierto lo que la revelación y la vida cristiana exigen”.
“Como siempre les dejo esto para que lo piensen. ¿Crisis en la familia? Sí, ciertamente pero porque hay crisis en el matrimonio. Y si hay algunos novios por ahí por la casa, hijos o nietos de ustedes, comenten estas ideas ya que pueden ayudar para saber si verdaderamente se están preparando bien. No digo que esto produzca un milagro pero las cosas podrán andar mejor”.
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NOTIVIDA, Año XV, Nº 968, 16 de mayo de 2015