Alfil, 15-5-15
El biólogo Raúl Montenegro, titular de la Fundación para la Defensa del ambiente (FUNAM), dio a conocer en la jornada de ayer una carta abierta al decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, en la que reconoce que al menos dos de los estudios llevados a cabo por el grupo de profesionales que encabeza Medardo Ávila Vázquez serían “ciencia deficitaria”.
Sorprende la contundencia de su afirmación, ya que uno de los trabajos mencionados por Montenegro fue difundido por la Fundación que él mismo preside, según consta en los artículos publicados por diario Alfil, en su edición del 19 de mayo de 2014, y por La Voz del Interior, en su edición del 26 de mayo del mismo año.
Dicho estudio se llevó a cabo en la localidad de Malvinas Argentinas y se realizó en el contexto del conflicto por el establecimiento de una planta de acondicionamiento de maíz de la empresa Monsanto en dicha localidad. En aquella ocasión, un equipo liderado por Ávila Vázquez procedió a tomar muestras de sangre a 10 personas de la localidad para luego medir la presencia de sustancias químicas utilizadas en la producción agropecuaria.
Los análisis realizados arrojaron como resultado que 7 de las 10 muestras presentaban residuos de plaguicidas que, si bien ya no son utilizados, persistirían en el ambiente y las personas. Esto fue utilizado en ese momento por la FUNAM en conjunto con la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida para reclamar la suspensión de las obras que la empresa Monsanto estaba llevando adelante.
Sin embargo, en su carta abierta, el biólogo explica con mucha claridad los motivos por los que considera que ese estudio, así como el coordinado por Ávila Vázquez en Monte Maíz, no son de “buena ciencia”.
“Académicamente he analizado los trabajos realizados por el equipo de trabajo dirigido por el Médico Medardo Ávila sobre Malvinas Argentinas y sobre Monte Maíz ”, explica Montenegro en su publicación, al tiempo que aclara ”Aunque sus motivos son nobles y han utilizado valiosas herramientas de trabajo conjunto con la comunidad, ambos resultan científicamente deficitarios, con fallas metodológicas (como la no evaluación de otras fuentes concurrentes de morbi-mortalidad) y fallas estadísticas (como la falta de ajuste de los universos muestreados)”.
Además, en un texto que se le atribuyó a Montenegro en los últimos días y que habría estado dirigido al resto de los miembros del Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA) de la UNC, el Presidente de FUNAM habría reconocido que, a pesar de advertirle de las deficiencias del trabajo de Malvinas Argentinas a su responsable Ávila Vázquez, éste habría argumentado que “era políticamente importante hacerlo público”.
En la jornada de ayer, al ser consultado por La Voz del Interior en una entrevista realizada por el periodista Adrián Simioni sobre la respuesta recibida de Ávila Vázquez, Montenegro optó por no responder, aduciendo que ese diálogo se trataba de una “cosa privada”. Llama la atención que Montenegro se llame al silencio sobre una cuestión tan sensible, cuando en la misma entrevista expresa que “termina siendo una falta de respeto para la gente generar datos que puedan ser malamente controvertidos”.
Este mismo punto, la generación de información no comprobada bajo la utilización del método científico, fue utilizado por el decano Conrero para justificar el pedido de investigación sumaria contra Ávila Vázquez por el caso Monte Maíz, que presentó ante el Consejo Superior de la UNC. Conrero habría expresado, según fuentes universitarias, que es inadmisible permitir que conclusiones no científicas sean divulgadas bajo el “paraguas institucional” de la UNC, visto que eso podría generar confusión en la sociedad sobre su valor.
En su carta abierta a Conrero, Montenegro cuestiona que un sumario sea la vía correcta para solucionar este tipo de situaciones, y califica el pedido como “persecución académica”. Sugiere, en cambio, que las correcciones a las deficiencias de los trabajos cuestionados podrían darse “por el propio método de la ciencia”.
A pesar de las consideraciones de Montenegro, y si bien la solicitud de Conrero no ha sido incluida aún en el temario de discusión del Consejo Superior, el Decano nunca retiró el expediente. Por esto, eventualmente el pedido podría avanzar en las próximas semanas.
Esto dependerá mayormente de cómo logren los consiliarios de la UNC procesar políticamente los escándalos ocurridos en los últimos diez días. En la comisión del pasado martes, algunos miembros del Consejo Superior habrían expresado un profundo malestar por las violentas protestas que se produjeron tanto en su seno como en una conferencia académica organizada por Ciencias Agropecuarias, pero postergaron la decisión de si emitirán una declaración y su potencial contenido en la sesión del próximo martes.