By Stefano Gennarini, J.D.
NUEVA YORK, 15 de mayo 2015 (C-Fam)
El mes pasado, el Vaticano suscitó críticas por
asociarse a Jeffrey Sachs, de quien podría decirse que es el principal defensor
mundial del control demográfico. Pocos conocen de su postura pública a favor
del aborto como forma de reducir la fertilidad.
Sachs moderó y copatrocinó una conferencia en el
Vaticano sobre cambio climático el mes pasado. Aunque no es probable que esté
en marcha un cambio de la enseñanza católica, el recibimiento de Sachs en Roma
provocó severas críticas de quienes están familiarizados con la labor de su
vida.
Sachs pidió encarecidamente que se legalizara el
aborto como modo rentable de eliminar «hijos indeseados» cuando fracasa la
anticoncepción en su libro de 2008 titulado en español Economía para un planeta
abarrotado.
Él define el aborto como «opción de menor riesgo y
menor costo» que traer una nueva vida humana al mundo.
Asimismo, escribe con entusiasmo que «la legalización
del aborto reduce considerablemente la tasa de fertilidad total de un país, en
nada más y nada menos que medio hijo en promedio», y critica a Ronald Reagan y
a George H. W. Bush por negar a las agrupaciones que proveen y promueven el
aborto cualquier subvención estadounidense mediante la Política de Ciudad de
México.
Sachs está incluido como uno de los autores de la nota
introductoria de una declaración aprobada por científicos y líderes religiosos
en la conferencia vaticana que validó la teoría de que la actividad humana está
modificando el clima de la Tierra. A diferencia de la declaración, la nota
introductoria con emblema del Vaticano en el encabezamiento habla de la
población mundial como un problema.
Sachs es una especie de gurú que alcanzó la fama
asesorando a los países sobre la transición hacia una economía de mercado tras
el comunismo. Fue el principal arquitecto de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio y ha sido la mano derecha del Secretario General en materia de
desarrollo durante gran parte de los últimos quince años.
Durante la implementación de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio imploró incesantemente que los países incluyeran la
«salud sexual y reproductiva» y los «derechos reproductivos» en el plan, tras
haber sido excluidos inicialmente, y fue parte de las maquinaciones que a la
larga llevaron a su inclusión por encima y en contra de las objeciones de la
Santa Sede y de los Estados Unidos.
Sachs es heredero forzoso de los desacreditados
alarmistas demográficos del siglo veinte, quienes advirtieron sobre la «bomba
demográfica» y desarrollaron el concepto de la limitada «capacidad de carga» de
la Tierra.
En su libro de 2008 elogia la amplia adopción de
programas de planificación familiar en las décadas del 60 y del 70, aun cuando
la mayoría reconoce que fueron coercitivas y deshumanizantes. Pero, según
Sachs, «las tasas de fertilidad altas son perjudiciales para el desarrollo
económico».
Con frecuencia él habla de la humanidad que transgrede
los «límites planetarios» y de la amenaza de un planeta demasiado abarrotado.
Ha sido uno de los líderes en el desarrollo y la promoción de la teoría del
«dividendo demográfico», que sostiene que los países deben invertir en planificación
familiar y reducir la fertilidad antes de poder experimentar el desarrollo. Esa
teoría ha sido criticada por no dar como resultado ningún dividendo en regiones
enteras donde las tasas de fecundidad cayeron precipitadamente en las últimas
dos décadas, y por subestimar el peligro correspondiente de poblaciones que
envejecen con rapidez.
Esta no es la primera oportunidad que Jeffrey Sachs es
honrado en el Vaticano. Pronunció un discurso de apertura en la Pontificia
Academia de las Ciencias en 2013. En la biografía que se incluye en su página
web personal, hace alarde de haber asesorado al Papa Juan Pablo II en la
encíclica Centesimus Annus.
La conexión que Sachs tiene con el Vaticano parece ser
Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de las
Ciencias, quien patrocinó la conferencia vaticana la semana pasada con la
agrupación Sustainable Development Solutions Network, a la que pertenece Sachs.
Sánchez Sorondo es miembro del Consejo de Liderazgo de dicho grupo.
El prelado del Vaticano no respondió a la solicitud de
comentarios enviados por correo electrónico tanto la semana pasada como esta
acerca de las reacciones de los intelectuales católicos y de los medios provida
que critican el modo en el que se dio cabida en el Vaticano a los dos
defensores del aborto y del control demográfico más poderosos.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano